domingo, 22 de octubre de 2023

La pregunta fundamental.

 “No se puede ser excéntrico sin que haya un centro”. (G. K. Chesterton)

¡¡¡Buenos días!!!

Ha pasado ya un mes desde la última vez que aparecí en Instagram y no ha sido por haberme olvidado de los viajes, es más, todo lo contrario, por haber estado haciendo, aún, la digestión del último y por estar pensando el siguiente.

Las prisas son una de las cosas que la tecnología nos lleva a demandar en muchas ocasiones. Nos hemos acostumbrado a tenerlo y saberlo todo inmediatamente, a no esperar. Y, sería muy difícil encontrar una costumbre más dañina para buscar y elegir un viaje, que exige esfuerzo, concentración y un análisis tranquilo.

Antes de empezar a considerar a donde vamos a dirigir nuestra bicicleta el año que viene, en vez de lanzarnos a decir el primer lugar que se nos ocurra, hay que pararse a pensar, porque, de otro modo, vamos a perder mucho tiempo preparando proyectos que no nos llevarán a ninguna parte.  

Al existir muchos lugares a los que nos gustaría ir, antes de lanzarnos a la tarea de descubrir cual nos interesa más, conviene que dediquemos algo de tiempo a pensar cómo conviene realizar esa búsqueda, qué camino conviene tomar, de qué manera hay que recorrerlo y qué herramientas debemos utilizar, para no dar palos de ciego.

Lo primero, lógicamente, es saber el tipo de viaje que uno puede hacer. No es lo mismo viajar al pueblo de al lado que al Cabo Norte. En nuestro caso, lo primero es darse cuenta de que la cuestión que nos ocupa no es una pregunta cualquiera, sino una pregunta fundamental. Más aún, es la pregunta fundamental. Sea cual sea la respuesta, se trata de la pregunta más importante del viaje y encontrar la respuesta es la mayor y más emocionante aventura. Sea cual sea la respuesta, afectará a absolutamente todas las cuestiones que nos planteemos durante el tiempo en el que vamos a estar pedaleando y a todo lo que hagamos en su transcurso, consciente o inconscientemente, del mismo modo que el estado del cimiento de un edificio afecta a todo lo que se construye sobre él.

 Eso nos indica que, si queremos responder a esta pregunta adecuadamente, debemos considerarla con toda seriedad y poniendo en ella todo nuestro interés. El que se tome un viaje por la jungla tropical como un paseíto por su calle, terminará devorado por las fieras o en el fondo de una ciénaga. Cuando se construye una casa sobre arena, vienen los vientos y las tormentas y la derriban.

Además de exigir seriedad, ese carácter fundamental de la pregunta tiene también otra consecuencia. Cuanto más importante y profunda es una cuestión, cuanto más toca a nuestra vida, menos probable es que se pueda resolver utilizando solo un tipo de conocimiento y lo más probable es que tengamos que implicar nuestra propia vida en resolverla.

Si, cuanto más importante es una pregunta más tenemos que emplear todas nuestras habilidades y nuestro ser en responderla, ¿qué significa eso en el caso de buscar el objetivo de nuestro viaje para el año que viene, que, como hemos dicho, es la pregunta más importante de todas? Significa que, para mostrar satisfactoriamente nuestro lugar de destino, no basta con dar con una formula, como haríamos con una simple cuestión matemática. Puede haber, y hay, formulas y aplicaciones, pero no bastan. Hace falta más, porque, si ese lugar existe, absolutamente todo tiene que llevar hacia él, señalar hacia él y hablar de él.

Esto es lo que tenemos que encontrar. No basta con que encontremos que un camino en concreto lleva nuestro destino. Nuestro viaje no estará completo si no mostramos que todo nos lleva hacia ese lugar, porque no deben llevar a ningún otro sitio. 

Pertrechémonos bien para emprender nuestra odisea y lancémonos después a la aventura más emocionante que debe haber en 2024.

Si bien es cierto que el destino de todos mis viajes siempre es y será el mismo; llegar a mi casa. 

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