¡¡¡Buenos días!!!
Decía ayer
que yo apostaba por el hombre, y tengo mis razones. Mirad, la enfermedad de
esta civilización es que se procura de mantener el hombre desespiritualizado,
es cómo si le sacaran las vitaminas y le produjeran el bocio. Los que la
defienden, que son muchos, lo saben muy bien. Por eso no osan hacer de esta
civilización una conspiración constante contra la vida interior de las
personas.
Os puede
parecer esto una contradicción, pero es que, si esta civilización nos llevara
de catástrofe en catástrofe, con un ataque directo y continuo a nuestra dignidad
como personas, estaría a la vez reconstruyendo en el hombre, por el
sufrimiento, esta vida interior que se creía capaz de abolir. Nosotros sabemos
muy bien que el sufrimiento es una fuerza de redención, una verdadera sobre-creación.
Por eso
tenemos una responsabilidad tan grande. Pues sabemos que nuestra manera de
entender y ver la vida no capitulará.
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