“La imparcialidad es un nombre pomposo para la
indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)
Otro
bonito día, no ha estado mal el último día de enero, con sol y una temperatura
agradable, solo un pero, el viento de poniente que ha molestado un poco.
Mañana
parece ser que va a ser otro buen día, con un sol que nos alumbrara desde las 08:
07 horas hasta las 18:22, y en el que celebraremos a Brígida de Kildare, Santa.
Hoy
ha sido un día importante, porque el Reino Unido abandona la Unión Europea, y
los que hemos vivido cómo se formó nos sentimos un poco tristes. Es fácil que muchos
no recuerden el interés que puso el Reino Unido para entrar, y creo recordar, como
en dos ocasiones se le negó la entrada a causa del veto de Francia. Si no me
equivoco la opinión de Francia era que los ingleses eran más afines a Estados
Unidos que a Europa y que iban a ser un obstáculo para el desarrollo de la Comunidad
Europea, visto lo visto, parece que algo de razón si que tenían. Pero en conjunto
ha sido una estancia muy fructífera para todos.
Vamos
a tener un problema, hasta hoy la Unión Europea estaba acostumbrada a recibir
propuestas de adhesión, pero por primera vez nos enfrentamos a un problema
distinto, un gran país ha decidido separarse.
Si
ahora, nos detenemos y analizamos un poco lo que ha sucedido con el Reino Unido
y Europa nos daremos cuenta que no es diferente a lo que le está sucediendo al
conjunto de la sociedad europea. Me atrevería a decir que son los efectos de
esa cultura de la desvinculación que está tan de moda, se trata de esa cultura
donde el deseo personal se impone al bien común.
Vemos
procesos de fragmentación allí donde miramos, comenzando por las relaciones
personales con la gran cantidad de divorcios y con legislaciones que cada vez
tienden a favorecerlo en lugar de darle valor al matrimonio. Existen cada vez más
divisiones sociales marcadas por identidades grupales entre las que hay que
destacar las preconizadas
por la perspectiva de género que ocupan el papel más destacado. La sociedad
humana formada por hombres y mujeres ha dejado paso a una comunidad destruida
por este tipo de identidades.
Y aún existe otro nivel desvinculación:
el que se produce entre territorios como el caso catalán. Pero mismo sucede en
la política, donde cada vez más sus dirigentes están desvinculados de la
realidad, de los ciudadanos, hasta el extremo que se han llegado a convertir en
uno de los primeros problemas de esta sociedad.
En el fondo de todo ello subyace
un grave error de perspectiva que comete esta sociedad. Cuando, por ejemplo,
planteamos la cuestión del matrimonio y el divorcio, hay que mirarlo desde la
perspectiva de la dignidad matrimonial, es decir, mirarlo a través del prisma
de lo que es bueno y del bien que hace. No hay que mirarlo desde el prisma
contrario, desde el punto de vista del divorcio, desde la excepción. Desde esta
perspectiva, los resultados son absolutamente distintos. Y esto es precisamente
lo que hace la sociedad desvinculada, interpretar la realidad y buscar el bien
a través de facilitar la excepción en lugar de promover el cumplimiento, el
bien del vinculo. Es, por tanto, un problema que está en la raíz de nuestra
cultura y que solo una respuesta que muestre lo bueno y el bien que podemos hacer
lo puede resolver.
Mientras esto se hace realidad,
los problemas y las crisis de la sociedad desvinculada castigaran nuestras
vidas.
Buenas Noches.