¡¡¡Buenos días!!!
Veo que os
complico un poco las mañanas con mi insistencia de que estamos en una crisis de
civilización, así que intentaré aclararlo algo más, y así dejar el tema, al
menos durante unos días.
Esa
expresión se puede enfocar desde dos sentidos. ¿Estamos en medio de una nueva
clase de civilización que tiene una crisis de crecimiento? O se trata de una
crisis de la civilización humana, es decir de una enfermedad de la
civilización. Entre estas dos posibilidades los tontos están todos de acuerdo
con la primera. A ver, no digo que todos los que la eligen son tontos, digo que
los tontos la eligen, hay una pequeña diferencia. Los tontos la prefieren
porque es la más fácil, mejor dicho, la más perezosa.
Está claro
que si se quiere nadar contra la corriente hay que hacer un esfuerzo, si no, te
puedes meter en el centro del río y dejarte llevar por la corriente que
inexorablemente te llevara hacia un mar aprisionador y totalitario de lo
políticamente correcto, y consecuentemente triunfaras en esa sociedad, puesto
que iras más rápido y llegaras primero. Otros prefieren meterse en el río y
acercarse lo más posible a la orilla donde la corriente no es tan rápida, se
dejan enredar adrede por las hierbas para disimular que siguen la corriente, pero
llegan al mismo mar.
Yo no me
dejo llevar por la corriente. Creo que las civilizaciones están hechas para los
hombres y no los hombres para las civilizaciones. Esta civilización ahora no
pretende ser un refugio para el hombre, se sirve de él. Hay desconfianza hacia
esta civilización porque no se encuentran respuestas razonadas a: ¿De dónde
viene? ¿Dónde va? ¿Dónde nos lleva? Esta civilización tan mecanizada, tan
técnica, tan informatizada y deshumanizada que se llama global, para todo el
mundo y que posee en estos momentos, con el armamento nuclear, el mayor
instrumento de destrucción de masas que el ser humano haya podido soñar nunca. ¿Con
ese poder de destrucción se puede hablar realmente de democracia? ¡dejad que me
ría!
Me pregunto
por qué tendría que seguirle la corriente a una civilización que me llevara a
ese mar.
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