martes, 11 de septiembre de 2018

Martes 11 de septiembre de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Supongo que a Encarna no le debe sorprender el caos circulatorio, pues es una de las atracciones turísticas, un desbarajuste circulatorio que les gusta y que esta unido a la imagen que todos tenemos de Vietnam, junto con su exotismo y de una belleza natural solemne, pero que sea Encarna la que nos lo cuente.
Lo que si que puede notar en falta es, como os decía ayer, una democracia como a la que estamos acostumbrados aquí, aunque en Vietnam también hay democracia, y posee algunos de los vicios que también tiene la nuestra.
Por ejemplo, creo que también tendrán el problema de la erótica del poder, o sea cuando alguien llega al poder le coge gusto, porque manda. Es fácil que también sus políticos o gobernantes se vayan convirtiendo en soberbios con el tiempo y que necesiten una dosis de humildad para volver a la idea clásica del servicio público.
Ya se que desde aquí, desde nuestro punto de vista o por lo menos del mío la democracia no se reduce a un sistema político de gobierno, sino que se trata de una forma de vida, de educación, de realización personal.
Si profundizamos sobre la persona como un sujeto político nos encontramos en que en ella está el fundamento de este salto hacia adelante, frente al cual se encuentran la democracias, un fundamento que consiste en el derecho de todo ser humano de vivir su vida en este mundo conforme a su conciencia en materia política.
El meollo del asunto tal vez se encuentre en que la razón humana, como tal, es limitada, y por ello tiene más posibilidades de equivocarse que de acertar. De aquí que cada persona deba tener una actitud de “plaza abierta” al diálogo con el fin de acercarse más, entre todos, a la verdad.

Feliz y Dulce Día.

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