“Un gran número de personas están en este momento prestando demasiada atención a la sal de la vida y más bien poca atención a la vida”. (G. K. Chesterton)
¡¡¡Buenos días!!!
Cuando te pones a meditar sobre lo que está pasando en Tierra Santa
te das cuenta de lo poco que podemos aportar para remediar de alguna manera
todo el sufrimiento que allí se está padeciendo.
Veo las noticias y me pregunto ¿Cómo es posible que se cause tanto
daño? Me asusto ante lo que puede pasar no solo en esa zona del mundo sino en
el conjunto del mundo si la guerra se extiende. He intentado adentrarme en el
tema analizándolo para de alguna manera distribuir culpas, y tengo que
reconocer que el primer sentimiento que he tenido ha sido de rechazo. Y, esta
primera impresión ya me da una imagen para hacerme una idea y entender qué está
pasando, para profundizar en esta complicada situación tan dolorosa. No soy un
experto en relaciones internacionales, pero no es necesario para poder hacer un
juicio sobre estos últimos hechos. Mi experiencia me indica el camino.
No importa cuál sea mi ideología, da igual la que sea, el horror que
he sentido y siento me indica que la falta de respeto por la vida y por la
libertad del hombre es injusta, absurda. Se me ha hecho muy difícil localizar la
primera injusticia que provoco todo este conflicto en Tierra Santa y, es más,
he llegado a la conclusión que es inútil que continue buscándola. Hay un
pensamiento que tengo claro; hay que parar esta espiral de revanchas que ya
dura más de 70 años, ¡ya está bien!
Después de tantos años nuestra experiencia nos dice que nuestro deseo
de justicia, que es inmenso, no se satisface con la venganza. La justicia, como
muchos otros deseos, no se realiza muchas veces como habíamos pensado, como
habíamos imaginado inicialmente.
Sin embargo, no es fácil, desde el ataque de Hamas, espero que todos estemos
sobrecogidos e impresionados por la crueldad con la que se ha actuado. Ya sé que
el conflicto es largo y endiablado. Pero lo que ha hecho Hamas no tiene ninguna
justificación. Por eso es más conveniente que nunca que Israel no responda como
está respondiendo.
Pero seamos justos, tiene que haber justicia y, esto nos complica
mucho tomar una decisión. Tenemos claro que un sistema judicial aleja la
amenaza de una venganza, pero si lo pensamos un poco veremos que no la suprime,
la limita a una represalia única, cuya puesta en acción queda en manos del
Estado. El principio sigue siendo el mismo: se intenta alcanzar justicia, en
este caso con una violencia controlada. En ambos casos rige el mismo
principio de reciprocidad violenta, de retribución. La ley penal y el sistema
judicial afortunadamente frenan el peligro de la escalada. Pero no restauran la
injusticia sufrida por la víctima.
Y, esta es la clave de la cuestión, la víctima inocente. Qué estamos
observando en este conflicto; pues, que la víctima es víctima porque se la
considera culpable. Ninguna parte del conflicto admite la posibilidad de una víctima
inocente. Los terroristas de Hamas atacan a los civiles israelitas porque los
considera culpables de la ocupación y el ejército israelí hace la guerra a los
civiles palestinos porque los ve a todos como terroristas o amigos de los
terroristas.
Para empezar a solucionar el problema se tienen que reconocer a
víctimas inocentes, hace falta realmente una víctima inocente para romper este
embrollo. Una víctima inocente que vaya más allá de un sistema retributivo de
justicia que este basado en la violencia controlada o no controlada. No podemos
pedir a una víctima que renuncie a su deseo de justicia y a su deseo de
reparación. Esto sería inmoral e inhumano. No puede haber justicia con la
injusticia. Y, hay que admitir que solo se hace justicia cuando el que ha
sufrido el mal encuentra una restauración que lo satisface por completo. Una
restauración, una respuesta que le permite no tener que crear nuevas víctimas.
Este es nuestro trabajo, buscar y dar voz a esas víctimas inocentes. Hay
en Tierra Santa muchas personas y lugares donde se pueden encontrar porque
existen, nuestras raíces aún sobreviven en esas tierras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario