“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Buenos días: estoy seguro que
una gran mayoría de nosotros ya sabemos cómo nos tenemos que reunir o comportar
en esta Navidad que cada día está más cerca, parece ser que ya nuestros
representantes públicos ya han acordado las normas por las que nos vamos a
regir en la próxima Navidad, sabemos cómo y a dónde nos vamos a poder desplazar
para enfrentarnos a la covid-19 es estas próximas Navidades, lo que no tengo
tan claro, o al menos no lo veo por casi ningún sitio es que la gente sepa el
motivo por el que vamos a celebrar la Navidad.
Sabemos que la pandemia que
todavía padecemos está haciendo estragos, sabemos que no solo hace daño en la
salud de muchos, sino que también está deteriorando nuestras costumbres y
tradiciones más milenarias. Las relaciones familiares, también, están siendo
afectadas por los cierres perimetrales y los confinamientos. Estamos asustados.
Ya no nos fiamos de lo que nos puede pasar en la próxima reunión familiar, o en
el próximo almuerzo con los amigos y compañeros con los que siempre hemos
compartido aficiones y entretenimientos.
Todo ello está ahí, lo
sentimos continuamente, cada hora y cada día desde hace varios meses. Estamos
incluso aburridos de tanto covid-19. Y ahora nos tenemos que preocupar de un
dilema nuevo: ¿Cómo pasamos la Navidad? Todas nuestras preocupaciones parece
que empiezan a girar alrededor de la comida de Navidad, la cena de empresa o la
cena de Nochebuena. Y, ante tanta información sobre cómo debe ser la Navidad, ¿no
os parece que nos están quitando el Misterio de la Navidad? ¿No os parece que el
Belén, el Nacimiento de Jesús se están disolviendo en averiguar la cantidad de comensales?
¿En saber las condiciones sanitarias?
Todo el mundo está preocupado
en saber cómo va a celebrar la Navidad, ¿pero saben por qué? Da la impresión de
que lo que importa es como lo celebramos y no para que lo celebramos. No es
algo nuevo y, tendremos tiempo para hablar y recordar lo que celebramos en
Navidad.
Ahora, preparemos la Navidad, nos
encontramos en el tiempo adecuado para recordar el pasado, un pasado que nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro. Preparemos el Belén, una balconera
con la imagen de Niño, enviemos las felicitaciones, repartamos sonrisas y
felicitaciones, en fin, celebremos la Navidad.
Eso sí con mascarillas, con 6 o tal vez 10 alrededor de la mesa, en una burbuja o en varias, con las ventanas abiertas, con solo una persona sirviendo la mesa y… con todas las recomendaciones de sanidad, pero sabiendo y recordando el Misterio de la Navidad.
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