sábado, 7 de octubre de 2023

¡¡¡Feliz sábado!!!

 Es curiosa la prontitud con la que saltan algunos ante lo que uno dice, y la lentitud con la que comprenden lo que uno ha dicho”.  (G. K. Chesterton)  

¡¡¡Buenos días!!!

Si yo digo ahora que echo de menos la capacidad de discutir. Estoy seguro de que algunos lectores me querrán decir que no hay que discutir, sino dialogar. Sin embargo, me reafirmo: ¡A veces hay que discutir! Desde siempre he apoyado y apoyo el diálogo como una forma de llegar a un encuentro con los demás. Pero a la vez quiero defender la discusión como una forma de sostener el desacuerdo, que no es necesariamente desencuentro.

Y, es que ya no se sabe discutir. Se está perdiendo la facultad de degustar de verdad un buen debate, con una controversia viva en la que yo defiendo una cosa y el otro la contraria. En la que no se pretende llegar a un punto común, sino convencer –o demostrar la razón con mis argumentos–. Y, ¿por qué digo que estamos perdiendo esa capacidad? Porque la gente, cada vez más, termina convirtiendo una discusión en algo personal, que más pronto que tarde deriva en un ataque, en insulto o la descalificación: Si defiendes esa opinión es que eres… (un talibán, un fascista, un ignorante, un chiflado), y así hasta la extenuación.

Tal vez por eso ya casi no nos atrevemos a discutir de política, de religión, de deporte, de educación… porque casi sin darnos cuenta lo volvemos todo personal. Porque parece que el desacuerdo implica enemistad.

La botella está medio llena. O, lo que es lo mismo, está medio vacía.

Una misma realidad puede ser vista de muchas maneras. Decir que la botella está medio llena o medio vacía depende de perspectivas, de valoraciones, de experiencias pasadas, de preocupaciones presentes.

La discusión surge, en parte, desde las perspectivas adoptadas por cada persona. Otras veces, el origen de la discusión está en el mayor o menor conocimiento de datos: quien tiene más elementos de juicio llegará a una conclusión diferente que quien tenga menos información en su poder.

En las miles de situaciones en las que tenemos diferentes puntos de vista y empezamos a discutir, siempre es posible tomar una actitud sana que permita una discusión constructiva.

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