miércoles, 29 de enero de 2020

la primera proposición de ley que tramitará...

“La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)


Muy buen día el de hoy, con una temperatura agradable y un sol que ha cumplido con su misión, vamos a ver si mañana a las 08:09 horas empieza a calentarnos. Por cierto mañana celebraremos a Jacinta Mariscotti, Santa.
Esta mañana he podido leer la noticia en la que la portavoz del grupo parlamentario socialista, Adriana Lastra, ha avanzado que la primera proposición de ley que tramitará el Congreso será la ley de eutanasia presentada por el PSOE. Y, no puedo estar más en desacuerdo.
Creo que es malo que se legalice la eutanasia. A la mayoría de personas les puede parecer que la pregunta; ¿Por qué es malo legalizar la eutanasia?, es una pregunta innecesaria, porque entienden que la respuesta es obvia: legalizar la eutanasia es malo porque supone matar a una persona que es inocente, y por mucho que nos lo pida alguien, no se puede matar a un inocente. No obstante, no es raro encontrar en las noticias casos de personas enfermas que exigen que se apruebe una ley para acabar con sus sufrimientos mediante la eutanasia.
Con todo hay grupos sociales que defienden la eutanasia y partidos políticos que la van a legalizar. Por eso no es superfluo preguntarnos por qué es malo legalizar la eutanasia, para ser capaces de dar razón de lo que por otra parte nos parece obvio.
Si repasamos las noticias de ayer nos encontraremos con los argumentos que se van a utilizar para defenderla, y que se pueden resumir en dos: la situación de enfermos terminales con un dolor insufrible, y la decisión que pueden tomar algunas personas que no desean seguir viviendo por los motivos que sea.
Busquemos ahora lo que dicen los médicos. Primero, y es lo más lógico, que su profesión es curar y cuidar pero no acabar con la vida de los demás. Pero además afirman que en la actualidad el dolor puede ser siempre controlado. Y sí, se quejan de que no se están dedicando recursos a los cuidados paliativos. Por tanto piden que se sigan los códigos de deontología médica y que se dediquen recursos no sólo para curar sino también para cuidar a los enfermos. Todos tenemos miedo al dolor, pero no queremos morir.
No he leído el proyecto de ley, por lo tanto no se cuales son las condiciones en las que se podrá aplicar, pero podemos ver la evolución de las leyes de eutanasia en países como Bélgica y Holanda, en las que se ha pasado de la exigencia inicial de que se aplicase solo a enfermos en condiciones muy restringidas, ha dado paso, con el tiempo, a la aplicación en muchas más situaciones: niños, enfermos psiquiátricos, enfermos de larga duración, etc. Pero además se ha pasado de una exigencia de consentimiento voluntario y en plenitud de condiciones, a situaciones en las que otras personas deciden por el enfermo, e incluso es el propio médico quien toma la decisión según su propia valoración de que el enfermo tenga una calidad de vida aceptable o no.
No puedo terminar sin hacer algunas consideraciones sociales. Es verdad que algunas personas en plenas facultades pueden sentir que la prohibición de la eutanasia va en contra de sus deseos, pero hay que tener en cuenta que su legalización supondrá una amenaza para un número mucho mayor de personas que podrían acogerse a esta opción cuando estén sometidas a depresión, coacción o un dolor intenso que no reciba el tratamiento adecuado. Por eso legalizar la eutanasia es un beneficio para alguno, pero pone en peligro la vida de muchos otros.
Prohibir la eutanasia y el suicidio asistido sirve como protección de individuos vulnerables, fomenta el cuidado activo y el tratamiento de los enfermos terminales e impide que se dé muerte a enfermos sin capacidad de decidir. Por otra parte la experiencia nos dice que alrededor del enfermo débil siempre pueden surgir presiones no legítimas de médicos, familiares, o del mismo sistema sanitario. Es más barato administrar una inyección letal que cuidar y mantener a un enfermo terminal.
Al final, nos debemos hacer otra vez las mismas preguntas; ¿Qué tipo de sociedad queremos construir, la del individualismo o la de la solidaridad? Si aceptamos la legalización de la eutanasia admitimos que la sociedad ya no va a defender siempre la vida de las personas inocentes. Se les va a encargar a algunos de sus miembros que acaben con la vida de otros. Se va a decir al débil y al enfermo que no estamos dispuestos a hacer todo lo posible para sacarles adelante. Se les va a descartar. Si queremos construir una cultura de la vida y de la solidaridad debemos comprometernos a que ningún enfermo esté solo y sienta la amargura de la indiferencia. Sólo así venceremos las tentaciones de la eutanasia.

Buenas Noches.

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