“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
Hoy
he pasado por el cañón de Aliaga,
impresionante, creo que más que cañón lo denominan Parque Geológico de Aliaga, increíble
la belleza que ha labrado la naturaleza, lo que unido a la soledad que me ha
acompañado hasta los últimos kilómetros, me ha hecho pensar en la tranquilidad
que se vive en esta parte de Teruel.
Me
he encontrado con tal cantidad de denominaciones para reconocer unos derechos a
la naturaleza que ya no se la diferencia, tampoco me he interesado mucho,
puesto que procuro respetarla sin fijarme si existe algún cartel.
Reconocer
derechos a la naturaleza responde como todos sabemos a la idea de protegerla frente
a la acción del hombre, aunque hay que recordar que la naturaleza dejada a sí
misma mantuviera siempre una buena autorregulación.
Es
verdad que muchas veces el hombre no cumple su papel de eficaz administrador de
la naturaleza y por eso se promulgan leyes para defenderla.
Sin
embargo, si empezamos a recordar la gran cantidad de normas y leyes que existen
nos habremos dado cuenta que algunas son exageradas en la concesión de derechos
a animales y plantas.
La
pregunta que me hacia es: ¿Hasta dónde vamos a llegar?, Ya se que muchos dicen,
y tal vez tengan razón, que esas leyes reflejan el progresivo esfuerzo por
proteger la dignidad de todos los seres vivos, pero una cosa es dar reglas que
ayuden al hombre en su responsabilidad de administrador responsable de la
naturaleza y otra convertir a la fauna y la flora en titulares de derechos.
Aunque
parezca que esta tendencia responde a una conciencia más fina, hay que pensar
que esto no significa una mejora del modo en que tratamos a las personas.
Lo
que me preocupa y lo que me ha mantenido unas horas dándole vueltas, es esa
idea cada día más actual de ver al hombre como una especie más, de modo que dar
por supuesto que los seres humanos son superiores a los de otras especies sería
algo tan desfasado como el racismo.
Y
como, a fin de cuentas, siempre necesitaremos utilizar a los animales y a las
plantas, el riesgo es que nos acostumbremos siempre a instrumentalizar también
a algunos ejemplares de esa otra especie más que el ser humano.
De
hecho, a algunos ya no ven la diferencia entre la experimentación con embriones
de algunos animales y con los de los humanos que es contraria a la dignidad
humana.
En
fin, se ve que el sol me ha dado muy fuerte hoy.
Buenas
tardes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario