viernes, 14 de septiembre de 2018

Viernes 14 de septiembre de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman)


Después del lío que hay montado con la dimisión de la ministra de sanidad por plagio y del problema que parece que también tiene Pedro Sánchez con el posible plagio de su tesis algo hay que decir sobre todo esto.
Si nos vamos al diccionario de la Real Academia de la Lengua veremos que nos dice; “1. tr. Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.”
A los que nos gusta lo medieval sabemos que en aquellos siglos ser copiado o plagiado era un honor. Pues, que alguien copie lo que yo he hecho implica que lo habré hecho bien y eso me debe enorgullecer.
Aunque claro, en aquella época el saber se consideraba un bien público, universal sin que tuviera importancia lo que ahora se llaman derechos de autor, por ejemplo la mayoría de las obras románicas no están firmadas.
Pero, claro, ahora las cosas han cambiado, ya no se piensa igual, nos hemos hecho más egoístas y queremos que se nos reconozca públicamente nuestros logros, todo esto ya empezó en el renacimiento por lo que no es nuevo. Nos hemos convertido en unos defensores a ultranza de los derechos de autor y sin embargo mucha gente en Twitter cuando algo le gusta pulsa retuitear  y en whatsapp se “reenvía” sin añadir el nombre del autor o de donde procede.
No estoy diciendo que estoy a favor de que en la universidad se plagie en una tesis pues esto es otra cosa, es un examen, y en un examen no se debe copiar, lo que creo es que reproducir las buenas ideas o las cosas positivas que nos encontramos en esta vida es más bien enseñar y educar.

Feliz y Dulce Día. 

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