lunes, 8 de junio de 2020

Semana clave.


“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)


Con el paso de los días y según vamos cogiendo cada vez más la bicicleta me voy tranquilizando y, empiezo a ver el día a día y el posible viaje con las alforjas cada vez más cerca, aunque con la imposibilidad de ponerle una fecha exacta.
Hasta el día en que tenga libertad de horarios y la posibilidad de cambiar de provincia no queda más remedio que ir “matando el gusanillo” con pequeñas escapadas que no sobrepasan los 60 kilómetros, no me quejo pues así voy volviendo a recuperar la forma física poco a poco.
Me doy cuenta de que hay muchas personas que aún no ven clara su salida de esta crisis producida en su mayor parte por el covid-19, muchas personas que no han podido regresar a su trabajo habitual, a la actividad que realizaban hacen unos meses y tampoco saben bien lo que vendrá o lo que les deparará el futuro más cercano. Hay todavía muchas cosas que están fuera de nuestro control, por lo que la mentalidad con la que abordemos esa situación es fundamental para hacer frente a las situaciones difíciles y poder resolver lo desconocido que nos pueda aparecer.  
Tal como yo lo veo nunca vamos a tener el control absoluto de las cosas, tal como ha demostrado el covid-19. Y es que la vida es impredecible y cambia rápidamente. Considero normal estar ansioso estos días, preocupado sobre cuándo terminará la pandemia o si la vida volverá a la normalidad.
Es natural querer estar seguros y desear un poco de control, esta situación que estamos viviendo puede llevarnos a experimentar más estrés, a ponernos ansiosos o sentir la impotencia de no saber la dirección que va a tomar nuestra vida, hasta dejaros agotados emocionalmente e imaginar lo peor.
Esta incertidumbre se centra en la mayoría de las ocasiones en las preocupaciones sobre el futuro y todas las cosas malas que podemos imaginar que sucederán. Esto me puede llevar a sentirme desesperado o deprimido por los días que vienen, a exagerar el alcance de los problemas a los que me enfrentare e incluso paralizarme a la hora de tomar buenas decisiones que me permitan superar un problema.
El peligro de caer en una preocupación crónica no va a darnos más control sobre los eventos incontrolables, sino robarnos el disfrute del presente, agotar nuestra energía y no dejarnos dormir. Aunque haya personas que les resulte más fácil tomar riesgos y vivir vidas impredecibles, todos tenemos un límite.
Podemos hacer algunas cosas para llevar mejor esta situación y que nos aporten más paz y tranquilidad mientras buscamos la mejor solución para la incertidumbre por la que estamos pasando.
Para interrumpir los supuestos negativos y todas las malas predicciones que no paran de rondarnos por la cabeza se puede poner una gran parte de nuestra atención en lo que nos está sucediendo en el momento presente y así al estar conectados al “aquí y ahora” nos olvidamos de estar prediciendo lo que podría suceder y aliviamos nuestro estrés mejorando el estado de ánimo general.
Otra actitud que intento mantener en estos días son los proyectos personales que tenía, estos días son ideales para no solo recuperarlos, sino que si utilizamos bien nuestra gran cantidad de tiempo que tenemos a nuestra disposición, los desarrollaremos más y algunos de ellos los podremos incluso poner en marcha.
Lo fundamental para ello es que procuremos estar continuamente motivados, buscando información y leyendo sobre ellos para tener más recursos, aprovechándolos para que nuestros proyectos tengan una base más sólida.
Las dificultades que se nos van presentando terminan dando un valor añadido a ese proyecto y, no hay que dejarse destruir psicológicamente. Hay que estar mentalizados para ir adaptándonos a las nuevas dificultades y no permitir que esos problemas nos conviertan en víctimas. Tenemos libertad de poder elegir lo que queremos pensar y hay algo que podemos vivir y aprender de ello.
No podemos tener un control sobre todos los problemas que esta generando esta pandemia y, cualquiera que esa el miedo que nos produzca o a la circunstancia que nos lleve, en lugar de preocuparnos por lo incontrolable, debemos intentar dirigir nuestra mente para tomar medidas sobre aquellos aspectos que sí están bajo nuestro control. Es posible controlar nuestra actitud y respuesta emocional y si nos concentramos en lo que podemos hacer, pasaremos de la preocupación y la reflexión ineficaces a la resolución activa de los problemas.
Entramos en una semana clave, es hora de ir poniendo en orden nuestras cosas ya que tarde o temprano la oportunidad para salir a recorrer las carreteras llegará. Todo esto se parece al ajedrez, hay que desarrollar el juego repartiendo nuestras piezas y no hacer jaque mate en la primera jugada. Nos tenemos de encargar de que las piezas estén es su lugar, y cuando el momento llegue la pieza tendrá oportunidad para vencer. El momento para empezar nuestro proyecto vendrá por sí mismo, pero no podemos comenzarlo si no estamos preparados.
Buenos Días.

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