“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos
creer.” (J.H. Newman)
Ayer por la mañana estuvimos
corriendo en la Vall d’Alcala y durante el almuerzo me fui dando cuenta que cada
vez más hay más personas que defienden una idea equivocada y radical de la democracia
que la equipara con el poderío mecánico de las mayorías. Pero eso, yo pienso
que no es democracia sino tiranía de la mayoría.
Vamos a ver, si la mayoría de
un pueblo desea la tiranía, es casi seguro que logrará implantarla, pero nunca
tendrá derecho a hacerlo, creo yo, en el nombre de la libertad y de la
democracia. Cada día vemos más ejemplos de la posibilidad de que la democracia
sea destruida democráticamente por la voluntad de la mayoría de los ciudadanos.
Y es que, si se cree que la mayoría siempre tiene razón, también la tendrá
cuando opte por la tiranía.
Según mi parecer la democracia
solo puede surgir allí donde los hombres aman la libertad, ¿Cómo puede surgir
entonces una mayoría antidemocrática? Eso tal vez quiera decir que la
democracia sería entonces, en cualquier caso, imposible.
Hay conceptos que tenemos que
tener claros; no se puede destruir la libertad en nombre de la libertad. Si
alguna vez una mayoría optara por la tiranía, no debería poder hacerlo en
nombre de la democracia. Una cadena que nos inmoviliza no deja de serlo por
muchos que sean quienes la reclamen.
Por muy felices y contentos
que se sientan unos esclavos no dejan de ser esclavos, por eso entiendo que
resistirse a la opresión de la mayoría nunca es antidemocrático. No es lícito
utilizar la libertad de los más para abolir la libertad de todos.
Hay que tener muy claro cuando
nos llamemos demócratas que la democracia no es la tiranía de la mayoría sino
la defensa de la libertad de cada uno. El griterío de una muchedumbre de
esclavos fanáticos no debe valer más que la voz de un hombre libre. Por lo
demás, todos nosotros estamos de acuerdo en que la libertad es un valor fundamental,
pero nada garantiza el buen uso que se haga de ella, salvo la moralidad y la
responsabilidad.
Hay que tener siempre presente, y actuar en consecuencia, que la libertad no se identifica con el bien sino con
la condición de la posibilidad del bien y del mal.
Mucho se puede hablar de la
democracia, por lo que seguro que lo haremos.
Feliz y Dulce Día.
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