miércoles, 30 de abril de 2025

Día 25 del viaje a Roma. Peillon --- Ventimiglia.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

Día 25 del viaje a Roma. Peillon --- Ventimiglia. 

Miercoles 23 de abril de 2025.

Distancia: 43 km. 

Desnivel positivo: 628 m. 

Velocidad media: 12,2 km/h. 


    Es la segunda vez que entro en Italia en bicicleta, he realizado algunos viajes recorriendo el trayecto desde Roma a Venecia y desde Milán también a Venecia, pero nos desplazábamos hasta aquí en coche y con las bicicletas en el techo.

    La ultima vez que entre en dirección a Venecia desde casa lo hice por la parte central de los Alpes, por Turín, ahora en dirección a Roma lo hago por la costa, pero los Alpes continúan siendo una barrera que hay que cruzar, y cuesta, aunque se traté de los marítimos.

    Al final las montañas, que son lo que más entusiasma a los ciclistas es también lo que más odiamos, es un amor-odio bastante curioso. 

    Lo que tengo claro es que las grandes vistas y los bellos paisajes se encuentran cuando la vista es capaz de correr hasta el horizonte y en su camino encuentra una variedad de perspectivas  capaces que asombrarnos, un horizonte plano no tiene esa profundidad. 

    De ahí esa necesidad de educar la delicadeza y el buen gusto para detectar belleza, que por otra parte se encuentra en muchísimas partes. Captar el alma de las cosas sencillas que nos salen al encuentro cada día y después de cada curva es importante para disfrutar de cada panorama. La sencillez es un arte que permite disfrutar de lo bello y armonioso. Sin estridencias ni complicaciones retorcidas… Sencillez es belleza.  

    Decía el genial G. K. Chesterton. “Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina”… “Cada cosa tiene un sello divino, y quien lo descubre es feliz y da gracias  al Creador”.

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martes, 29 de abril de 2025

Día 24 del viaje a Roma. Cannes --- Peillon.

 “Cuando estoy en la intimidad me digo una verdad a mí mismo: que soy un pobre desgraciado a quien Dios le tuvo mucha misericordia”. Francisco


    Día 24 del viaje a Roma.  Cannes --- Peillon. 

    Martes 22 de abril de 2025.

    Distancia: 56,5 km. 

    Desnivel positivo: 316 m. 

    Velocidad media: 14,5 km/h. 

    Aunque no estaba entre mis objetivos prioritarios ver al Papa Francisco en este viaje a Roma sino ganar el jubileo, no cabe duda de que su muerte va a condicionar todo lo que resta de viaje. 

    No se ahora como se van a desarrollar los acontecimientos en el Vaticano, pero sin duda cuando llegue a Roma todo lo relacionado con el entierro y después con el conclave va a estar todavía en marcha. 

    De todas formas, pensar ahora en como encontrare la ciudad es precipitado y no creo que valga la pena hacer planes al respecto. 

    Para mí, y supongo que para mucha más gente el Papa Francisco se ha despedido por sorpresa, sobre todo después de su aparición en el día de la Pascua. 

    Toda la vida humana, y por muy Papa Francisco que se sea, siempre va a transcurrir con el telón de fondo de la mortalidad en el sentido fuerte de la palabra: no ya que el hombre es “mortal” en el sentido de que puede morir, sino que tiene que morir, está obligado a hacerlo. 

    Uno de los hechos más graves que le está sucediendo al hombre de hoy es el querer eliminar esta cualidad de la vida humana.  No es que no sepamos que vamos a morir, sino que esa verdad la desconectamos de nuestras vidas, y por lo tanto empezamos a vivir sin contar en ello, sin que la muerte intervenga en nuestra vida y así modificando un sentido que es, casualmente, el que le pertenece. Si no pensamos en la muerte estamos falseando la vida, tenemos una ilusión en el sentido negativo de la palabra, un gran engaño, es el de una vida que intenta ignorar la muerte y no contar con ella más que negativamente, como un mero “final” o acabamiento.

    La vida humana se nutre de ilusiones, por lo general pequeñas, menudas, a las cuales se suele dar poca importancia. Creo que sin ellas la vida decae, se convierte en un tedioso aburrimiento. Lo importante es que estas ilusiones sean reiterativas, con periodicidad más o menos rigurosa o frecuente. Pensamos en el café de cada mañana con los amigos. Esperamos con que va a volver cada día. Y ello mitiga la amenaza de la mortalidad. Lo que hacemos todos los días, parece que lo vamos a poder seguir haciendo todos los días, es decir, siempre. 

    ¿Nos estamos engañando? No, porque sabemos que no será “siempre”; pero contar con que será mañana nos calma la angustia y nos permite gozar de cada día, vivir con cierta apacibilidad.

    Y no solo esto. Esa conciencia de la mortalidad, mitigada por el día a día, da mayor valor a cada día. Si el hombre es mortal, cada día es único, y las ilusiones que en él brotan alcanzan más fuerza y valor, lo que las hace atractivas. 

    Lo que me parece evidente es que el Papa Francisco ya ha abandonado las ilusiones cotidianas y estará con las ilusiones del otro lado, las que son para siempre. 

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lunes, 28 de abril de 2025

Día 23 del viaje a Roma. Roquebrune --- Cannes

 “Cuando estoy en la intimidad me digo una verdad a mí mismo: que soy un pobre desgraciado a quien Dios le tuvo mucha misericordia”. Francisco


Día 23 del viaje a Roma. Roquebrune --- Cannes. 

Lunes 21 de abril de 2025.

Distancia: 62 km. 

Desnivel positivo: 887 m. 

Velocidad media: 12,7 km/h. 

    Ha media mañana he recibido la noticia de la muerte del Papa Francisco y la primera reacción ha sido de tristeza y después gratitud. 

    Gratitud por lo mucho que deja y me deja. Me ha hecho ver algunas cuestiones desde un punto de vista diferente, siempre teniendo a Jesucristo como punto central, pero buscando la Verdad con los ojos de hoy.

    No soy capaz de resumir ahora en unas pocas líneas el pontificado de Francisco, son doce años que terminan hoy y que no cabe duda vamos a ver balances hasta la extenuación. Citas de sus encíclicas y de los Sínodos que ha convocado. Homenajes, críticas, algunas desde el afecto y desgraciadamente también otras despiadadas. Creo que para todo católico el Papa, de algún modo, es más que el máximo responsable de una institución, un líder o una figura en una jerarquía. Es alguien que mezcla lo paterno con el maestro al que escuchamos cuando las dudas nos surgen y en cuyas palabras confiamos pues apuntan de manera especial a Jesús, si lo miramos bien veremos que a través de una cadena de nombres nos conduce hasta San Pedro, aquel pescador que un día echó las redes fiándose de la palabra del Maestro. 

    También he sentido tristeza en un primer momento. No porque haya muerto pues eso es un hecho que llega al final de todas las vidas y, la suya lo ha sido y muy bien vivida. Y ya sabemos que la muerte es la antesala de la resurrección. Tampoco es tristeza por las críticas que ha recibido y recibirá estos días pues son legítimas y algunas de ellas pueden ser válidas. Siento tristeza por todo lo que ha tenido que soportar. Por lo duro que se ha sido con él. A Francisco lo han descalificado, insultado, despreciado y ridiculizado. 

    Creo que muchas de sus reivindicaciones han llegado demasiado pronto para ser entendidas, pero quizás demasiado tarde ya para que cambiemos la dinámica de una sociedad que se encuentra atormentada. Y su grito a favor de la acogida a tantas personas que se sienten fuera de la Iglesia llegó demasiado tarde para sanar algunas heridas, pero demasiado pronto para quienes aún tienen el corazón de piedra y son incapaces de comprender aquello de «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra».

    En fin, que descanse en paz. 

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sábado, 26 de abril de 2025

Día 22 del viaje a Roma. Basse-sur --- Roquebrune. Domingo 20 de abril de 2025.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

    Día 22 del viaje a Roma. Basse-sur --- Roquebrune. 

Domingo 20 de abril de 2025.

Distancia: 61 km. 

Desnivel positivo: 477 m. 

Velocidad media: 15,2 km/h. 

    Un día más por el interior de la  Provenza paseando por sus carreteras y caminos. La tranquilidad del día me ha permitido como tantas veces preguntarme y buscar una respuesta. 

    Y hoy, viendo cómo se está poniendo Europa con esa idea de rearmarse me he preguntado: ¿De qué le sirve a Europa rearmarse, si nadie va a usar las armas?

    Una de las cuestiones que hace tiempo me llama la atención es la pérdida de identidad que está sufriendo Europa. Siempre he pensado que el día que a mi cuerpo se le escape el alma pasaré a ser un cadáver. Si me olvido de mi dimensión espiritual, que soy  cuerpo y alma voy a dejar de ser un ser humano. Pensando de esta forma resulta que todo empeño de borrar toda huella y vestigio de espiritualidad me va a resultar peligroso. Pues lo mismo creo que les sucede a las naciones, a Europa, que, sin alma ni principios, ni ética, ni moral, se convierten en una tierra yerma en la que desaparecerá la vida y las ganas de vivir.  

    Según lo veo yo, el mayor enemigo de Europa no es Rusia, ni China, ni el mundo entero; es ella misma, cuando olvida de quien es, cuando pierde su alma, el espíritu. 

    La verdad es que lo propio de la tradición europea no es una idea cerrada, ni una identidad que ha conquistado sus valores de una vez para siempre. Lo propio de la verdadera cultura occidental es apropiarse de lo ajeno, ir detrás de la verdad que hay en todas las culturas. Lo propio del europeo es la apertura.

    Nunca ha sido Europa un espacio cultural definido establecido, ser europeo es saber acudir a todas las fuentes que estaban y están fuera de Europa. La fuerza de nuestra identidad cultural ha sido la fuerza de quien sabía hacerse con todo lo bueno y verdadero que encontraba a su paso, de quien sabía aprovecharse hasta de lo más oscuro. Siempre nos hemos movido de forma dinámica entre el mundo clásico y la barbarie. 

    Los europeos hemos construido puentes cuando hemos tenido la certeza de que los otros eran una oportunidad para ser más nosotros mismos. Si nos sentimos inseguros no es porque nos amenacen, no es porque Rusia o China o quien sea amenacen lo que es nuestro. Si nos sentimos inseguros es porque lo nuestro está cada vez más ocupado por un gran vacío. Los aranceles americanos por ejemplo no nos hacen más débiles, sacan a la luz nuestra debilidad.

    Es verdad que la invasión de Ucrania nos ha despertado. Nos hemos dado cuenta de que las reglas de juego en el tablero mundial no tienen ya nada que ver con el multilateralismo y la cooperación. Delante de nosotros tenemos la Rusia de Putin y la China de Xi Jin Ping. Vivimos en un mundo mucho más inseguro y la amenaza de agresión a través de guerras convencionales o guerras híbridas (desinformación, desestabilización de procesos electorales, agresiones tecnológicas) no se puede ignorar. El reto de la seguridad plantea la necesidad de aumentar el gasto en defensa, la integración entre los diferentes ejércitos, la posibilidad de desarrollar un ejército europeo. Pero lo que está sucediendo en Ucrania deja claro que el factor humano es lo esencial. No se puede construir un sistema de defensa sin europeos que se rebelen ante la injusticia, que no estén dispuestos a realizar importantes sacrificios para no perder su libertad. Los ucranianos desde febrero de 2022 nos están enseñando que hace falta dinero, hace falta munición. Pero, sobre todo, hace falta tener viva la fuerza que da el deseo de ser libre.

    La amenaza no es solo externa. La epidemia antiliberal llegado a Europa. Por ejemplo, casi un 30 por ciento de los italianos preferirían un líder fuerte que no estuviera sometido a las reglas de la separación de poderes y del sufragio popular. En España y en Francia estamos en porcentajes del 20 por ciento. El valor de la democracia ha dejado de ser una evidencia. Y en esta circunstancia es inútil, como algunos proponen, una estrategia para “blindarnos” de la cultura asiática. La democracia no es un espacio que se pueda defender solo luchando contra la corrupción, fortaleciendo las instituciones y con asignaturas de “buena ciudadanía”. Es también aprecio por la libertad. La democracia  es un proceso, una estima por la cosa común, por la conversación pública, por la deliberación, por la responsabilidad y el protagonismo en lo público que tiene que ser reconquistada continuamente. 

    Ser europeo, más que nunca, va de amor por la libertad, de apertura, de un yo que deja encender su núcleo incandescente, nostálgico de lo ilimitado, ante los desafíos y la atracción de lo real. 

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viernes, 25 de abril de 2025

Día 21 del viaje a Roma. Peynier --- Basse-sur-Issole.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)


    Día 21 del viaje a Roma. Peynier --- Basse-sur-Issole. 

    Sábado 19 de abril de 2025

    Distancia: 71,10 km. 

    Desnivel positivo: 1137 m. 

    Velocidad media: 11,5 km/h. 

    Sigo paseando por la Provenza y más que nunca paseando porque el fuerte desnivel y los frondosos bosques hacen que mi ritmo sea lento y tranquilo. Lento por que he pasado de los 1000 metros positivos y no tengo otra alternativa que ir lento y tranquilo porque  para disfrutar de estos bosques las prisas no son buenas. 

    Hoy ha sido uno de esos días en que saber que lo  importante requiere su tiempo ha sido fundamental. Lo normal es que no se tenga paciencia, que nos cueste esperar en una cola. Que nos pongamos nerviosos cuando el tren tarda en llegar o ponerse en marcha. O cuando no soportamos con tranquilidad que no nos contesten los wasaps rápidamente. Suele ser lo normal. 

    Sin embargo, hoy era de esos días en que saber que para disfrutar de esas largas subidas se necesita tiempo. Que admirar los bosques por donde serpentea la carretera se tiene que hacer a fuego lento. Me gustaría saber hacer esas cosas sin que fuera necesario realizar un esfuerzo mental. Me gustaría salir del camping e ir saboreando el recorrido sin pensarlo mucho. Pero no es tan fácil.  

    Y, es que me cuesta tener paciencia, no se trata de una palabra muy de moda hoy en día. Suena a consejo rancio. Y quizá por eso es de las más necesarias. La paciencia supone esperar y respetar los tiempos. Supone desear la llegada de las subidas y los bosques y no tener más que hacer que esperar. Desear y esperar. 

    Hay que practicar ese arte que sin duda es esperar con paciencia. Hay que desear, imaginar e echar a volar la ilusión por la etapa que tengo por delante sin hacer nada para adelantar todo eso. Quizá así esté más preparado para cuando lleguen esos momentos. 

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jueves, 24 de abril de 2025

Día 20 del viaje a Roma. Salon-de-Provence --- Peynier.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

    Día 20 del viaje a Roma. Salon-de-Provence --- Peynier. 

    Viernes 18 de abril de 2025

    Distancia: 62,7 km. 

    Desnivel positivo: 736 m. 

    Velocidad media: 14,1 km/h. 

    Buen día de bicicleta, aunque tengo que decir que he superado los 700 metros positivos y eso tiene sus consecuencias físicas. Estaba claro, la montaña de Sainte-Victoire tenía que poner su desnivel si quería recorrer el territorio de Paul Cézanne y de Pablo Picasso. 

    Desde luego el paisaje es  agradable y me ha acompañado durante todo el día, no me extraña que también les gustase a los dos pintores. 

    Esa luz especial que tanto les gustaba pintar yo no he sabido valorarla, pero el entorno sí que es muy bonito.

    No todas las personas tenemos la misma capacidad para ver las grandes posibilidades que se encuentran por ejemplo en los alrededores de la montaña de Sainte-Victoire, sin duda Cézanne y Picasso sí que las vieron y sus pinturas nos lo muestran.

    Conocía la  relación de  esos pintores con esa montaña, por eso puse interés en descubrir toda la grandeza que sin duda debe tener y sin embargo no percibí nada que me llamara especialmente la atención. Se que tenia la oportunidad de ver lo que ellos vieron pero perdí la oportunidad, tal vez me falte una visión más de artista, de creador de arte. 

    En fin, la próxima vez me prepararé mejor, me informaré y preguntaré para acercarme a esa visión de artista que hoy no he encontrado, supongo que algo debe de haber en mi interior. 

    Hay que aprender a ver más allá. Hay que soñar a lo grande.

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miércoles, 23 de abril de 2025

Día 19 del viaje a Roma. Arles --- Salon-de-Provence. Jueves 17 de abril de 2025

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

    Día 19 del viaje a Roma. Arles --- Salon-de-Provence. 


    Jueves 17 de abril de 2025

    Distancia: 43 km. 

    Desnivel positivo: 185 m. 

    Velocidad media: 16,6 km/h.

    Un jueves tranquilo, buenos caminos que nos han permitido realizar un agradable paseo por Francia, y tengo que decir que me está gustando la Provenza francesa, buena región para pasear en bicicleta, ya había pasado por ella, pero esta vez voy a recorrerla con más atención y estoy seguro de poder apreciarla mejor. 

    La cuestión es que he pasado muchas veces por esta región y como suele suceder con tantas cosas de esta vida tengo la tendencia a verla sumido en la nostalgia. Busco como referente las veces anteriores cuando pase con diferentes personas y por diferentes motivos, y que tengo idealizados. Quizás pase demasiado tiempo mirando esos viajes con la convicción de que eran tiempos mejores. 

    Pero, en este 2025 la estoy cruzando con motivo del año santo de la esperanza, donde de alguna manera estoy obligado a ver el futuro de una forma nueva y mejor a pesar de que todo indique que se van a ver más nubes que claros.

    Y, en mi opinión, no faltan motivos para pensar así. Es cierto que nací en una época de relativa escasez y sacrificio, pero he vivido los períodos de prosperidad económica y social donde se han fraguado las libertades y derechos de las que hoy gozamos. He visto el nacimiento de la democracia, el aperturismo económico, la Caída del Muro de Berlín o la erradicación del terrorismo, mientras la población ganaba en derechos y en riqueza.

    Por el contrario, ahora estamos viendo cómo esos valores por que tanto se ha luchado se desmoronan en una sociedad que ha decidido fijar su brújula y condena a los que no la siguen. Una sociedad que se ha creído el mito de la pos-verdad y donde percibir cualquier manifestación no material es extremadamente difícil. Un mundo cada vez más tensionado, aquejado por las guerras y los conflictos, por el cambio climático y por las dificultades a que los jóvenes se tienen que enfrentar en el mercado laboral y para conseguir una vivienda.

    Ante este panorama, el mal espíritu hace que nos encontremos con muchas personas que ven muy difícil sentir esperanza. No obstante, con más razón hay que ser optimistas. La esperanza no se trata de auto-engañarse y de la ingenuidad de aguardar a un mundo ideal, sino que trata de buscar un sentido a nuestras actuaciones para incidir positivamente a nuestro alrededor, viendo el futuro por lo que puede se puede conseguir a base de Amor. 

    En consecuencia, estoy obligado a hacer más, a transformar el mundo a mi alrededor poco a poco con acciones cotidianas y a elegir un futuro digno para las generaciones que vienen.

    Espero que mi propósito en este año jubilar sea abandonar todo el tiempo pasado por una esperanza que mire al futuro con compasión.

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martes, 22 de abril de 2025

Día 18 del viaje a Roma. La Gran Motte --- Arles.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)


Día 18 del viaje a Roma. La Gran Motte --- Arles. 

Miércoles 16 de abril de 2025

Distancia: 68,8 km. 

Desnivel positivo: 120 m. 

Velocidad media: 15,6 km/h.

    Vamos avanzando, cada vez y casi sin darnos cuenta, Roma está más cerca. El término cerca es sencillo de describir, así como el de lejos pues las distancias son fácilmente medibles. Es fácil distinguirlos: “ahora estoy cerca,… ¡¡¡y ahora estoy lejos!!!” Cuando hablo de cercanía, cuando hablo de lejanía, me tomo a mi como referencia por lo general. 

    Sin embargo cuando esas palabras tan comunes y fáciles de entender cuando se trata de metros o kilómetros, son más complejas cuando me quiero referir a la distancia entre un tú y un yo, entre nosotros y vosotros, entre personas del Norte y el Sur. No hay duda que nos encontramos con que las cosas no están tan claras entre lo que podemos encontrar en un diccionario y el día a día de nuestras relaciones.

    Y es que si lo pienso, me sorprendo al ver lo cerca que me siento de aquello que, a cientos de kilómetros me tiene seducido del corazón,… Entonces puedo pensar que no está lejos lo que no está al alcance de la mano, sino lo que no está al alcance de la voluntad, deseo. Puedo sentirme lejos de mí mismo, aunque no pueda evitarme; puedo sentirme lejos de los demás, aunque nos rocemos.

    Puedo también entender la lejanía como indiferencia, frialdad, negación… Me aleja el miedo, la pereza, la desconfianza,… Me acerca el cariño. Me alegra la cercanía de las cartas, de las historias contadas con pasión, del recuerdo en la distancia y del deseo de encontrarse. 

    En fin, alegrémonos de esa contradicción…

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jueves, 17 de abril de 2025

Día 17 del viaje a Roma. Vic-la-Gardiole --- La Gran Motte. Martes 15 de abril de 2025

"Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

Día 17 del viaje a Roma. Vic-la-Gardiole --- La Gran Motte. 

Martes 15 de abril de 2025

Distancia: 30 km. 

Desnivel positivo: 61 m. 

Velocidad media: 13,5 km/h. 


    Recorrido corto pero intenso el de hoy, mucho viento y además de frente, húmedo y frío. Unos ingredientes que de haber sido una etapa más larga hubiera sido un día complicado, pero ha estado bien, no ha llovido lo que se dice llover pero esas gotitas que lleva el viento no han parado de darme en la cara.

    Ni bien ni mal podría decir, aunque hay quien dice que está bien no estar bien. Y tiene mucha razón al decirlo pues hay que aceptar que la vida no siempre nos sonríe y que hay días que, por mucho que nos empeñemos, con una sonrisa no vamos a tener suficiente. No todos los días salen bien y no pasa nada por aceptarlo.

    Sin embargo no hay que caer en el lado contrario: no está bien no estar bien nunca. Tenemos que dejar de aceptar como normal no estar bien. No dar esa respuesta a muchos de nuestros días que simplemente nos faltan las fuerzas para verlos mejor.

    Me estoy dejando una cosa, creo que tendría que aclarar; ¿Qué es estar bien? Si por estar bien me estoy refiriendo a tener «salud, dinero y amor», todo a la vez, para toda la vida y para todos los nuestros me parece a mí que nunca voy a estar bien. 

    Todos ya sabemos que la vida es complicada. Cuando hay salud, falta el amor y cuando hay amor, escasea el dinero. Tenemos muy pocas seguridades y en muchas ocasiones hay que andar a ciegas, sin saber muy bien a dónde ni cómo se va. Cargamos heridas y cicatrices. Pero esto no significa estar atravesando una mala racha. Esto significa estar vivo, reconocer humildemente nuestra posición de criaturas. 

    Podemos decir que la vida es eso que pasa mientras estoy bien, mal o regular. La vida no espera a que lo tenga todo claro para seguir su camino. La vida es siempre hacia adelante, no nos podemos parar. ¿Está bien no estar bien? Sí, claro. Permítetelo alguna vez y aprende de ello. Pero no hay que dormirse esperando que todo vaya bien.  

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martes, 15 de abril de 2025

Día 16 del viaje a Roma.Vic-la-Gardiole. Lunes. 14 de abril de 2025

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

    Día 16 del viaje a Roma.Vic-la-Gardiole. 

    Lunes. 14 de abril de 2025

    Distancia: 0 km. 

    Desnivel positivo: 0 m. 

    Velocidad media: 0 km/h. 



    Un día tranquilo, como tenia que estar toda la jornada lloviendo y he decidido no pedalear, no ha sido el mejor lugar para pasar un día de lluvia, pero la meteorología lo ha querido y hasta el final de la tarde no he salido del camping , y lo he hecho para dar una vuelta por el pueblo ya que había parado de llover y así estirar las piernas, la lluvia junto con el fuerte viento me ha obligado ha  pasar todo el día en la lavandería, que ha sido mi “cuartel general”. 

    Se podría decir que ha sido aburrido pues el mejor lugar donde estar calentito y donde la humedad no se notaba tanto era dentro del saco de dormir y allí solo se podía pensar y dormir, pues muchas horas pensando no es tan bueno como nos puede parecer. 

    Normalmente en un día así, según van pasando las horas empezamos a sentirnos tristes, pesarosos y deprimidos. A mi me gusta el brillo del sol, y tanta humedad, frío y lluvia me va quitando la alegría que va siendo sustituida por la melancolía, y a mi no me gusta.

    Por eso, intente hacer todo lo posible por alejarme de la melancolía, por mantener a raya la pesadumbre y la tristeza. Lo que hice en primer lugar fue huir de los sentimientos que me entristecen o atemorizan.

    Califique la melancolía como negativa. Pero pensando un poco vi que presenta  un aspecto positivo que puede tener  como finalidad ayudar a ponerme en contacto conmigo mismo.

    Dicho sencillamente, me puede ayudar a permanecer en contacto con aquellos lugares de mi interior a los que no suelo prestar atención. Nuestro interior es profundo y complejo, e intentar oír lo que está diciendo implica escucharlo  en cualquier situación de nuestra vida, incluso, y a veces especialmente, cuando nos sentimos tristes y sin ánimo. En la tristeza y la melancolía, pensamos y se nos revelan cosas a las que normalmente nos hacemos los sordos. De aquí que me dedique a examinar ese aspecto positivo de la melancolía.

    Por desgracia, resulta normal ver la melancolía y la pesadumbre como una pérdida de salud, como una pérdida de vitalidad, como una situación enfermiza, pero ese no es el caso en el que me encontraba.   

    ¿Por qué necesito pasar por ciertos momentos de melancolía para acceder a una madurez más profunda?

    Estuve mirando y me encontré con que en muchas culturas y por supuesto en todas grandes religiones del mundo, los periodos de melancolía y tristeza son considerados como caminos necesarios que se tienen que andar con el fin de profundizar en la comprensión de uno y llegar a la empatía. 

    Y enlazando esto con que nos encontramos en Semana Santa me resulta fácil ver la similitud de todo esto con el misterio pascual. No hay otro camino para llegar al Domingo de Pascua que pasar por el Viernes Santo. ¿Cómo puede ser esto posible? Si fuese verdad que la melancolía, la tristeza y la pesadumbre del alma son signos de que algo va mal en nosotros no llegaríamos al Domingo de Pascua, nos quedaríamos varados en el Viernes Santo.

    Para que todo esto sea posible es importante ver la melancolía como algo normal y potencialmente saludable en nuestra vida. La pesadumbre del alma no es necesariamente un indicio de que algo va mal en nosotros. Más bien, casi siempre, resulta que nuestro interior reclama  nuestra atención, pide ser oída, trata de cimentarnos de una manera más profunda e intenta que profundicemos apropiadamente.

    Pero no están tan fácil, para que suceda esto, necesitamos abstraernos de la tristeza, consentir en ella. Necesitamos dar a la melancolía lo que le debemos, pero no más. ¿Cómo hacemos eso? Pues la empaquetamos y nos la llevamos con nosotros. Teniéndola cerca, pero controlándola, sin dejar que nos domine.  

    En fin, paso este día gris, con la tristeza y la melancolía bien controladas.


lunes, 14 de abril de 2025

Día 15 del viaje a Roma. Vias --- Vic-la-Gardiole. Domingo. 13 de abril de 2025

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

Día 15 del viaje a Roma. Vias --- Vic-la-Gardiole. 

Domingo. 13 de abril de 2025

Distancia: 49 km. 

Desnivel positivo: 147 m. 

Velocidad media: 13,8 km/h. 


    Podría centrarme en que hoy a sido una etapa pasada por agua y que no pensaba que iba a ser tan fuerte y que iba a durar tanto, pero las previsiones meteorológicas cuando se trata de viento húmedo que entra del mar se ve que son difíciles de acertar, en fin que me he mojado más de lo esperado, una lastima porque el recorrido es precioso. 

    Pero hoy a sucedido otra cosa. Hoy es el primer día que tengo 69 años, o sea, que los cumplí ayer, un día que debería de ser normal y sin embargo esos 69 años me han hecho prestar más atención a esa rara sensación que al recorrido, que siendo castigado por la lluvia no le ha quitado espectacularidad. 

    Sentirse envejecer no es agradable, a nadie le gusta, pero me gustaría vivir muchos años. Es ley de vida nacer, crecer y envejecer. Si o si. Ya se que como ley de vida a veces falla pues algunos se quedan en el camino.

    Envejecer, me guste o no, es un hecho ineludible. Sin embargo el problema no lo veo en ir acumulando años, sino en llegar a sentirme viejo. Me parece que sentirse viejo es una actitud. 

    La cuestión creo que se trata no en morirse viejo, sino morir joven con una edad muy avanzada. 

    Es fácil darse cuenta de cuando envejecemos; perdemos entusiasmo por las cosas y empezamos a sentir nostalgia por los tiempos pasados, por la calvicie, artrosis, gafas  que cada vez tienen más aumento, arrugas. Y es que al final cuando se vive mirando para atrás es que se ha llegado a la vejez definitiva.

    A todos nos llegará la muerte física, pero, para mi lo importante es, que me encuentre vivo haciendo planes, y dispuesto a llevarlos a cabo. 


Día 14 del viaje a Roma. Narbona --- Vias. Sábado. 12 de abril de 2025

Día 14 del viaje a Roma. Narbona --- Vias. 

Sábado. 12 de abril de 2025

Distancia: 50 km. 

Desnivel positivo: 228 m. 

Velocidad media: 14 km/h. 


   La etapa de hoy ya la había realizado el año pasado, pero por distinto recorrido, me está pasando mucho este año pues la aplicación funciona mejor y me da más opciones. 

    A veces hay que cambiar los recorridos conocidos por los desconocidos para encontrar los nuevos y mejores, esto ha sucedido en esta ocasión, pudiera haber ocurrido al contrario, pero esta vez ha ido bien. 

    Como en cualquier situación vital, cuando un recorrido nos ha ido bien nos gusta repetirlo y no nos preocupamos mucho en encontrar uno mejor. Pero todos tenemos experiencia de cómo podemos cambiar con gran rapidez. En unos minutos podemos pasar de estar satisfechos a todo lo contrario, esa variabilidad depende mucho de las personas, me parece.

    Hay personas que son por naturaleza más conservadoras en sus costumbres y les gusta mantenerlas contra viento y marea. A mi no me molesta buscar cosas nuevas, por saber si existe alguna que sea mejor que la que tengo. Se puede pensar que tener un aprecio exageradamente grande hacia la libertad personal nos podría hacer desconfiar de todo tipo de esclavitud, también la que nos obliga a no querer cambiar nuestras costumbres, pero en esta ocasión se trata de mejorar. 

    Se está poniendo de moda una fuerte incitación del deseo. Es una tendencia en buena parte impulsada por la presión comercial para incentivar el consumo, y quizá también por la velocidad de las innovaciones tecnológicas y por el propio desarrollo económico.

    O sea, que también podemos querer cambiar  por el simple hecho de cambiar lo que nos puede llevar a la ansiedad sino no lo hacemos. Al final resulta que el hombre está tan lleno de voces en su interior como: los recuerdos, sentimientos, pasiones, ideales, caprichos, locuras, manías, temores misteriosos y oscuras esperanzas; y que lo que tenemos que hacer consiste en llegar a la conclusión de que algunas de esas voces tienen autoridad, y otras no.  

    Se decide en entonces y en parte según estemos educados para escuchar unas voces más que otras. A lo largo de la vida nos vamos creando un estilo de sentir, y también un estilo de actuar.

    Si continúo pensando en el tema veo que los estilos de sentir y de actuar están íntimamente relacionados. Hay personas incapaces de dominar un deseo, y otras, por el contrario, incapaces de desear nada. Es preciso encontrar un equilibrio, porque ambos extremos generan estados sentimentales y comportamientos muy problemáticos.

    Como muchas veces terminamos encontrándonos con la búsqueda de un equilibrio, a seguir pues intentando ser equilibrados.


sábado, 12 de abril de 2025

Día 13 del viaje a Roma. Saint-Marie-de-Mer --- Narbona.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)


Día 13 del viaje a Roma. Saint-Marie-de-Mer --- Narbona. 

Distancia: 74 km. 

Desnivel positivo: 384 m. 

Velocidad media: 15,1 km/h. 

    Otro día paseando en bicicleta por la costa francesa, mucho viento, pero ha sido así todas las veces que he pasado por aquí, menos mal que las subidas son cortas, aunque son muchas y al final cansan, sobre todo con el viento lateral tirando a de frente. 

    Muchos lagos interiores que mezclados con el mar no me permiten saber si lo que veo es mar abierto o lagunas, la cuestión es que un paisaje que si no fuera por el viento frío y las nubes que no dejan ver el sol sería extraordinario.

    Como todos los paisajes este también se debe de contemplar y, esto a veces no es sencillo. Hay que tener la capacidad en ese momento de extasiarse, admirar y concentrarse en los detalles más pequeños. Con serenidad, tranquilidad y sin prisas. 

    Pero claro, con un viento frío dándote por todos los lados no se puede tener todo lo anterior. Lo ideal sería seguir con mirada el movimiento de las nubes y ver ahí un baile, recibir esa belleza que nos obligaría a detenernos. Coger un poco de arena entre las manos y contemplar cómo se escurre entre los dedos. 

    Prestar atención al sonido que producen esos flamencos al sacar su comida de debajo del agua y darse cuenta que todo evoca perfección, armonía, frescura, colorido, bondad, belleza, misterio, equilibrio, asombro, luz, majestuosidad, plenitud, movimiento, gozo, libertad, delicadeza, llenura espiritual, abundancia, generosidad, sorpresa, renovación.

    Todo eso lo debería de haber sentido y guardado en lo más profundo, y con el paso del tiempo, llegado su momento, recordarlo con satisfacción, pero no a sido así. El clima solo me ha permitido mirarlo. 


Día 12 del viaje a Roma. Campany --- Saint-Marie-de-Mer.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)


Día 12 del viaje a Roma. Campany --- Saint-Marie-de-Mer. 

Distancia: 65,2 km. 

Desnivel positivo: 366 m. 

Velocidad media: 15,3 km/h. 

    Ya he cruzado los Pirineos y he entrado en Francia. He dejado atrás la seguridad del idioma y comenzamos con un aliciente nuevo; entender y que nos entiendan. 

    En cuestión de idiomas voy un poco corto, solo me entiendo en castellano y en valenciano, en otro cualquier idioma lo mejor que puedo hacer es usar el traductor. Y, tengo una inmensa admiración por lo que me gusta llamar lenguas universales; aunque ninguna lo es enteramente. En el mundo occidental para mi son dos: el inglés y el español. Al menos actualmente, en otros tiempos lo había sido, en los niveles intelectualmente superiores, el latín; durante algún tiempo, también en ámbitos reducidos, lo fue el francés, sobre todo en la política y la diplomacia. 

    El español es algo que, si se mira bien, asombra: desde una parte muy grande de los Estados Unidos hasta el extremo meridional del continente americano, es lengua propia de cerca de cuatrocientos millones de personas. Este hecho muestra la actitud personal de los españoles con personas sumamente distintas, tratadas precisamente como personas, lo cual no ha sido una norma general en el mundo.

    Creo que no nos damos cuenta de este hecho, históricamente apenas creíble; en los últimos años existe una corriente de pensamiento que desconoce o que niega esta situación, en nombre de lenguas valiosas y respetables, pero limitadísimas, que no pueden sustituir a la gran lengua universal que por lo demás todos los españoles poseen como propia. 

    En España tenemos suerte: la mayoría de inmigrantes procede de Hispanoamérica.     Tienen como propia la lengua española, poseída con un dominio y una calidad que sorprenden, y que frecuentemente superan al nivel de muchos españoles de España. No solamente poseen la lengua, sino todo un repertorio de saberes, usos, vigencias; resultan otros tantos españoles más. Esto no ocurre en ningún país europeo: los inmigrantes son "ajenos", tienen que integrarse lentamente, con dificultades que pueden ser muy grandes, porque no tienen mucho que ver con los países que los reciben. En España, resulta que gracias a la inmigración hay "más españoles". Significan un crecimiento, un enriquecimiento, difícilmente explicable si no se recuerda lo que los españoles hicieron en América desde fines del siglo XV. Se podría interpretar esta inmigración como una "devolución" de lo que nuestros antepasados sembraron al otro lado del Atlántico durante siglos. 

    En fin, intentaré entenderme como sea. Hablo y entiendo el español y esto es una gran ventaja. 


jueves, 10 de abril de 2025

Día 11 del viaje a Roma. Gerona --- Campany. Distancia: 61,69 km.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)



Día 11 del viaje a Roma.  Gerona --- Campany. 

Distancia: 61,69 km. 

Desnivel positivo: 506 m. 

Velocidad media: 14,6 km/h. 

    Segundo día con más de 500 metros de desnivel positivo, era de esperar si tenía que meterme de lleno en los Pirineos. Esta es la cuarta vez que voy de Gerona a Company y sin embargo he utilizado  un recorrido nuevo, abandonando la Nacional II y desplazarme por carreteras comarcales y, tengo que decir que si bien ha sido más largo y más montañoso también es verdad que ha sido más tranquilo y relajado. 

    La cuestión en esto de las etapas es ir buscando el equilibrio, y es sumamente complejo. Cada día se busca un recorrido que sea lo más perfecto posible. Queremos que esa plano, que no nos desgaste mucho, que el clima sea bueno, que el paisaje nos encanté, que nos encontremos con todo lo que vamos a necesitar, que la distancia nos permita llegar a buena hora al camping, o sea que buscamos lo imposible y por eso hay que buscar el equilibrio entre todo.  No solo en el  apartado físico necesitamos que este en equilibrio sino también psicológicamente.

    Buscamos el equilibrio en tantos niveles que sería un error aspirar a equilibrios continuos como si fuesen nuestro objetivo principal. Porque, si lo pensamos bien veremos que no vivimos para estar tranquilos y relajados siguiendo un vaivén más o menos “fijo”. Porque incluso las personas más “equilibradas” saben que basta una corriente de aire, un pequeño resbalón para que todo el equilibrio salte por los aires. Porque un viaje en bicicleta no tiene una rutina, sino que cada día se busca conseguir el equilibrio que nos permita llegar lo mejor posible a nuestro camping. 

    Nos engañamos, por lo tanto, si aspiramos a viajar en bicicleta siguiendo una rutina, pues el equilibrio de hoy no va a servir mañana.

    Con esto no quiero decir que no tengamos que viajar seguros y sabiendo lo que nos vamos a encontrar, sino que cada día va a ser una aventura en busca de ese equilibrio. 

    Los equilibrios en el mundo del ciclo-viajero sólo tienen sentido como trampolines para nuevas conquistas, para aventuras en las seamos capaces de arriesgarnos. 


miércoles, 9 de abril de 2025

Día 10 del viaje a Roma. Canet de Mar --- Gerona.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

Día 9 del viaje a Roma. Canet de Mar --- Gerona. 

Distancia: 69 km. 

Desnivel positivo: 548 m. 

Velocidad media: 15’5 km/h 

    Primer día y como era de esperar he superado los 500 metros positivos, estoy muy cerca de los Pirineos y eso se tiene que notar.

    Todos tenemos líneas que nos hemos marcado y esos 500 metros son la primera en lo que se refiere a desniveles, después ya va de 250 en 250 metros. Espero no superar la línea roja de los 1000 metros en todo el viaje, aunque los Alpes marítimos pueden llegar a ser muchos Alpes. 

    Desde que puedo saber el desnivel positivo de cada día lo tengo en cuenta para recuperarme, si no supero los 500 metros no realizo nada especial. Si los supero no es que me pase la tarde acostado sino que pongo un poco más de interés en hidratarme, hacer unos pocos estiramientos y sobre todo irme a dormir pronto.

    Según vas haciendo años es importante poner más interés en nuestra recuperación después de un esfuerzo. En los últimos viajes la recuperación de cada día es una parte muy importante. Por ello sentía una cierta desazón cuando, hacia los planes para este viaje a Roma, en ciertos momentos la ilusión comenzaba a quedar atrás o simplemente no me acompañaba cuando miraba los perfiles y las distancias de cada día, mi estrategia en esos momentos era la de siempre: estar inmerso en toda la preparación para no pensar en esa depresión que se insinuaba.

    Era consciente de que iba perdiendo energías y de que, quisiera o no, debía comenzar a reconocer los límites del paso de los años. Con todo, me esforzaba por ser fiel a todas mis ideas de como debe ser un viaje en bicicleta, aun cuando algo me decía, que no estaba siendo capaz de preparar ese viaje como verdaderamente me gustaría. 

    Mi intención por cumplir todo lo que considero que debe formar parte de un viaje, por muy buena que fuera, me absorbía de tal manera que no lograba descubrir unas nuevas actitudes para afrontarlo. A veces hay que parar de organizar y escucharse, pasar unos días pensando en como afrontar el viaje.

    Al cabo de unos días me di cuenta de que existe una diferencia entre el tiempo psicológico, ese que repartimos en días, horas, minutos, y el tiempo real que existe en mi. 

    Decidí que abandonaría todo lo que tenía preparado, comenzaría de nuevo; con más días de viaje, menos kilómetros diarios, más recuperación y más tiempo para disfrutar de las cosas tan grandiosas o sutilmente bellas que hay en cualquier lugar, que me pertenecen, que han sido hechas para mi.  

    Sigo haciendo planes, proyectos y viajes, me esfuerzo en realizarlos con humana ilusión, pero evitando esa zozobra y precipitación que impide disfrutar del momento presente. 


martes, 8 de abril de 2025

Día 9 del viaje a Roma. Gava --- Canet de Mar.

     Día 9 del viaje a Roma. Gava --- Canet de Mar. 

Distancia: 70,3 km. 

Desnivel positivo: 243 m. 

Velocidad media: 15 km/h 


    Esta etapa siempre esta marcada por la necesidad de cruzar Barcelona, y la dificultad se encuentra únicamente en el itinerario que elija la aplicación para hacerlo. 

    Esta vez me ha gustado, grandes y largas avenidas que me han llevado hasta la carretera del Maresme pasando por algunos de los lugares más emblemáticos, como la Plaza de España con las torres de Montjuic  y el Arco del Triunfo. 

    Muy entretenida pero muy pesada para ir con la bicicleta cargada, muchos cruces, semáforos y pasos de peatones que no te permiten coger ninguna clase de ritmo. 

    Sé que no queda otra opción que cruzar Barcelona, sé que la vocación de un ciclo-turista es pedalear y pasar por donde sea necesario para llegar a nuestro objetivo  y, por ello, sufrir el desgaste que muchas veces eso provoca. Y por ello después de cada desgaste hay que reponerse, descansar lo necesario, alimentarse bien; pero un ciclo-viajero sabe que de nuevo regresará a los caminos y al desgaste que ellos otra vez le van a ocasionar.  Parado y descansando no sirve; «enfermo» de descanso o «anclado» en las comodidades el ciclo-viajero se deteriora: es como la vida que se pierde al conservarla.

     Aunque sea una travesía que me provoca algunos quebraderos de cabeza. Prefiero esa Barcelona accidentada, complicada y difícil para el ciclista que no está acostumbrado a los carriles bici, antes que una Barcelona tan cómoda que no cueste nada cruzarla y de la que no te deja ningun tipo de sensación ni recuerdo. 

    Recuerdo muy bien las cuatro veces que lo he hecho y cada una ha sido diferente, veremos la de vuelta que nos deparará. 


lunes, 7 de abril de 2025

Día 8 del viaje a Roma. Roda de Berá --- Gava.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

    Día 8 del viaje a Roma. Roda de Berá --- Gava. 

    Distancia: 60 km. 

    Desnivel positivo: 399 m. 

    Velocidad media: 15,3 km/h 

    Una vez más hemos pasado por el Garraf, una de las carreteras costeras que más me gustan. Recuerdo haberla pasado en todas las condiciones meteorológicas, y hoy con un buen tiempo y las mismas increíbles vistas, pero, hoy es domingo y lo que yo suponía que iba a ser un recorrido tranquilo ha resultado ser todo lo contrario, muchísimos coches y todavía más motos, es verdad que el día invitaba a salir a las playas pero para mí a sido un problema ya que hay que estar muy atento al espejo retrovisor e ir lo más cerca de la cuneta que se pueda y eso impide disfrutar de las vistas. 

    Por suerte existen unos lugares donde se puede parar y mirar la costa, y lo he aprovechado todos no solo por las vistas sino para que la larga cola de coches que me seguía pudiera adelantarme. 

    En estas situaciones pienso que tenemos que facilitar las cosas a los demás, en realidad las personas estamos hechas para ayudar. Hay algo en nuestro interior que nos impulsa a hacer cosas por los demás y en su inmensa mayoría para hacer las que sean buenas. Es verdad que a veces nos resistimos. Pero entonces desde lo más profundo de nuestro interior oímos una voz que nos dice que la vida no va por ahí. 

    Una de las características que tiene esa ayuda es que nos seduce la idea de que, aunque no nos lo digan (por eso de la humildad), al menos piensen con agradecimiento en nosotros. Porque llevamos dentro una voz que grita para que nuestra ayuda sea reconocida, recordada. Porque nuestra ayuda se note y se sepa.

    A mí al menos me pasa. Y en esos momentos intento poner un poco más de atención en que ese gesto sea inadvertido. Y así está bien.

    Nuestra ayuda debe ser así. Sin que se sepa y sin que se note. Sin suspirar por ser reconocidos ni recordados. Sin desasosegarnos por permanecer en la gratitud de los demás. Podemos ayudar sin necesitar ser protagonistas, sino simples participantes. 

    Podemos ayudar mucho, cada vez más, cada vez mejor… y luego desaparecer.


sábado, 5 de abril de 2025

Día 7 del viaje a Roma. Mont-roig del Camp --- Roda de Berá.

 Día 7 del viaje a Roma. Mont-roig del Camp --- Roda de Berá. 

Distancia: 51,3 km. 

Desnivel positivo: 320 m. 

Velocidad media: 16,4 km/h 


    Un día tranquilo, con una distancia y un desnivel que no han representado ningún tipo de dificultad y, al ser sábado he podido cruzar Tarragona tranquilamente. Por no decir que se trataba de un recorrido que ya conocía, aunque tengo que añadir que cada vez que cruzo Tarragona lo hago por un lugar diferente, no sé porque, pero la aplicación va cambiando la ruta.

    Supongo que revisará qué ruta se puede seguir basándose en el tráfico, la hora y el día de la semana, hoy al ser sábado ha sido muy relajado. 

    No me parecen mal esos cambios si es verdad que se basan en unos criterios reales, la clave para esto al igual que para tantas cosas en la vida es utilizar un buen criterio. Debemos de mantener en la vida las cosas, actividades, personas, que nos ayuden a mejorar. De la misma manera hay que prescindir de todo lo que vaya en sentido contrario y  añadir las que sean necesarias para seguir avanzando. 

    Por ello, cualquier momento es bueno para cambiar, para revisar qué podemos mantener, quitar o añadir de todo lo que hacemos ya sea para calcular nuestra etapa diaria y para nuestra vida.


viernes, 4 de abril de 2025

Día 6 del viaje a Roma. Ampolla --- Mont-roig del Camp.

         Día 6 del viaje a Roma. Ampolla --- Mont-roig del Camp. 

Distancia: 40 km. 

Desnivel positivo: 427 m. 

Velocidad media: 12,5 km/h 



    Si ayer me sobraba el viento de cara, hoy para evitarlo en lo posible he decidido seguir la antigua N-340, o sea la N-340 a, que me ha llevado por el interior, y, siendo verdad que las montañas han evitado el viento que soplaba al lado del mar, también es verdad que he tenido que subir un desnivel de 427 metros, que, si bien no llegan a esos 500 que ya me preocupan, pero al ser en una distancia relativamente corta, 40 km, se me han hecho duros. 

    El primer día de lo que me atrevería a decir una etapa de montaña, y me ha costado, al ser una carretera tranquila pues en el desvío de unos 15 km que han sido los que en realidad me han llevado por el interior, los he hecho prácticamente, eso me ha permitido afrontar las rampas con más tranquilidad. 

    Spes non confundit, es uno de los lemas de este viaje a Roma, “La esperanza no defrauda “,  me invita a reflexionar sobre la virtud de la esperanza en nuestra vida, pero también me ayuda en esas subidas que parecen inacabables, aunque sepas que siempre se acaban, pero en los momentos de máximo esfuerzo cuando ves que no tienes más fuerzas y no quieres poner el pie a tierra me ayuda a dar solo diez pedaladas más y después otras diez, y así llegar a la cima del puerto.  

    Ya se que no se trata de la misma clase de esperanza, pero una y la otra nos ponen en movimiento y nos anima a continuar, una a seguir adelante con nuestra vida y la otra a recorrer unos metros más con la bicicleta. No recuerdo ahora donde lo leí ni quien lo escribió, pero alguien dijo que la esperanza viene a ser como los pies para caminar, pues si no hay pies no hay forma de andar. 

    Lo complicado con la esperanza en la vida es que no puede quedarse en palabras y sentimientos, debe traducirse de alguna manera en unas pedaladas más, en unas acciones concretas que nos lleven a la cima del puerto.

    Y está es la cuestión. 


jueves, 3 de abril de 2025

Día 5 de viaje a Roma. Vinaros --- Ampolla.

  Día 5 de viaje a Roma. Vinaros ---  Ampolla. 


Distancia: 62 km. 

Desnivel positivo: 319 m. 

Velocidad media: 14,3 km/h 

    Día de mucho viento y, cuando digo esto ya supondréis que se trata de viento en contra, pues si, un poco lateral pero prácticamente de frente. 

    Ya sabéis que el peor enemigo del ciclista es el viento y más cuando las alforjas no ayudan para nada en mejorar la aerodinámica, aunque cuando sopla fuerte por un lateral es más peligroso, pero con paciencia y poco a poco hemos llegado al camping. 

    Una lástima, pues había elegido recorrer el delta del Ebro y lo tendré que intentaren en el camino de vuelta, si hace mejor tiempo. 

    El problema no es que hoy este haciendo mucho viento sino que mañana va a seguir igual, en fin, lo soportaremos. 

     Si hay algo que me ha estado dando vueltas toda la mañana son esos pinos inclinados que hay en muchas playas y que llevan años desafiando al viento, han crecido, inclinados, pero han seguido y siguen adelante.

    Estamos de acuerdo en que lo esperable es que un árbol crezca en vertical, erguido, dirigiendo su copa hacia el cielo. Pero no siempre es así: por lo visto, los vientos cuando son fuertes y constantes, hacen que muchos pinos no sobrevivían a esas condiciones, pero sin embargo algunos sí que lo hacen. Encuentran la manera de crecer cediendo ante el viento. Esas imágenes son hermosas e inquietantes al mismo tiempo, pues desafían las leyes de la naturaleza.  A modo de parábola surrealista, ha doblado el tronco y extiende sus ramas en horizontal, para seguir al viento.  «¡No me derribaréis!» parecen decir.             Aunque deformados, han hallado la forma de subsistir. 

    Lo interpreto como  un ejemplo de resiliencia.  Es una prueba material de que, a pesar de cómo sean las circunstancias,  debemos luchar por sobrevivir.

    La RAE define la resiliencia como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente o circunstancia adversa. También como la capacidad de un material para recuperar su estado inicial cuando ha cesado dicha perturbación. A mi juicio, son dos  definiciones un tanto contradictorias. 

    En todo caso, todos deberíamos seguir el ejemplo de esos pinos: las circunstancias de la vida nos empujan y presionan de mil maneras diferentes. Intentan derribarnos, vencernos y hundirnos. A veces con tanto ímpetu que no podemos volver a nuestro estado inicial. La vida, sí, nos impone la certeza de que no hay marcha atrás. Nunca volveremos a ser la misma persona que fuimos, ni regresaremos al punto de origen de nuestra existencia. Pero podemos tratar de  enfrentarnos a la realidad, por dura que sea, para adaptarnos  a las circunstancias, como hacen los pinos que nos encontramos muchas veces en nuestro litoral.

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miércoles, 2 de abril de 2025

Día 4 de viaje a Roma --- Vinaroz.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)



    Día 4 de viaje a Roma --- Vinaroz. 

    Distancia: 46,3 km. 

    Desnivel positivo: 232 m. 

    Velocidad media: 15,8 km/h 

    Otra etapa ciclista concluida, ha sido pasada por agua, pero no una lluvia fuerte sino una llovizna que no molestaba para pedalear pero que al final mojaba, pero nada, bien cubierto con la ropa de agua y a devorar kilómetros. 

    Hay veces que un pequeño inconveniente nos mantiene atentos y le da al día esa sal que se necesita para que el día sepa mejor. 

    Cuantas veces hemos criticado un día, nos quejamos de la lluvia y, sin embargo, lo damos por bueno. Protesto de lo mismo que estoy haciendo y no lo estoy pasando mal. Este ejemplo de hoy es francamente gracioso. Pero, en realidad, ¿No puedo hacer lo mismo con tantas otras cosas? Tal vez sea hora de buscar las pequeñas incoherencias cotidianas y plantarles cara. 

    A veces me cuesta darme cuenta. Parece que siempre tengo que estar sintiendo con intensidad, viviendo mucho, experimentando algo nuevo, diferente. Parece que de otro modo estoy encerrado en una vida vulgar. Pero en realidad lo que es un poco tonto es valorar solo lo especial, o creer que eso es lo que da sentido a la vida. Porque hay muchas vivencias cómo la lluvia de hoy que, si lo pienso bien, es algo grande. 

    Hay que intentar valorar lo normal, o que no sea excepcional. 

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martes, 1 de abril de 2025

Día 3 de viaje a Roma. Moncofar --- Terranostra.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

    Día 3 de viaje a Roma. 

    Moncofar --- Terranostra. 

    Distancia: 62,6 km. 

    Desnivel positivo: 138 m. 

    Velocidad media: 15,99 km/h 

    Muy bien el día hoy, siguiendo la Euro-velo 8 y sin ningún problema, prácticamente he repetido el mismo itinerario de otros años salvo algunos kilómetros en los que han colocado carril bici y he ido por él. Pero lo mismo. 

    En lo meteorológico de momento va bien, refresca por las noches pero es lo  normal en estas fechas, parece ser que mañana puede empezar a llover, y da la impresión que puede hacerlo durante un par de días, así que mañana ya decidiré si me paro a dejarla caer o continuo. 

    No voy a hacer grandes planes para mañana, día a día. 

    Esa frase de vivir al día puede enfocarse desde una connotación negativa, o al menos denotar cierta inestabilidad. Al no saber que nos puede suceder mañana y ser conscientes de que la vida no está asegurada, que cada día trae su propia historia y que no hay que tener muchas esperanzas cuando lo que nos espera no alcanza a satisfacer las necesidades de cada momento. 

    Pero hay otra forma de entender «vivir al día», probablemente más acorde al tenor de las palabras, y que se hace más entendible cuanto más próximos estamos ante un futuro nada halagüeño. 

    Se trata de ver la vida cómo un regalo, cada mañana sale el sol de forma gratuita, aunque parezca que mañana  las nubes lo ocultarán, sin que nada ni nadie nos garantice que eso se vaya a repetir “sine die” en nuestra existencia. De hecho, la muerte, si nos la tomamos cómo el comienzo de la Vida, con mayúsculas la cosa cambia.  Si puedo Vivir al día, en lo espiritual y en lo emocional porque no también en lo material. Puedo hacer que mi forma de vida se base en esa creencia. Si se que mañana va ha ser un regalo porque no disfrutarlo venga cómo venga, estaré vivo.  

    Vivir al día de esa manera me libera del futuro, que ya vendrá, me hace dar lo mejor de mi en cada momento, no porque sea el último, sino porque es el primero de cada instante, y me hace mirar a los problemas de mañana sean los que sean, con una mirada distinta, no atenazante, sin miedo.

    Leí no sé dónde que somos “okupas del Universo”,  y mientras podamos disfrutar de esa ocupación de la vida, que nuestro estar en el mundo sea para disfrutarlo y devolver todo lo bueno que  hemos recibido. Cada mañana tenemos una nueva oportunidad de hacerlo.

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