miércoles, 30 de marzo de 2022

Una brújula

“El viajero ve lo que ve, el turista ve lo que él ha ido a ver”. G. K. Chesterton 

Ya falta menos de una semana para empezar a pedalear, el tiempo de espera ha terminado y es el momento de la acción. Y aunque ahora no se usa la brújula para guiarnos, sí que he considerado interesante tener siempre una a la vista para que me diga donde se encuentra el norte al que quiero llegar. Para recordarme hacia donde me tengo que dirigir.

Estoy seguro de que “subiendo” al norte voy a conocer muchos lugares, de los cuales una buena cantidad van a poseer un interés artístico que me van a “obligar” a detenerme para admirarlos, por supuesto también encontraré paisajes que también conseguirán que los disfrute igual que cualquier maravilla arquitectónica o cualquier pintura, en realidad voy a estar rodeado de arte en todo momento, considerando como arte cualquier cosa que se transforme en un camino que me lleve a la admiración, al encuentro y al crecimiento personal.

Cuando se admira todo lo que tenemos alrededor, un viaje en solitario no es tal, no nos sentimos solos, y a la vez, vamos a tener la necesidad de compartir esos momentos. Para admirar las cosas de este mundo, ya sé que no se necesita hacer viajes largos, ni subirse a una bicicleta, hay libros, internet, conversaciones, conferencias, cursos, etc.


No obstante, al encontramos de frente ante una obra maestra y reconocerla como tal, sea de la clase que sea, dentro de nosotros se escucha la misma voz que también inspiro al artista. En contacto con una obra de arte así, se experimenta como una conmoción, una tensión entre la obra y nosotros que necesita ser aclarada.

¡Qué difícil será y es hablar de una gran obra! Sin duda. Además, el valor de una obra maestra es relativo, en relación con lo que recibe. Normalmente se cree que la importancia de una obra de arte se puede medir por la reacción de las personas frente a esa obra, por la relación que resulta entre ella y la sociedad. En términos generales, esto es cierto.

Pero lo aparentemente contrario a la lógica es la obra de arte, en ese caso, pues depende totalmente de quienes la reciben, de que esa persona sea capaz o incapaz de descubrir, de percibir lo que une la obra con el mundo y con una persona, que, es el resultado de sus propias relaciones con la realidad. No podemos pretender que nuestra opinión, que nuestro juicio sea objetivo, cada juicio nuestro está condicionado por una variedad de interpretaciones. Si una obra de arte es considerada como tal a los ojos de muchas personas, de la mayoría, esto suele ser el resultado de circunstancias casuales y resulta por ejemplo del hecho de que aquella obra de arte tuvo suerte con quienes la interpretaron.

Por otra parte, las afinidades estéticas de una persona en muchos casos dicen mucho más sobre la propia persona que sobre la obra de arte en sí.

Voy a ver infinidad de obras de arte, estoy seguro, y muchas de ellas, a lo mejor solo lo van a ser para mí, de momento al levantarme cada mañana ya me muestra la obra de arte que es la vida, ahora bien, para los demás ya no sé, me conformo con que al menos lo intenten.

En fin; Buenos días.

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