“La imparcialidad es un nombre pomposo para la
indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)
Buenos
Días:
Parece
claro que voy a seguir un año más con estos “Buenos Días” y con indicar la hora
de la salida y puesta del sol, así como el santoral del día, así que
continuemos. Amanecerá a las 08:18 y el día dará paso a la noche a partir de
las 18:01 horas, en el día en que celebramos a san Dacio.
Tendré
que utilizar con más frecuencia las palabras progreso, progresismo y
progresista, pues veo que están de moda y aparecen en todos los artículos de
prensa y en todas las tertulias políticas. Voy a tener que denominarme progresista
para que se me tenga más en cuenta.
Veo que el progreso se nos esta presentando
como una especie de adoración a todo lo que nos traerá el futuro, dando por
sentado que todo el pasado es oscuridad y que solo existe luz en el progreso y
en el futuro que estamos construyendo.
Y
si el futuro se acerca, por ejemplo, al que reflejó, en su novela un Mundo
Feliz el escritor Aldous Huxley, no me parece que sea un buen lugar en el que
mirar y al que queramos llegar.
Si
pensamos un poco lo que nos divulgan del progresismo nos daremos cuenta
rápidamente que se esta intentando que nadie recuerde que el bien y la verdad,
el mal y la mentira, han existido desde siempre y que en ese enfrentamiento se
han propiciado personas admirables y personas malvadas, sin parar, y eso sin
tener en cuenta que los conocimientos que algunas de ellas han aportado a lo
largo del tiempo a sido fundamental para el desarrolla de todas las ciencias
humanas.
Hace
tiempo que apareció la palabra liberal, liberales de derechas y liberales de
izquierdas con el propósito de fabricar ideas y teorías para organizar el mundo.
Los liberales de derechas defendiendo un liberalismo económico buscando
aumentar la riqueza, aunque se reparta de forma injusta. Los que defienden un
liberalismo de izquierda predicando que buscan la igualdad, pero hasta ahora,
solo la han conseguido repartiendo miseria para todos.
Lo
que esta de moda ahora es unir esos dos conceptos: progresismo y liberalismo
con el propósito de que el hombre, todo hombre, no considere que tenga la
obligación básica de buscar siempre la verdad y el bien y evitar la falsedad y
el mal, sino que se considere autorizado para decidir lo que le parezca siempre
que le agrade, le beneficie y, no le imponga ningún tipo de obligaciones.
Para
cerciorarnos solo tenemos que mirar, escuchar y leer lo que dicen y quieren
hacer nuestros gobernantes y hacia donde va la sociedad que ellos proponen.
Solo un ejemplo: todos sabemos que vamos a tener que morir un día pero parece
que no les importa mucho el tema y solo nos aconsejan que no hay que
preocuparse: vivamos y comamos que mañana moriremos.
¿Alguien
me escuchará con atención si propongo reflexionar y buscar con atención la
sabiduría? Me parece que no tendré demasiado éxito, pues todos están
entusiasmados con el progresismo que va a poner más redes digitales con más
prestaciones, más series en televisión, más competiciones deportivas, pero ¿y
los problemas de hambre, de falta de ingresos, de falta de vivienda…? Seguro
que me contestarán que para arreglar todo eso están los políticos y el
gobierno. Y me quedo pensando: políticos, gobierno, ¿qué políticos? ¿Qué
gobierno? ¿Estos políticos? ¿Este gobierno?...
Feliz
Día.
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