“Dicen que los
viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K.
Chesterton).
Ya hemos vuelto de nuestro primer “ensayo general”, han
sido seis días en los que la bicicleta y todo el material para la práctica del
cicloturismo ha sido puesto a prueba.
443 kilómetros han sido suficientes para saber lo que ha
funcionado bien y lo que podemos mejorar, salvo el material para la lluvia, que
no hemos podido probar, todo lo demás ha sido puesto a prueba y ya haré los
comentarios dentro de unos días.
Hemos probado también varios tipos de recorridos, puertos
de montaña con varios tipos de desniveles, rampas imposibles, bajadas igual de
imposibles, y días de muchos kilómetros llanos.
Hemos utilizado también varios tipos de lugares para
pernoctar y hemos sacado interesantes conclusiones, que si no mejora mucho el
tema del covid-19 van a ser de una gran importancia.
Ha sido un ensayo general para lo que nos espera con la
bicicleta. Aunque no está nada claro lo que nos deparará este verano con el
covid-19, pero hay que continuar, preparando y esperando.
Sentimos ya la fuerza de los caminos y del viento en
nuestra cara mientras anhelamos una señal que nos indique la cercanía de la
partida. Vivimos estos días una incertidumbre continua para un viaje que exige
un modo de vida austero. No basta con llevar algo de ropa y de pertrechos. No
basta un mapa de ruta más o menos claro. Hace falta una actitud interna
abierta, generosa y disponible para lo que se nos presentara.
Pienso que un viaje en bicicleta no se comprende sin
tener en cuenta el lugar al que nos vamos a encaminar, y tenemos que estar
listos y preparados.
Buenas Tardes.
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