martes, 18 de junio de 2024

Día 21. 17 de junio de 2024. Sainte-Eulalie --- Couban.

     “Entre todos los cuentos de hadas no existe ninguno que contenga una verdad moral tan vital como esa vieja historia de La Bella y la Bestia. En ella ha quedado escrita la verdad eterna y esencial que consiste en que hasta que no amamos una cosa en toda su fealdad no podemos convertirla en algo bello” (G. K. Chesterton) 


Día 21. 17 de junio de 2024.

Sainte-Eulalie --- Couban.

Distancia: 53,29 km.

Media: 13,65 km/h.

Desnivel positivo: 721 m.

Continuo en el Alto Loira, y como era de suponer el río va muy debajo de la carretera que es un sube y baja sin parar. De ahí, esos más de 500 metros positivos, sin embargo no ha existido dureza pues el paisaje y el viento a favor se han ocupado de que sea un día muy llevadero.

Esta tarde he repasado las webs de algunos periódicos y al no ver noticias de ninguna guerra me he sentido sorprendido, pues en una primera impresión he llegado a pensar que la guerra de Ucrania y la de Tierra Santa habían concluido. Pero no, lo que supongo que sucede es que ya no interesan, han pasado de moda y, de hecho cada día se continua combatiendo y sucediéndose la muertes.

Creo que hablar de las guerras y de lo que significa una guerra siempre esta bien, pues la guerra es desgraciadamente una de las costumbres que ha acompañado al hombre a lo largo de su historia. Las personas las hemos sufrido en diferentes grados. Es una cuestión que ha llevado a muchísimas personas a razonar sobre la guerra, desde los historiadores clásicos como Heródoto y Tucídides, los santos como Tomás de Aquino y Agustín de Hipona, hasta ilustres militares como el prusiano Carl Von Clausewitz.

Si repasamos nos ponemos a repasar un poco sus pensamientos nos daremos cuenta de que parece que comparten la idea de que, si bien la guerra no es buena ni deseable intrínsecamente, resulta ilusorio pensar que puede ser eliminada en su totalidad en la vida del hombre. Nuestra sociedad está llena de gobernantes imprudentes que buscaron y buscan la paz como bien superior por encima del bien, la justicia y la verdad. Por ello, es necesario establecer las condiciones que constituyen una guerra como justa.

He buscado lo que escribió Francisco de Vitoria sobre la guerra y lo considero perfectamente aplicable hoy. No sé si muchos de vosotros os acordareis de este escritor y catedrático, si no es así os resultará interesante hacerlo. Pues es considerado el principal fundador de la Escuela de Salamanca y padre del derecho internacional. Resulta os resultara interesante averiguar porque la Sala del Consejo del Palacio de las Naciones de Ginebra lleva su nombre y la Organización de las Naciones Unidas le homenajeó. 

Resumiendo, un poco todo lo que nos dejó escrito podría decir que una guerra justa solo debe ser declarada por una autoridad legítima, además debe defender una causa justa, su intención debe ser recta, lo medios utilizados deber ser proporcionales y el mal provocado debe ser menor al mal combativo.

Sin embargo, justamente la Segunda Guerra Mundial supuso un cambio en la forma de afrontar las guerras, pues las ciudades y la población pasaron a convertirse en un objetivo militar de sumo interés tal como estamos viendo ahora mismo en Gaza o con el ataque de Irán a Israel. Lo que se hace ahora en las guerras es diezmar las poblaciones y las estructuras defensivas mediante andanadas de drones y misiles.

Esta forma de hacer la guerra está detrás del abandono de la moralidad que está haciendo la sociedad, pues somos insensibles a las imagines las ciudades reducidas a escombros. Esta forma moderna de hacer la guerra es contraria a lo que pensaba Francisco de Vitoria y nos plantea un serio debate: ¿pueden ser justas las guerras actuales?

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