“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Otra excursión de domingo, y es que mientras la
covid-19 nos permita salir con la bicicleta lo continuaremos haciendo, cada vez
las restricciones nos obligan a ir cambiando las costumbres, ya hace meses que
nos llevamos la comida para apartarnos lo máximo posible de los bares, aunque no
perdonábamos el café, y este domingo nos hemos tenido que llevar el hornillo de
alcohol para podernos preparar nuestro café al estar los bares cerrados por la
cuarentena.
En fin, no nos queda más remedio que ir adaptándonos
mientras podamos y, esperar hasta que mejore la pandemia para salir con más
libertad, ya sé que no existirían demasiados impedimentos para hacer una salida
de varios días por la provincia, pero no creo que sea un buen ejemplo, aunque
tampoco lo sería malo, pero viendo cómo se encuentra la pandemia no vale la
pena ir por ahí dando vueltas sobre todo porque no es esencialmente necesario.
Ahora lo necesario es quedarse en casa y relacionarse
lo menos posible, salir a pasar el domingo con la bicicleta no creo que se
pueda considerar como una violación de las normas que tenemos ahora
establecidas para frenar la pandemia.
Ahora lo necesario es salir lo preciso, después
cuando sea posible moverse con total libertad por todo el país empezaremos
nuestros pequeños viajes con la bicicleta y casi sin darnos cuenta estaremos recorriendo
las carreteras europeas, lo que nos parece hoy casi imposible.
La cuestión es que estamos como estamos y somos
esto que somos. Por eso no se trata de pasarse los días marchitándonos en nuestras
propias insatisfacciones, en nuestras absurdas comparaciones con los años
anteriores... si yo pudiera, si yo tuviera, si mi vida fuera..., conjugando el
futuro incierto en vez del presente concreto, obstinados en no querer ver, que
la felicidad es un estado subjetivo y voluntario.
Podemos elegir hoy estar felices con lo que somos y
como nos encontramos, con lo que tenemos, o vivir amargados por lo que no
tenemos o no podemos hacer. Sólo podremos florecer el día que aceptemos que
somos lo que somos, estamos como estamos, que somos únicos y que nadie puede
hacer lo que nosotros vinimos a hacer.
Se trata de conocerse, quien se conoce a sí mismo,
posee una gran arma: saber quién es, su fisonomía moral, psicológica, afectiva,
e incluso física; entonces, podrá planear serena y confiadamente un plan
personal para su vida y su crecimiento como persona.
Quien se acepta tal cual es y cómo se encuentra, ya
inició su camino de perfección y felicidad, pues ya sabe y acepta lo que tiene
naturalmente, su base humana para avanzar. ¡Acéptate tal cual eres! Con todas
tus grandezas y tus flaquezas, tus cualidades y tus debilidades, tus aciertos y
tus errores, tus triunfos y tus derrotas.
Quien se supera, quien se esfuerza por ser mejor,
quien lucha por su crecimiento personal, podrá amar mejor a los demás,
servirlos mejor, acelerará su camino a la madurez personal, será más dueño de
sí mismo, será más grato a los demás.
Vamos a hacer un esfuerzo e intentémoslo, esta en
nuestras manos y tenemos tiempo.
Buenos días.
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