Sábado 3 de Marzo de 2018.
“En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir
es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces”. J.H.N.
Esperando que el desenlace del
caso del niño Gabriel termine bien y sabiendo que se va a volver a hablar sobre
la justicia y la aplicación de las penas, voy a hacer una pequeña reflexión
para que la penséis durante este fin de semana.
Por cierto, una temperatura
aceptable en mi balcón, 15,4 grados, que me dice que vamos a tener un excelente
día a pesar del viento.
El dilema que se me presenta
muchas veces es saber la diferencia entre justicia y venganza, ¿Cómo saber si
lo que deseo es hacer justicia o tomar venganza?
Espero que este caso del niño
Gabriel no termine en tragedia, pero ante casos como el de Diana Quer o el del
asesinato de los dos jóvenes en el pantano de Susqueda a uno le entran dudas en
encontrar la diferencia entre si lo que quiero que se haga es justicia o lo que
quiero es venganza.
Si pensamos un poco nos
daremos cuenta que la justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar
a cada uno lo que les es debido, lo que le corresponde o pertenece. En cambio
la venganza es otra cosa, es la satisfacción que se toma del agravio o daño
recibidos.
Hay una ligera y delicada
línea entre ser justos o vengativos; entre tomar venganza, movernos incitados
por una conducta primitiva que nos invita a dañar a alguien que nos hizo daño o
hacer justicia y actuar buscando el Bien desde el Amor, así con mayúsculas.
Sin embargo, solo una, la
Justicia, traerá verdadera paz, esa es la delicada línea, debido a que es una
virtud para actuar buscando el Bien, y es un derecho: “dar a cada uno lo que le
corresponde”, aunque para mucha gente, la justicia se basa solo en los derechos
humanos y en la dignidad de cada persona. La venganza, ni opción debiera de ser
porque las consecuencias son terribles.
Las dos producen emociones y
sentimientos, pero son opuestos. La justicia genera armonía, consuelo,
conformidad, bienestar, veracidad. Lo contrario sucede cuando actuamos por
venganza. “¿Quieres ser feliz por un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz para
siempre? Perdona”.
Es importante que entendamos
que el perdonar no exime de actuar por justicia. Si alguien hizo algo ilegal, perfectamente
podemos perdonar, es más, nos conviene hacerlo por beneficio personal. Sin
embargo, actuando por justicia y buscando no solo el bien personal, sino el
común hay que proceder conforme a la ley. Es lo que corresponde hacer.
Por supuesto en un primer
momento lo que nos mueve es vengarnos y verles arrastrase por el piso
suplicándonos perdón…Creemos que si los vemos sufrir seremos felices. Sin
embargo, cuando dejamos de actuar con el cerebro reptiliano nos damos cuenta de
que nada de eso nos traerá paz, al contrario.
¿Cómo saber si lo que deseas
es hacer justicia o tomar venganza? Examina profundamente tu
conciencia y reconoce el fin que buscas.
Feliz y Dulce Día.
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