domingo, 3 de enero de 2021

La cuestión era no rendirse.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton) 

Mientras espero que amanezca y salga el sol para que caliente un poco el ambiente, pues ahora hace un frío que “pela”, poder salir a realizar nuestra salida dominguera con la bicicleta voy a hablar un poco de mi proyecto estrella, que no es otro que subir al Cabo Norte en bicicleta y, al que voy a hacer unos cambios radicales.

Supongo y es muy fácil que no disponga de tiempo para realizarlo en bicicleta, la covid-19 no me va a permitir disponer de al menos tres meses para llegar, ya que considero que entrar en el círculo polar ártico con agosto ya avanzado es una temeridad al menos para un mediterráneo como yo.  

Mi previsión es que, hasta junio, siendo optimista, no se va a poder cruzar con normalidad Europa y, la verdad, no es buena idea llegar en septiembre. ¿Qué voy a hacer? Pues si no se puede salir en mayo, cambiar la bicicleta por la berlingo y dejar la subida en bicicleta para el 2022.

Para ello, he pensado, hemos pensado, que voy a intentar camperizar mi berlingo durante estos tres meses que supongo que va a durar como mínimo el confinamiento, al menos el nacional. Y si lo consigo, o lo realizo con la suficiente “maestría” para que se vea “elegante”, entonces los dos nos aventuráremos a subir por el camino más corto y bajar tranquilamente por la costa Noruega.

Así que ya tengo el “croquis” dibujado y las medidas de los tableros para la primera fase o sea para la parte de atrás en la “cesta”, y el lunes empezamos a ver como se me da la carpintería.

Después de analizar cómo puede estar la situación de la covid-19 en abril y llegando a la conclusión de que fácilmente aún nos encontremos “encerrados” en España había que buscar posibles soluciones para el Cabo Norte y la de camperizar la furgoneta ha sido la solución que he encontrado más divertida y que representa un nuevo reto.

La cuestión era no rendirse y buscar alternativas viables pues de lo contrario la “parálisis” estaba a la vuelta de la esquina. Siempre es posible seguir en camino. Porque sabemos que más allá de los problemas y de los inconvenientes que surgen existe siempre una solución.

El mundo adquiere un tono distinto cuando lo miramos todo desde la confianza y la esperanza. No hay problemas sin solución, no hay caídas sin medicina, no hay errores a los que no pueda llegar la misericordia.

Llega el momento de poner manos a la obra. El "resto" (es decir, todo) queda puesto en las manos de la providencia.

Me voy a pasar frio en la bicicleta.

Buenos Días.

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