“El viajero ve lo que ve, el turista ve lo que él ha ido a ver”. G. K. Chesterton.
Otra
salida con la bicicleta, esta vez con la Peugeot, pienso que es una buena idea salir
un día a la semana a realizar unos kilómetros para mantener la costumbre de
estar varias horas sentado en un sillín. No es divertido pasarse los primeros
días de un viaje con problemas para pedalear sentado ni terminar el día agotado.
Es mejor mantener un habito con la bicicleta todas las semanas para que no nos
suceda. No se trata de estar en forma, solo estar acostumbrado a pedalear, pues
usar la bicicleta para los desplazamientos diarios no es suficiente, ya que no
suelen durar más de 15 minutos.
Es
bueno ir cogiendo poco a poco los hábitos que vamos a tener durante un viaje,
aquello que hacemos que, en nuestro viaje, suponga algo especial que no hacemos
en nuestra vida normal. Es algo que incluso resulta instintivo cuando viajamos
en bicicleta pero que es diferente a como lo hacemos en nuestra casa.
Podemos
decir, y creo que no nos equivocaremos, que lo “habitual” en un bici-viaje no
es algo que se hace, digamos, a base de repetirlo, sino que, al contrario,
tiene su fundamento en la misma esencia del bici-turismo y en todo lo que de
ello se deriva.
El bici-viajero
no debe o puede alegar ignorancia acerca de lo que voy a denominar como “hábito
bici-viajero”. Y es que, sin duda alguna, es lo que conduce su viaje acorde a
una forma de entender la vida en estrecho contacto con la naturaleza, ya sea en
coche, a pie o en bicicleta.
Es
verdad que lo que estoy diciendo no es nada del otro mundo. Y, precisamente por
eso, por no ser nada del otro mundo muchas veces deberíamos de preguntarnos los
bici-viajeros si es que existen verdaderas razones, de peso, como para que no
pongamos en práctica estos “hábitos bici-viajeros”.
El
hábito bici-viajero no es, por otra parte, imposible de llevar a cabo. Y no lo
es porque no está tan alejado de una vida en contacto y en armonía con la
Naturaleza. Y es que deberíamos responder a la pregunta, por ejemplo, acerca del
estado de nuestra relación con la Naturaleza, si es buena o no, si cuidamos el
medio ambiente, si nos cuidamos nosotros que al final es lo mismo. Y no, es
casi seguro que no vamos a encontrar una respuesta rotundamente negativa. Al
contrario, en nuestra vida cotidiana ya lo estamos haciendo, y sí, es posible
hacer de esas costumbres unos hábitos para nuestro bici-viaje.
Cada
uno de los hábitos que tenemos para mantener nuestro entorno y nuestra salud en
un buen estado van a ser los mismos que tendremos durante el viaje, tal vez con
un aliciente añadido pues vamos a estar más al aire libre, sentiremos con más
intensidad todo lo que esto implica, más frío, calor, viento, sol, lluvia y,
sin olvidar que no vamos a poder utilizar nuestros electrodomésticos, lo que comprenderéis
es muy interesante que lo probemos antes de subirnos a una bicicleta para estar
varias semanas o meses viajando.
En
fin, comenzamos a practicar un poco estas pequeñas o grandes diferencias en
nuestros hábitos cotidianos para que cuando dentro de “poco” nos pongamos a pedalear
no notemos tanto las diferencias.
Buenos
días.
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