miércoles, 23 de marzo de 2022

Operación "bikini".

  “El viajero ve lo que ve, el turista ve lo que él ha ido a ver”. G. K. Chesterton

En los días previos a un viaje lo queramos o no, siempre surge ese momento en el que sabes que no puedes o lo que es peor no debes llevarte todo lo que tienes preparado. Hay que hacer una selección de lo indispensable y dejarte algunas cosas.

Siempre tengo para los viajes en bicicleta los cien kilos como tope máximo, y siempre he tenido que dejarme cosas que días antes consideraba necesarias. Hasta ahora he tenido problemas para no llegar a esa línea que no me apetece traspasar. El año pasado en el viaje a Venecia conseguí empezar con 95 kilos, un récord que no creo que ahora pueda igualar. Era verano, menos kilómetros y menos días.

No es fácil decidir cuándo lo “imprescindible” ya se acerca peligrosamente a los 90 kilos: bicicleta, ciclista, material de acampada, cocina, ropa, herramientas, electrónica y mapas. En la teoría y habiendo visto lo que llevan los bici-viajeros más experimentados quizá sea fácil, fácil porque parece ser que no les molesta el peso, ya sé qué existe la modalidad de no llevar prácticamente nada de equipaje, pero a mi no me sirve pues se trata de otro tipo de viaje, del que debería de hablar en alguna ocasión. Me gusta llevar todo lo que necesito para viajar cómodo y que pueda pedalear, cuando acampo quiero encontrarme a gusto y para eso debo tener casi de todo.  

He ido colocando, desde hace días, en el comedor, todo el material que tengo para viajar en bicicleta, al que he ido añadiendo poco a poco la ropa y ahora toca empezar a descartar. Por una parte, me alegra tener tantas cosas, supongo que es buena señal, pero en parte ocurre como con el armario o las estanterías de nuestra habitación. Que como no despejes de vez en cuando terminas sepultado por libros, ropas, objetos varios… Así que, aunque cueste, de vez en cuando toca hacer limpieza general y tirar por la ventana (metafóricamente) todo lo que sobra. Para quedarse con lo importante.

En realidad, no es complicado, llevare lo mismo que el año pasado con el añadido de un poco más de ropa de abrigo y un paraguas. El truco para no sobrepasar el peso de 100 kilos se encuentra, según mi opinión, en la comida. Realizar la compra todos los días y no cargar con un kilo o medio kilo de cada cosa. Ya se que es complicado, pero llevar mucha variedad de comida hace que el peso total aumente. Llevar arroz, macarrones, lentejas, alguna lata de atún, café, avena, fruta, chocolate, frutos secos, condimentos… todo a la vez es lo que procuro que no ocurra. Sobre todo, si al comprarlo viene en envases de un kilo o medio kilo. Compro macarrones y como macarrones hasta que se terminen y después compro arroz y como arroz hasta que se termine y después compro tallarines y los termino. Más o menos ese es mi sistema.

Sea como sea, no quiero sobrepasar los cien kilos, la manejo bien tanto en marcha como parado ya que a veces se nos olvida que muchas veces hay que llevarla de la “mano”, subir escaleras, llevarla por dentro de algún edificio, entrarla en una habitación… etc.

En fin, voy a seguir con la operación “bikini”.

Buenos días.

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