“Imparcialidad es un sinónimo pomposo de “indiferencia”, que es un sinónimo elegante de “ignorancia”” . (G. K. Chesterton)
¡¡¡ Buenos días!!!
Tenemos que reconocer que en nuestra
sociedad se esta utilizando mucho el insulto, no solo en la política y en las
redes sociales sino que ha llegado al deporte en general y especialmente en el fútbol.
En general se está utilizando el insulto como una manera de dirigirse a un
personaje público que no te cae bien.
En algunos casos se podría hablar
de racismo y en otros muchos de provocación, que tampoco es justificable de
ninguna manera, pero esto es más profundo y me atrevería a decir que aún más
grave. Lo que hoy quisiera resaltar es el hecho de que el deporte y la vida
pública, y el espectáculo que genera ha creado una especie de derecho en las
personas en el que se permite insultar. De manera que amparado en este
paradigma puedes dirigirte a una persona pública con un tono denigrante, no
recordando que por mucho dinero que una persona gane, por muy conocido que sea
o por muy mal que nos caiga, es una persona igual que las demás, tiene su
dignidad y nos merece un respeto como tal.
Es decir, una persona pública no se
convierte en un objeto y ser consumidor de un espectáculo como el fútbol no nos
da ningún derecho a insultar.
No es un mal de nuestra sociedad actual,
lleva mucho tiempo con nosotros, la mala educación se encuentra demasiado unida
a las personas y parece que no hemos encontrado la manera de erradicarla y, por
desgracia, mucha gente continuará yendo a un campo de deporte a despacharse con
total impunidad. Sin embargo, a pesar de ello, debemos aspirar a una sociedad
donde el respeto a los demás se sienta como una norma, porque un deporte,
aunque se convierta en un espectáculo, es y debería de ser una escuela de vida,
en especial para los más jóvenes, y las palabras que se oyen pueden hacer mucho
daño a los más pequeños.
Si continuamos reflexionando sobre el
tema veremos que lo que se encuentra en el fondo es el modo de dialogar y de
tratarnos los unos a los otros como sociedad.
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