“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Vamos a entrar en las
celebraciones de Navidad y, antes de empezar con las felicitaciones, los
recordatorios, la petición de regalos y los buenos deseos para todos, quisiera
dar un “coscorrón” y pedir “carbón” a todos los que se han portado mal o lo están
haciendo ahora, a los que nos están mintiendo o sea a los mentirosos, a los que
nos están engañando o sea a los sinvergüenzas y a todos aquellos que no están
haciendo lo que honradamente se esperaba de ellos.
Ya sé que habrá quien utilizara
la Covid 19 como excusa para justificar sus actos y se amparará en la grave
situación por la que atravesamos para explicarnos que no podía hacer otra cosa,
pero una cosa es sufrir una adversidad generalizada, y otra muy diferente, cómo se gestionan las consecuencias de esa crisis. Nadie ignora que aquí se ha
ocultado, se ha mentido, se ha ignorado, se ha mirado hacia otro lado, y se han
tomado medidas políticas bastante partidarias en sustitución de las sanitarias
que son las que necesitaba la población española.
Mentir y engañar es un bumerán
muy peligroso, porque cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que
obedecen pierden el respeto.
En cualquier caso, visto el
comportamiento de nuestra clase política, muy ciego hay que ser para no
entender, que ese tan manoseado y traicionado conglomerado al que llaman pueblo
no es más que una mera excusa para justificar su existencia. En el fondo,
nuestro bienestar o infortunio, solo les preocupa debido a como puedan
utilizarlo de modo que les reporte mayores beneficios con los que aumentar su
poder.
No seamos ingenuos. La
política se está transformando en el modo de presentar como interés general, el
provecho partidario, y en no pocas ocasiones, como vemos todos los días, hasta
el puro interés personal. Se sirven de nosotros haciéndonos creer que se ocupan
de nuestros problemas; problemas que, en la aparente búsqueda de soluciones,
con frecuencia suelen originar conflictos de mayor envergadura.
Dada su importancia, quizá
habría que considerar que la política es demasiado seria como para dejarla en
manos de los políticos. Y si no, veamos la gran mascarada que es el parlamento,
ese púlpito en el que alguien habla y habla sin decir nada. Naturalmente nadie
le escucha, porque, nada importa lo que diga. Venga o no a cuento, cada uno
lleva su perorata preparada.
Me resulta verdaderamente
preocupante, que con tan grotesco esperpento; con tan obsceno desprecio a la
razón, el sentido común y la inteligencia, viendo como quienes ejercen el
poder, defienden al mismo tiempo una cosa y la contraria, consigan que hagamos
lo que ellos desean.
Si algo queda claro cada día,
es que España y los españoles, a los partidos que se asientan en la sede de
donde dicen que reside la soberanía del pueblo, les importamos muy poco.
Frente a los problemas tan
graves por los que estamos pasando, frente a los millones de trabajadores que
se han quedado y se van a quedar en el paro, delante del cierre de miles de
empresas, frente a un sistema de pensiones quebrado, frente a un sistema
autonómico que ha servido para enfrentar a los españoles, desangrar
económicamente al país y convertirlo, política, social y económicamente en un
reino de taifas en la que cada uno va a lo suyo, ante la ruina económica que
nos engulle día a día, frente a una deuda ascendente que arruinará no solo a
nuestros hijos sino también a nuestros nietos, nuestros gobernantes se dedican frenéticamente
a deteriorar la figura de la jefatura del Estado, maniobrar para intentar
dominar al poder judicial, domesticar a los medios de comunicación, hacer
propaganda en vez de gobernar, denunciar el agobio que sufren las niñas por
vestir de rosa, eliminar la libertad de expresión en cualquier sistema de
comunicación, incluidas las redes sociales, o renunciar inconcebiblemente a la
enseñanza debida de nuestra propia lengua.
No me viene a la cabeza ahora ningún
país cuyos gobernantes estén cometiendo semejante indecencia.
En fin, lo dejo por hoy, es
domingo y toca ir a pasar el día con la bicicleta, tal vez mañana me acuerde de
terminar este repaso a nuestros gobernantes, sino es así espero que se
comprenda que es mejor ver la parte positiva de la vida y de nuestra sociedad.
Buenos días.
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