“No necesitamos una religión que tenga razón en lo que nosotros tenemos razón. Lo que necesitamos es una religión que tenga razón en lo que nosotros nos equivocamos”. (G. K. Chesterton)
¡¡¡Buenos días!!!
Viendo lo que hay y escuchando lo que llega a nuestros oídos me
acuerdo de una reflexión de Sócrates que conserva para mí toda su validez.
Resulta que Sócrates unas pocas horas antes de morir le digo a sus amigos: “no
os fijéis en que yo digo esto, sino considerar si es o no es verdadero”.
Porque la amistad o simpatía que sentimos hacia una persona no debe
ofuscarnos en la búsqueda por la verdad. Es fácil cometer el error en una
discusión de empezar a criticar también a quien está defendiendo una idea
diferente a la nuestra o aceptar simplemente sus postulados porque es un amigo
nuestro. Y, esto provoca distorsiones en los debates, sobre todo cuando ponemos
más atención en los defensores de cada idea y menos en los argumentos de
defienden.
Por eso, una discusión bien llevada no debe perderse en ataques o en alabanzas
a las personas, sino que deben ir al fondo de cada cuestión, aunque para ir
avanzando en el debate tengamos que dejar a un lado las opiniones de un amigo.
Con todo lo anterior no estoy diciendo que se tenga que olvidar que
todas las ideas tienen su origen y sus defensores en persona concretas y que a
veces las defienden como si tratasen de forofos de un equipo de fútbol.
Sin embargo, a pesar de toda esa dificultad, no nos debemos cegar en
el debate. Porque si discutimos como personas es porque pensamos, al igual que
Sócrates, que un diálogo bien llevado nos debe servir para desenmascarar los
errores y acercarnos a la tan buscada meta donde se encuentra la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario