viernes, 21 de septiembre de 2018

Viernes 21 de septiembre de 2018.

 “-El amanecer no está lejos- dijo Gamelin-. Pero la luz del día no habrá de ayudarnos, me temo.
-Sin embargo, el amanecer es siempre una esperanza para el hombre- dijo Aragon.”
“El señor de los anillos”. J.R. Tolkien.


Me encuentro ahora con una temperatura en mi balcón de 22,2, me parece bien, ya se que hoy volveremos a tener calor pero ya no será ese agobio del que tanto no hemos quejado este verano.
Después de lo de ayer, será útil, aquí, decir algo acerca de la «discreción». Esta palabra, de origen latino que deriva del verbo «discernir» y que significa separar. Por lo que hacer un discernimiento es analizar una realidad para separar los elementos válidos de aquellos que no lo son.
Soy «discreto» cuando soy capaz de hacer discernimiento y de analizar con objetividad. Veamos, en el caso de la información periodística que estamos recibiendo todos los días, se trataría de hacer un juicio razonado y razonable acerca de qué información contribuye al bien común, y en qué medida contribuye a él, y de evaluar las ventajas y desventajas, siempre con miras al bien común, de dar una información objetivamente veraz y proporcionada.
Y aquí entramos en un tema que los periodistas supongo que estudiaran, en saber distinguir lo que es transparencia informativa y la discreción. Se ha de presuponer que los periodistas deben de saber que una información veraz y objetiva es una contribución valiosa al bien común. Y que por lo tanto sería desventajoso lo que contribuye al sensacionalismo, estimulando curiosidades que pudieran ser enfermizas.
Tenemos la suerte de tener en nuestro país muchos medios de comunicación y es interesante y curioso ver como son de diferentes la forma de informar, lo paradójico es que todos, supongo, han estudiado periodismo.

Feliz y Dulce Día.

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