miércoles, 4 de octubre de 2023

¡¡¡Buenos día!!! Con la amnistía desayunamos hoy.

 La prueba de la democracia no es si la gente vota o no, sino si la gente gobierna o no. Los votos pueden ser una forma de conseguir esto último o no”. G. K. Chesterton.

¡¡¡Buenos días!!!

No queda más remedio que pronunciarse sobre la posible ley de amnistía, y es que muchas personas no se dan cuenta de lo que esto significa, muchas personas piensan que de lo que se trata solo es terminar con el problema de la independencia de Cataluña, conseguir los votos en congreso para ser presidente y ya está, pero es mucho más.

Según mi entender con el indulto a los responsables de la proclamación de independencia catalana y de todo lo que ello conllevo estaba ya demostrada la incapacidad del gobierno para solucionar este problema, pues hay que recordar que no hubo en ningún momento arrepentimiento. El indulto no me pareció bien, pero hay que admitir que es una facultad que tiene el gobierno. Hay que recordar que el indulto no elimina el delito solo la sentencia.

Ahora se está intentando dar un paso más, creo que, en la dirección equivocada, y es que, si pensamos un poco, recordaremos que la última amnistía en España fue la de 1977 y fue alcanzada por un amplio consenso de las fuerzas que estrenaban la democracia y, supuso el cuestionamiento del sistema jurídico de la dictadura franquista. La verdad, es que, toda amnistía supone una condena del régimen jurídico anterior, es una forma de forzar un cambio. 

Sánchez sabe que esta nueva amnistía va a ir más allá de lo que marca la constitución. Pero le da igual. Le da igual porque la mayoría del Tribunal Constitucional está de su parte. Y no tiene miedo porque se siente apoyado por los resultados electorales.

EL gobierno, lo hemos leído en varios lugares, argumentan que tiene el respaldo de la voluntad popular. Es verdad, se puede conseguir el apoyo de una mayoría de los votantes para conseguirlo. Pero seamos sensatos, es una mayoría de poco más de la mitad de los votos, la minoría en contra es de poco menos de la mitad de los votos.

De todas formas, la amnistía no es una cuestión de mayorías. Estamos hablando del corazón del sistema democrático y del contrapeso de las instituciones.

Me parece muy bien todo lo que se está diciendo por parte de los “viejos” socialistas, los constitucionalistas, la derecha y muchos intelectuales que critican lo que consideran una profunda traición al Estado de Derecho. Lo repiten una y otra vez que hay que denunciar la invasión de las instituciones y muestran lo que creen que de verdad está ocurriendo. Y la mayoría de los socialistas responden repitiendo los números del resultado electoral.

El resultado de las últimas elecciones no sirve para aprobar la amnistía. Pero nos está diciendo que una parte muy grande de nuestra sociedad no percibe ninguna amenaza en el deterioro del sistema democrático, no ven ningún problema en la ausencia de contrapesos en las instituciones. Y por eso no es suficiente proclamar el error que se está cometiendo. Esto, por ejemplo, no lo entienden los “viejos” socialistas pues también han manifestado que votaron PSOE.

Lo que hay que preguntar a la sociedad para que lo entienda es: ¿Cuál es el contrapeso cuando el contrapeso institucional desaparece? Solo queda la fuerza moral de la sociedad por el bien del otro y que hace posible que la democracia sea algo más que el juego de las mayorías. Pero esa fuerza moral falta y no se va a recuperar simplemente diciendo lo que es justo y legal.

No es admisible enarbolar la voluntad popular a través de una Ley aprobada por el Parlamento como una manifestación absoluta del principio democrático que queda exenta de cualquier control jurídico. Un Estado democrático no es tal si no es, al mismo tiempo, un Estado de Derecho, que se ajuste a Derecho, con sus reglas y sus instituciones de control independientes. Esto es lo que está en juego.

Ya se que Pedro Sánchez esta justificando todas sus decisiones, muchas de ellas contradictorias, apelando a la sabiduría de que “se trata de un cambio de opinión”, remite ahora toda decisión futura a garantizar que todo estará dentro de la Constitución. Pero esto es un juego de palabras de los que tanto gustan a los progres ¿En concreto qué significa?  

Lo normal y razonable sería pensar que se trataría de hacer un esfuerzo para que esa ley fuese perfectamente constitucional y que solo, algún error de enfoque o de matiz, resultasen inconstitucionales. Pero en el actual estado de las cosas, viendo los antecedentes de este gobierno con la unidad de poderes que han formado, será la Constitución la que se adapte al interés del parlamento que, a su vez, obedece al mandato del gobierno que, a su vez, obedece a Pedro Sánchez.

Pero claro, para conseguir esto se requiere antes una cosa: que el Tribunal Constitucional deje de serlo para convertirse en un simple servidor del gobierno, y esto es lo que se consiguió en la última renovación con la incorporación de una mayoría gubernamental militante.

La oposición, el PP, se queja de lo partidista que es el Tribunal Constitucional, pero hay que recordar que este partido se calló, no formuló ninguna queja, no promovió ninguna vía para acudir a Europa ante el escandaloso abuso de la justicia constitucional con la sentencia del aborto. Tengo que recordar que los jueces que intervinieron, cuatro estaban contaminados porque habían intervenido antes en esta materia manifestando sus posiciones, Lo cual es un motivo claro, objetivo y bien tasado para que no puedan participar en la decisión del tribunal. Pero, naturalmente, los jueces facción gubernamental, empezando por el presidente del Tribunal, afirmaron que tal incompatibilidad no existía y asunto zanjado. La ley del aborto fue aprobada por mayoría y se acabó el asunto

Bien, pues ahora el PP y el resto de nuestra sociedad pagará las consecuencias y el Constitucional determinará, como antes ya lo ha hecho la Fiscalía, otro organismo colonizado por el gobierno, que lo que se decida sobre la amnistía es constitucional.

Además no puedo dejar de añadir que el gobierno no puede presentar una ley porque está en funciones, pero no importa, se ha hartado de utilizar la vía de que sean los partidos afines quienes lo hagan, porque de esta manera se ahorran comparecencias y consultas obligadas que pueden poner en evidencia el desastre sobre lo que se va a legislar.

Como no están constituidas las comisiones del Congreso y como se tiene prisa pues hay que cerrar los acuerdos para poder formar gobierno, lo que se va a hacer es aprobar la ley directamente por el plenario y en lectura única. Sería o será una brutalidad jurídica, primero porque se trata necesariamente de una Ley Orgánica y esto requiere atención y debate en Comisión y la recepción de opiniones solventes externas a los partidos. Segundo, porque los letrados del Congreso ya manifestaron en su momento, cuando Esquerra y Junts presentaron una ley de este perfil, que no era constitucional y esto exige prestar mucha atención.  Pero, no importa, se resolverá en un “visto y no visto”, se enviará al Senado, éste lo rechazará, volverá al Congreso, se aprobará definitivamente y amnistía resuelta

Entonces, Vox y el PP lo enviarán al Tribunal Constitucional, y éste hará un nuevo alarde de derecho creativo y determinará que es perfectamente constitucional porque éste es el interés del Gobierno. Asunto resuelto.

Y, si por alguna razón el Tribunal lo rechazará, el gobierno ya habría sido elegido y explicaría que ellos han hecho lo que han podido y que no pueden ir en contra del Tribunal ni de la Constitución, pues son un partido de Estado con lo que sus votantes continuaran igual, o más contentos y satisfechos.

Y así no se pueden hacer las cosas en una democracia, ni en una democracia ni en la vida.

He dejado muchas cosas por aclarar y explicar pero tiempo y lugares habrán para seguir con el tema si al final se aprueba la ley.

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