“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)
Día 10. 6 de junio de 2024.
Gerona --- Capmany.
Distancia: 55,07 km.
Media: 14, 19km/h.
Desnivel positivo: 531 m.
Dos días seguidos por encima de los
500 metros positivos, esto empieza a ponerse interesante, veremos que sucede mañana
cuando tenga que cruzar los Pirineos para entrar en Francia. Mientras se mantenga
este desnivel positivo creo que no voy a tener problemas.
Hasta el día de hoy, se puede decir
que estoy repitiendo el mismo camino de hace dos años, a partir de mañana, en
Francia, voy a realizar bastantes variaciones, aunque siempre manteniendo rumbo
norte. No será hasta que llegue al Ródano cuando vuelva a repetir algunas
etapas, pero eso ya llegará, si es que llega.
Alguno puede estar pensando que para
vivir aventuras hay que irse de viaje a algún lugar pintoresco o apuntarse a
algún deporte de cierto riesgo, pero eso no es así, si se piensa de esta manera
es que no se ha entendido nada.
Veamos, las aventuras, las verdaderas
aventuras son las que se nos presentan cada día, la gran aventura es la que
sucede en la monotonía del día a día: la aventura de haber nacido, de tener la
oportunidad de ir creciendo, de desarrollar nuestras aptitudes, de vivir… Si lo
que estamos esperando es que una aventura venga a sacarnos de nuestra rutina
diaria, entonces no estamos tocando la tecla adecuada.
Las aventuras ocurren todos los días.
Cada día es una aventura, no hace falta irse a ningún lugar, lo que nos sucede,
lo que le sucede a nuestra sociedad es el progresivo empequeñecimiento de los
ideales.
Una cosa que me impresiona cada día
es ver como se esta tentando a los jóvenes a ser mediocres. Recuerdo, que antes
se nos tentaba con la revolución, ahora se les guía hacia la siesta y a sobrevivir,
como si ya no existirá ningún lobo esperando a Caperucita para comérsela, sino
simplemente para atontarla y domesticarla.
Por eso me duele esta sociedad, pues
a mí me encanta entender la vida como una apasionante aventura. Creo que me conservaré
joven mientras siga creyéndolo. Me apasiona entender la vida como un reto que
debo superar, como un riesgo que debo correr y en el que tengo que vivir
intensamente para realizar cada uno de sus minutos. Pienso que la juventud es
seguir teniendo largos los sueños y despierto el coraje, alta la esperanza y
ser indomable ante el dolor. No me gusta la idea de dejarme llevar por las
horas muertas y estoy decidido a seguir vivo hasta el último minuto que me den
en el mundo.
Hubo épocas en que los hombres soñaban
ser buenas personas, ser santos, cruzar continentes, multiplicar la fraternidad
o, al menos, transmitir diaria y humildemente un poco de alegría. ¿Y ahora
vamos a rebajarnos a una clase de Humanidad cuyas meta consiste en “realizarse”
teniendo un coche o teniendo una determinada marca de móvil?
En fin, una sociedad en la que los
adultos fuésemos aburridos sería ya una tragedia, pero si lo jóvenes están hastiados
o inteligentemente atontados sería la ruina total.
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