jueves, 20 de enero de 2022

Portabultos colocados.

 “El viajero ve lo que ve, el turista ve lo que él ha ido a ver”. G. K. Chesterton

Ya tengo los portabultos colocados, poco a poco la Diverge ya va estando preparada para poderla cargar con las alforjas y así que se reparta con la Peugeot la tarea de acompañarme en los viajes, ya tengo los portabultos en su sitio y pronto ya tendrá colocados todos los demás accesorios como las luces, timbre y un soporte extra para el manillar.

No considero, como he dicho ya en alguna ocasión de que se trate de un cambio sino de un complemento más a todo el material que ya tengo para viajar.

No he cambiado de opinión respecto a la validez de la Peugeot para realizar excursiones, pues lo ha demostrado cada vez que ha tenido que cargar con las alforjas o sin ellas y recorrer todos los kilómetros que han sido necesarios.

No se trata pues de un cambio en la forma de viajar ni siquiera de un cambio de opinión, pues no me molesta cambiar. No suelo quejarme normalmente de un cambio de opinión, ni de que se deje de admirar una bicicleta o a una persona, ni siquiera me suelo quejar de que se deje de despreciar a una persona o bicicleta. De lo que en realidad protesto muchas veces es de la superficialidad de esas personas que cambian por cambiar y luego dicen que su cambio es ya incambiable.

Ni la Peugeot era la bicicleta definitiva ni la nueva lo será, lo importante en un viaje en bicicleta podría pensarse que es la misma bicicleta, y es un aspecto importante pero no es definitivo, pues al final es solamente el medio de transporte que vamos a utilizar, por eso cambiar de bicicleta no representa ningún cambio en la esencia de la práctica del bici-viaje.

No voy a cambiar el tradicional modo de practicar el bici-turismo por el moderno sistema minimalista de llevar todo el material enganchado al cuadro. La única diferencia entre las dos bicicletas y en su uso se encuentra en la anchura de las cubiertas, pues con la Peugeot no puedo llevar más de 25 mm y con la Diverge puedo llegar hasta 48 mm ¿Qué significa esto? Pues que en viajes donde el asfalto sea el “rey” la Peugeot continuara siendo igual de valida y donde se necesite utilizar muchos carriles bici, vías verdes o euro-velos donde el suelo no este claro cómo será, la Diverge será la elegida, seguramente.

Las cosas son así y suceden de esta forma; una bicicleta nos puede durar mucho tiempo y recorrer con ella miles de kilómetros, como ha sucedido con mi Peugeot, o puede durar pocos kilómetros, espero que no sea el caso de la Diverge. Al igual que un edificio puede durar mucho tiempo, o puede ser demolido en pocos días. El mundo que conocemos está lleno de cambios y cosas que permanecen. Hay cosas y personas que duran más o menos tiempo. Hay cosas y personas que cambian, rápidamente o con procesos lentos.

Por eso no es extraño, aunque sí sorprendente que vaya a poseer dos bicicletas para los próximos viajes, no es un cambio para una nueva forma de viajar, ni siquiera para hacerlo más cómodo, ni más rápido, ni por una rotura irreparable de mi bicicleta, aunque de alguna manera todo esto va a suceder de una manera u otra.

Durante siglos muchos filósofos han discutido y aun discuten ante estas situaciones que parecen contrarias, pero que a veces resultan ser armonizables, como si ciertos cambios ayudasen a ser más permanentes algunas cosas, o que lo permanente pudiera ser fuente de cambio.

No es necesario ser ningún filósofo para que me asombre ante la Peugeot, que ha permanecido junto a mi durante casi 25 años, y en cambio todo el resto del material ha ido cambiando constantemente, como las alforjas, la tienda, el hornillo…

¿Por qué hay realidades y cosas que duran tanto, y otras que cambian? Incluso las que duran, ¿tienen garantía de “eternidad”, o tendremos que reconocer que no hay nada estable bajo el sol, como decían los antiguos?

Por mucho que me esfuerce por mantener una buena salud, una estabilidad económica, unas buenas relaciones con los que me rodean. Nadie puede impedir que se produzcan cambios que destruyan todo lo que parecía más seguro. Por eso, se necesita aprender a convivir con lo que permanece mucho tiempo, aunque a veces nos gustaría que cambiase, y con lo que cambia con menor o mayor velocidad, por más que deseemos que fuese duradero.

Al mismo tiempo, si amplio la mirada me doy cuenta de que debe existir, necesito que exista, en el horizonte algo que permanezca sin desgaste, algo que de sentido a todas las cosas que duran y a las que cambian. Lo que permanece y los cambios son características que forman parte de nuestro universo. Dentro de él nacimos un día más o menos lejano el tiempo, y tendremos que dejarlo cuando llegue la hora de entrar en el mundo de lo eterno. Y así es la vida.

Buenos días.

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