“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Comenzamos hoy una nueva etapa de esta pandemia, ya
no se cuantas van ya, y de momento ninguna a conseguido controlar la covid-19,
de momento esta nos encierra un poco más en casa que parece que es lo único que
parece dar algún alivio a los contagios.
Estamos a muy pocos días de que se cumpla un año de
la llegada de la pandemia y sigo inmerso en el mismo problema, asustado y
desconcertado. Me sorprendió la covid-19 de una forma inesperada y furiosa, al
igual que todos demasiado frágiles y desorientados.
Y después de todo este tiempo, la covid-19 sigue golpeándonos
con fuerza, aumentan los contagios y todos nos encontramos dentro de un panorama
que fácilmente nos puede llevar al desánimo. Si de algo puede haberme servido estos
meses de reclusión y reflexión es para darme cuenta sobre la crisis por la que
esta pasando nuestra sociedad o mejor dicho sobre tres crisis que según mi
opinión exigen soluciones urgentes, y me refiero a: La crisis cultural,
espiritual y política.
Me he dado cuenta de que estamos rodeados de un
excesivo materialismo, hay demasiadas personas que su máximo objetivo es el
disfrute del “aquí y ahora”, dando además demasiada importancia a la ciencia. Viéndola
como la única que no solo puede ayudarnos sino también salvarnos ya que elimina
y previene enfermedades y aporta comodidades en todos los terrenos de la vida. Mucha
gente se queda ahí, negando todo lo que tenga relación con el pensamiento y el
conocimiento, olvidándose de reflexionar sobre campos tan esenciales como la
verdad, los valores de la persona humana y hasta se puede observar cómo hasta
la misma democracia que parece reducida solo a la lógica de las mayorías de
votos.
La otra crisis a la que se debería encontrar alguna
solución es la espiritual. Dios prácticamente no cuenta en la vida diaria y en
la vida social para casi nadie, se prescinde de Él y se vive como si Dios no
existiera.
Estas dos crisis nos llevan irremediablemente a la
crisis política que tanto influye en la manera de ser, de valorar, de edificar
y de buscar el bien común. Parece que a nuestros políticos lo que les importa
sea el poder y el éxito o la cantidad de votos, sus decisiones se basan casi en
su totalidad en conseguir cualquiera de esos objetivos o los tres. Se olvidan
con demasiada frecuencia de que la política debe ser una de las principales
herramientas para la paz social, la convivencia y la concordia. Es un grave
error, que, en plena crisis sanitaria, se plantee la toma de decisiones por el
dilema de "vencedores y vencidos”.
No nos queda más remedio que despertarnos y activar
nuestra solidaridad y esperanza, que nos darán fuerza, contención y sentido a
estas horas donde todo parece hundirse.
Me despido con una frase que creo viene a colación
de Luther King: "Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar
como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como
hermanos". Y eso que nos va en ello la vida, la supervivencia.
Buenos días.
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