miércoles, 8 de noviembre de 2023

¡¡¡Buenos días!!! ¡Bienvenido miércoles!

 “Cuanto más desesperada es la situación más esperanzado debe ser el hombre” (G. K. Chesterton)

¡¡¡Buenos días!!!

Desde hace días estoy intentando hacerme una idea de lo que nos está pasando a los españoles con nuestra Constitución y de cómo la valoramos, visto como la estamos tratando y sobre todo como se está intentando anularla por la puerta de atrás.

Es difícil si no se es un jurista tener una idea clara, pero con un poco de sentido común puedo llegar a alguna conclusión.

Si veo como se ha formado el Tribunal Constitucional, que no lo olvidemos es el garante de la Constitución, si veo que el actual presidente del Tribunal Constitucional dijo algo parecido a “las togas deben embarrarse cuando el ejecutivo de Zapatero lo necesite”, y lo dijo cuando era Fiscal General del Estado con Zapatero, y viendo como todo un Ministro de Justicia de un gobierno de España del mismo signo político se encuentra de vocal, no hay que ser muy listo para darse cuenta de que muy imparcial no debe ser ese tribunal.

Si además veo las últimas resoluciones que, para mí, son demasiado parciales en favor de una determinada idea política ya empiezo a preocuparme. Si esto es así, el ataque a la Constitución se encuentra preparado.

Lo impresionante es que se va a intentar atacarla con un Gobierno en funciones, el sentido común me lleva a pensar que eso supondría cortar por la mitad la voluntad de todos y cada uno de los españoles que la votaron y de paso, no hay que olvidarlo, de quienes no la votaron o no han podido votarla, pero que son amparados por ella sin distinción.

Los últimos acontecimientos que voy viendo para la elección del presidente de gobierno no me hacen dudar de que las cosas van a ir mal para la Constitución, me parece claro que todo está consensuado y redactado previamente, con solo el ejemplo de los viajes a Waterloo tendría suficiente,

La amnistía que se está negociando, para mí, que insisto no soy un jurista, es desleal. Sin embargo, lo que me resulta incomprensible es que esta petición de amnistía se puede realizar, no solo sin arrepentimiento, sino que además los beneficiados por ella pretenden continuar insistiendo y repitiendo que van a volver a hacer los mismos hechos.   

Si esto fuese así, sería una afrenta y una deslealtad tan burdas, que tendría consecuencias futuras para el prestigio y dignidad del Tribunal Constitucional y muy difícil ya de restaurarlas. Ya que son tan claros el espíritu y la letra del texto constitucional, que una resolución en favor de sus promotores destruiría fatalmente la confianza en dicho Tribunal, que es último defensor del Estado de Derecho.

Se me puede decir ahora que lo que no está escrito en la Constitución se puede y se debe añadir, pero si no existe en ella no tiene encaje jurídico, ya se también que con la ayuda del Tribunal Constitucional se puede reinterpretar la Constitución, pero eso sería utilizar la ley al servicio de la coyuntura política, de los intereses de este momento. No de la ley a la ley, sino la ley por encima de la ley, la ley como burla de la ley.

Tengo que recordar ahora, que esa frase: “De la ley a la ley, pasando por la ley” que dijo Fernández Miranda, hace ya algunos decenios, se utilizó en una maniobra política para desmantelar el régimen franquista convenciendo a las Cortes Franquistas para votar la Ley de Reforma Política, y que fue, no lo olvidemos refrendada en un referéndum. Lo que se está haciendo ahora se parece más a esta otra frase: “Es ley suprema el bien del pueblo alemán”, es decir, lo que decide el Gobierno que sea el bien.

Por eso cuando oigo hablar, con el desahogo que les es habitual a nuestros políticos, de aprobar una amnistía o de reformar el Código Penal para ajustar algunos conceptos de la Constitución a la realidad actual, no puedo evitar ponerme a temblar imaginando lo que puede sucedernos si estamos dispuestos a adaptar la ley a unos intereses particulares contrarios al sentido de la justicia. A retorcer la ley por dar satisfacción a quienes, fueron condenados en firme, y ahora presentan sus exigencias para ceder sus votos. De la ley a la ley. Pero no para anularla. 

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