“Demasiado capitalismo no significa demasiados capitalistas, sino demasiados pocos capitalistas” (G. K. Chesterton)
Día 28. 24 de junio de 2024.
Decize --- Nevers.
Distancia: 37,96 km.
Media: 15,36 km/h.
Desnivel positivo: 48 m.
Hemos vuelto a la tranquilidad, a la
placidez y a la calma. El Loira ha estado llaneando y nosotros lo hemos hecho
con él.
Solemos decir que “no hay mal que
cien años dure”, y valdría añadir que: “ni cuerpo que lo resista”. Y es que
todo en esta vida termina, no hay puerto de montaña que no tenga su fin aunque
en demasiadas ocasiones nos parezca lo contrario, ni lluvia que no cese, ni
tormenta que no pase. Todo es cuestión de paciencia.
Y con todo esto cuántas veces me
repito que necesito más paciencia. Cuando hace unos días llevábamos encadenados
tres días en los que en algún momento del día llovía empiezas a pensar que parecen
haberse alineado los planetas para que la lluvia no cese para que no podamos
pedalear a gusto. Y aunque lo de los planetas puede ser una buena explicación, en
realidad esos malos ratos se cuecen bien cerca: en nuestra propia cocina. La
mayoría de estas circunstancias se construyen sobre nuestro fondo, sobre
nuestros cimientos, sobre esa estructura que parece tambalearse y a la que
debemos estar bien atentos, con cuidado. No es tanto pretender ser fuertes, como
buscar la tranquilidad; no es tanto pretender normalidad, como pacificar el
alma, dejarse hacer y deshacer, y volverse a uno mismo con misericordia y con
confianza.
La vida, en los malos ratos y en los
no tan malos, nos va dando lecciones magistrales. Nos las dio ayer, nos las da
hoy y nos las dará mañana, queramos o no. En nuestra mano está hacer caso a
todo lo que nos enseña.
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