lunes, 10 de septiembre de 2018

Lunes 10 de septiembre de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Después de dos días de ausencia, vuelvo, y lo voy a hacer saludando a Encarna, que seguro que desde Vietnam en los pocos momentos que tendrá conexión con nuestra querida tierra espero nos mande un pequeño saludo.
Seguro que cuando vuelva nos podrá dar un poco de información de cómo se entiende allí la democracia, una democracia que como todas las democracias tiene la virtud de ser de ser perfectible: y como siempre es perfectible, siempre podemos estar insatisfechos y nos planteamos ciertas preguntas.
¿Por qué siempre debemos estar insatisfechos con la sociedad que tenemos? ¿Por qué siempre pensamos que el pasado fue mejor? De esto, tiene un poco de culpa la misma democracia, que se convierte en un problema.
Como podrá comprobar Encarna, la democracia tiene muchas acepciones: siempre hablamos de democracias pluralistas, democracias mayoritarias… Pero cuando hablamos de democracia, nos referimos a aspectos que no siempre se alcanzan; buscamos una forma de gobierno, de escoger a los gobernantes por elección popular para cubrir los cargos públicos pero entonces nos surge la pregunta de si puede existir una democracia en la que haya instituciones políticas perfectamente escogidas por los ciudadanos.
Hay un alto grado de asociacionismo, de pluralismo, de vida social, pero sin una cultura democrática, lo que quiero decir es que el hombre no es del todo demócrata y que las democracias pueden ser una forma de organizar la sociedad, pero también han de ser humanas, porque la democracia o es humana o no es nada (una democracia que no fuera humana no tendría ninguna trascendencia, porque no legaría a aquello esencial de las personas.
Nuestra democracia es una democracia constitucional, no al estilo de la del Vietnam, sino una democracia que comporta una manera de gobierno que se ejerce de acuerdo con un contrato que es la Constitución. Eso tiene consecuencias importantes desde el punto de vista democrático; por ejemplo, es incompati-ble con la revolución.
La democracia constitucional comporta un régimen de derechos fundamentales; comporta unos derechos básicos, como la libertad de expresión y, por tanto, está relacionada con los medios de comunicación, que tienen una tarea fundamental dentro de la democracia constitucional, la de crear una opinión pública libre. Por eso, la democracia se fundamenta en la concepción de que el ser humano es un ser racional, es decir, que piensa, presunción sobre la cual se ha montado el esquema democrático y que iría muy bien demostrar.

Feliz y Dulce Día.

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