“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
Hoy, una etapa corta, viendo que me esperan las dos etapas que seguramente serán las más largas, eran tres, pero la de ayer y la de hoy que era una, la he convertido en dos.
Día, por lo tanto para descansar y tomar fuerzas para realizar una
aproximación a los Pirineos con las fuerzas renovadas.
Alguien podrá pensar que hoy ha sido un día “light”, “descafeinado”, y sin
embargo no ha sido así.
Estamos acostumbrados a ver una cantidad de productos “light”: Coca-Cola «light», café
descafeinado, leche desnatada, cerveza sin alcohol, tabaco sin nicotina, etc. A
los que les falta una parte importante de lo que más les caracteriza, y esto
nos puede hacer pensar que porque el día de hoy tiene pocos kilómetros a dejado
de cumplir su misión en este viaje.
Este
día a mantenido la esencia de todo viaje ciclo-viajero, mantenerlo vivo y no
hacer nada que se oponga a su continuidad.
Tan
acostumbrados estamos a lo “light” que no nos preocupa que nos falten algunos
valores, pensamos que no pasa nada por ser una persona “light”, o sea el hombre
“descafeinado”, superficial y sin valores. Personas a las que no les interesan
las esencias de las cosas.
No
es difícil encontrarnos con esta clase se personas, personas que carecen de
valores, que son permisivos con todo. Todo les da igual. Son indiferentes.
“Pasan” de todo. Todo vale. ¡Qué más da! No vale la pena luchar por nada. Ni
esforzarse por nada. Ni enfadarse por nada. Sólo quieren vivir cómodos y
tranquilos. No quieren preocupaciones. Su único ideal es suprimir todo lo que
le suponga problemas. Todo vale. Cada cual tiene su verdad. La verdad absoluta
no existe.
Y,
si lo pensamos esta forma de pensar y actuar es ridícula. Claro que hay
verdades absolutas. Un cuadrado no puede ser al mismo tiempo un circulo. O es
círculo o es cuadrado. Pero no las dos cosas al mismo tiempo.
Tampoco es verdad que todos tienen razón. Hay cosas contradictorias que no pueden ser verdad al mismo tiempo. Si yo digo que Cristóbal Colon nació en España y otro que nació en Inglaterra, no podemos los dos tener razón al mismo tiempo.
Es cierto que hay verdades relativas que dependen del punto de vista de cada uno. Una ficha de dominó, puesta de canto entre dos personas, para una es blanca y para la otra negra.
Pero
no todo es relativo. El relativismo general es inaceptable. Un relativismo
moral sería el caos. Nadie puede defender que la calumnia es buena. Nadie puede
defender que sea lícito condenar a muerte a un inocente.
Al hombre sin valores todo le da igual. Su único problema es que le dejen vivir
en paz. Por eso es incapaz de interesarse por nada, ni de ilusionarse por nada,
ni de entusiasmarse por nada. Y menos sacrificarse por nada. No quiere ideas
que le comprometan a nada. Quiere vivir sin leyes, sin normas, sin moral. Hacer
lo que le apetezca en cada momento. Sin tener que respetar una moral o una
religión.
En
fin, continuamos nuestro viaje sin olvidarnos de nuestros valores.
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