jueves, 6 de septiembre de 2018

Jueves 6 de septiembre de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Llevo una mañana un poco ajetreado pues tenia que ir temprano a hacer lo que se dice ahora unas “gestiones”, en fin, aunque ya esta avanzada la mañana ya estoy aquí. Por eso se me han adelantado Maribel y Reme.
Por cierto, las “gestiones” no han sido otras que ingresar dinero en la cuenta bancaria en la que me van cobrar el IBI, como mañana me voy todo el fin de semana a realizar otras “gestiones”, lo tenia que hacer hoy. Y mientras esta esperando mi turno estaba pensando en que hay algo alarmante en nuestra sociedad que nunca denunciare bastante.
Haciendo cola en la caja de un banco es donde más nos damos cuenta que vivimos en una civilización que tiene como eje de pensamiento y criterio para moverse la secreta convicción de que lo importante y decisivo no es lo que uno es, sino lo que uno tiene.
Estoy casi seguro que la gran mayoría de los que estábamos mirando la pantalla para ver aparecer nuestro numero, sin atreverse a confesarlo, saben que en su vida, en un grado u otro, lo decisivo, lo importante y definitivo, es ganar dinero, adquirir un bienestar material, lograr un prestigio económico.
He salido del banco con la impresión que aquí está sin duda una de las quiebras más graves de nuestra civilización. Nos hemos hecho en buena parte materialistas y, a pesar de nuestras grandes proclamas sobre libertad, la justicia o la solidaridad, apenas creemos en otra cosa que no sea el dinero.
Seguramente la gran mayoría de los que estábamos en el banco esta mañana somos felices pero sería una lastima que solo lo fuéramos porque tenemos dinero en nuestra cuenta.

Feliz y Dulce Día.

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