miércoles, 19 de enero de 2022

Un desastre de economía.

 “Puedo creer lo imposible pero no lo improbable” G. K. Chesterton. 

Hace días que voy siguiendo un chat donde se está tratando el problema de nuestra agricultura y de nuestra economía en general, y si bien no soy un entendido en esa cuestión, no hay duda de que tengo una opinión, tal vez no de cómo se puede solucionar, pero si al menos del porque no se soluciona, y no se solucina porque no se quiere el ver el problema.

Buscando información el otro día me encontré con un artículo que citaba una noticia de BBC News, de marzo de 2021, en la que comentaba que en el año antes de la pandemia se calcula que hubo 931 millones de toneladas de alimentos desperdiciados, es decir, concluía que alrededor del 17% de la producción mundial total de alimentos se tiró a la basura. Si esto es verdad, no hay duda de que nos encontramos en un mundo donde el sistema económico predominante falla, pues todos sabemos que existe el hambre en el mundo y no poca.

Tenemos un sistema económico que destruye alimentos, y mientras se muere de hambre al mismo tiempo se muere de obesidad. Si esto no se le puede llamar un desastre económico entonces ya no sé a qué se le puede llamar un desastre.

Siempre he entendido que la economía no es otra cosa que la administración de los recursos para satisfacer nuestras necesidades, nuestras necesidades o sea las de todos. Ese pienso que es el funcionamiento: administrar recursos para satisfacer necesidades. Sin embargo, que está sucediendo en gran parte del mundo, que se están produciendo necesidades para ampliar la venta de esos recursos. Y esto no es así, no hay que administrar las necesidades para vender productos. El orden en que se debe aplicar la economía está al revés, se ha invertido. Nos encontramos en una época de hiperconsumo y de hiper producción para satisfacer unas necesidades artificiales. Unas zonas de la tierra “mueren” por exceso de alimento y otras “mueren” por falta de alimento.

Ya sé que más de uno estará pensando que las necesidades humanas son inmensas y, por tanto, nunca se puede hablar propiamente de abundancia pues los recursos siempre van a ser insuficientes en relación con nuestras ilimitadas necesidades. Pero ¿cómo sabemos que las necesidades humanas son infinitas? Esa es una deducción que tiene que ser examinada.

Generalmente se dice que las necesidades son infinitas cuando se intenta decir que no tienen fin, o sea que no paran de repetirse, por ejemplo, uno puede comer un pan ahora, pero luego le volverá a surgir el hambre. Pero la verdad es que en cada momento solo podemos consumir una cantidad finita de bienes. No necesitamos “infinita” comida para estar satisfechos. En general nos basta con uno o dos platos bien servidos.

Otra de las cosas que se dicen para defender que las necesidades son ilimitadas es decir que lo son por su variedad: uno necesita alimento, vestimenta, vivienda, educación, etc. ¿Pero esto no resulta obvio? Si bien hay muchas categorías de necesidades, no se ve claro por qué la diversidad de categorías es suficiente para decir que son infinitas.  

Si lo que se quiere decir es que el hombre nunca cumplirá sus necesidades porque no estará nunca satisfecho con lo que tiene, hay que responder que es verdad pero que son las necesidades espirituales las que son infinitas, sin embargo, nuestro sistema económico está enfocado en una dinámica materialista y solo se encarga de las satisfacciones materiales y se olvida por completo de las espirituales.

Ahora bien, es importante hacer ahora una aclaración: no estoy diciendo que toda la economía, la que se realiza en cada acto económico sea irracional. Está claro que no es irracional que una familia vaya a comprar el pan cada día. Lo que quiero decir cuando digo que la economía es irracional es más bien a una dinámica que ocurre en nuestra realidad económica general y que manipula nuestras necesidades para expandir las ventas. Se trata de esa economía tan generalizada de poner a las personas al servicio de las cosas o incluso que transforma a las personas en cosas. Por supuesto, existe también una economía como yo la entiendo que administra recursos para satisfacer necesidades. Pero el problema es que la economía irracional cada vez tiene más influencia en el mundo.

Sea como sea, este mundo, económicamente está loco, dejarlo todo a la supuesta racionalidad del mercado no creo que sea un buen sistema, la globalización esta bien si tiene en cuenta todos los aspectos de las personas y no solo el crecimiento económico de una parte, olvidándose de un parte del mundo en la que no se puede tener una buena calidad de vida por no poder comer.

Buenos días.

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