“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto
hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
Con el paso de los días y según vamos cogiendo cada vez
más la bicicleta me voy tranquilizando y, empiezo a ver el día a día y el posible
viaje con las alforjas cada vez más cerca, aunque con la imposibilidad de ponerle
una fecha exacta.
Hasta el día en que tenga libertad de horarios y la
posibilidad de cambiar de provincia no queda más remedio que ir “matando el
gusanillo” con pequeñas escapadas que no sobrepasan los 60 kilómetros, no me
quejo pues así voy volviendo a recuperar la forma física poco a poco.
Me doy cuenta de que hay muchas personas que aún no ven
clara su salida de esta crisis producida en su mayor parte por el covid-19, muchas
personas que no han podido regresar a su trabajo habitual, a la actividad que
realizaban hacen unos meses y tampoco saben bien lo que vendrá o lo que les
deparará el futuro más cercano. Hay todavía muchas cosas que están fuera de
nuestro control, por lo que la mentalidad con la que abordemos esa situación es
fundamental para hacer frente a las situaciones difíciles y poder resolver lo
desconocido que nos pueda aparecer.
Tal como yo lo veo nunca vamos a tener el control
absoluto de las cosas, tal como ha demostrado el covid-19. Y es que la vida es impredecible
y cambia rápidamente. Considero normal estar ansioso estos días, preocupado sobre
cuándo terminará la pandemia o si la vida volverá a la normalidad.
Es natural querer estar seguros y desear un poco de
control, esta situación que estamos viviendo puede llevarnos a experimentar más
estrés, a ponernos ansiosos o sentir la impotencia de no saber la dirección que
va a tomar nuestra vida, hasta dejaros agotados emocionalmente e imaginar lo
peor.
Esta incertidumbre se centra en la mayoría de las
ocasiones en las preocupaciones sobre el futuro y todas las cosas malas que podemos
imaginar que sucederán. Esto me puede llevar a sentirme desesperado o deprimido
por los días que vienen, a exagerar el alcance de los problemas a los que me
enfrentare e incluso paralizarme a la hora de tomar buenas decisiones que me
permitan superar un problema.
El peligro de caer en una preocupación crónica no va a darnos
más control sobre los eventos incontrolables, sino robarnos el disfrute del presente,
agotar nuestra energía y no dejarnos dormir. Aunque haya personas que les
resulte más fácil tomar riesgos y vivir vidas impredecibles, todos tenemos un
límite.
Podemos hacer algunas cosas para llevar mejor esta
situación y que nos aporten más paz y tranquilidad mientras buscamos la mejor
solución para la incertidumbre por la que estamos pasando.
Para interrumpir los supuestos negativos y todas las
malas predicciones que no paran de rondarnos por la cabeza se puede poner una
gran parte de nuestra atención en lo que nos está sucediendo en el momento
presente y así al estar conectados al “aquí y ahora” nos olvidamos de estar
prediciendo lo que podría suceder y aliviamos nuestro estrés mejorando el
estado de ánimo general.
Otra actitud que intento mantener en estos días son los
proyectos personales que tenía, estos días son ideales para no solo recuperarlos,
sino que si utilizamos bien nuestra gran cantidad de tiempo que tenemos a
nuestra disposición, los desarrollaremos más y algunos de ellos los podremos
incluso poner en marcha.
Lo fundamental para ello es que procuremos estar continuamente
motivados, buscando información y leyendo sobre ellos para tener más recursos, aprovechándolos
para que nuestros proyectos tengan una base más sólida.
Las dificultades que se nos van presentando terminan
dando un valor añadido a ese proyecto y, no hay que dejarse destruir psicológicamente.
Hay que estar mentalizados para ir adaptándonos a las nuevas dificultades y no
permitir que esos problemas nos conviertan en víctimas. Tenemos libertad de
poder elegir lo que queremos pensar y hay algo que podemos vivir y aprender de
ello.
No podemos tener un control sobre todos los problemas que
esta generando esta pandemia y, cualquiera que esa el miedo que nos produzca o
a la circunstancia que nos lleve, en lugar de preocuparnos por lo incontrolable,
debemos intentar dirigir nuestra mente para tomar medidas sobre aquellos aspectos
que sí están bajo nuestro control. Es posible controlar nuestra actitud y
respuesta emocional y si nos concentramos en lo que podemos hacer, pasaremos de
la preocupación y la reflexión ineficaces a la resolución activa de los
problemas.
Entramos en una semana clave, es hora de ir poniendo en
orden nuestras cosas ya que tarde o temprano la oportunidad para salir a
recorrer las carreteras llegará. Todo esto se parece al ajedrez, hay que desarrollar
el juego repartiendo nuestras piezas y no hacer jaque mate en la primera jugada.
Nos tenemos de encargar de que las piezas estén es su lugar, y cuando el momento
llegue la pieza tendrá oportunidad para vencer. El momento para empezar nuestro
proyecto vendrá por sí mismo, pero no podemos comenzarlo si no estamos
preparados.
Buenos Días.
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