“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto
hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
No solo estamos rodeados por los problemas que nos causa
la pandemia producida por el covid-19 sino que mirando a nuestro alrededor nos podemos
dar cuenta que los ánimos de muchas personas están muy alterados. No hay duda
de que estamos en una situación muy complicada.
Un repugnante video en el que la policía de Minneapolis mata
lentamente a una persona negra. El estallido de violencia que se ha producido a
reglón seguido en muchas partes del mundo, una explosión no sólo de tensión racial,
sino de cansancio por un confinamiento que esta durando demasiado. Un país que
se encuentra polarizado políticamente en el que unos y otros no paran de
descalificarse, por no decir insultarse. Son señales de que algo empieza a
moverse y tal vez a derrumbarse.
Escrito en las pancartas de las manifestaciones que se han
producido como consecuencia de la muerte de George Floyd podemos leer
innumerables frases: «Las vidas negras importan (Black Lives Matter), «Si no
hay justicia, no hay paz», o al revés: “Sin paz no hay justicia”, junto con muchas
otras que son absolutamente verdad.
Pero bajo mi punto de vista el vandalismo no es justicia.
El saqueo no es justicia. Los incendios provocados no son justicia. La venganza
no es justicia. La fuerza utilizada por la policía para reprimir la violencia
no consigue la paz, solo para los disturbios y los actos de vandalismo.
La paz entre las personas necesita algo más que justicia,
necesita amor, sino es otra cosa. Una paz conseguida sin amor sólo es miedo silenciado.
Diría que mientras las personas se sigan odiando y echándose las culpas unas a
otras, no puede haber paz. Sólo habrá miedo y violencia, ya sea de los negros
contra los blancos, de los blancos contra los negros, o de un grupo contra otro
grupo. El odio siempre convierte a las personas en monstruos.
Tal como yo lo veo el racismo es un problema real hoy en
día, pero es parte de un problema mucho más grande: la falta de amor.
Ya se que para muchos puede ser una tontería eso de la
falta de amor, pero honestamente hasta que no admitamos esa falta de amor, lo
único que tendremos es más problemas. Pensemos el hecho de que cada día se
acaba con la vida de miles de personas inocentes. Si el vídeo de un aborto
tardío, espantoso como es, se convirtiera en viral, ¿causaría indignación? ¿Y
por qué no? ¿Por qué se ataca a los activistas provida?
No habrá justicia en un lugar donde se defienda y sea
legal la muerte de esos inocentes y en el que quienes intentan exponer esa
injusticia sean considerados delincuentes. Una nación en la que la gente, de
manera rutinaria, impida vivir a personas porque son bebés, matará a los negros
porque son negros y lanzará bombas incendiarias y romperá vitrinas porque
produce satisfacción hacerlo. La justicia no puede fundarse en la falta de
amor.
No puede haber justicia en un lugar en el que no se considere
esencial defender el amor. Donde no se pueda enfrentar la falta de amor con el
amor. No puede haber paz en ningún lugar donde no se defienda esta verdad y
esta verdad es la que nos hará libres. Esto traerá la paz. La paz sin amor sólo
es pánico enmudecido, como dijo Chesterton alguna vez.
Pero hay otro problema sobre el que veo muy pocas
noticias y del nadie quiere hablar. Es difícil hacerlo, pero si no lo examinamos,
seguirá haciéndose más grande: la educación.
Se supone que la educación es sólo transmitir lo que es
verdadero, es transmitir la verdad de una generación a otra. Pero si no se
enseña la verdad, no se está enseñando nada, y estamos siendo testigos de las
consecuencias catastróficas que tiene el que no se haya enseñado la verdad
durante generaciones. Tampoco se han enseñado la bondad y la belleza. Por eso
la gente es infeliz, está enfadada y no tiene esperanza.
Se enseña lo que está de moda. El pensamiento materialista
invade la formación de los más jóvenes y de los no tan jóvenes, se les enseña
que la humanidad es, en sí misma, sólo una afortunada combinación de elementos
químicos y matemáticos, que el hombre es sólo una bestia más del universo, que
la economía es sólo la lucha por el pan, que el amor es sólo sexo, que la
literatura es vociferación y la civilización una prisión opresiva construida
por el varón blanco cristiano. Pero la Evolución significa que todo está
mejorando. Todo lo que impide el progreso y la eficiencia es malo. El pasado es
el culpable. El pasado es malo. Lo nuevo es bueno.
Este pensamiento del progreso ha estado avanzando a
tropezones de manera constante durante los últimos dos siglos.
No se enseñan la verdad porque no enseñan la realidad
fundamental de lo que significa amar. Es esta realidad la que desarma cualquier
filosofía política y social. El comprender y saber lo que significa el amor es la
solución. Pero esta es la Verdad que ha sido eliminada de nuestro sistema
educativo, y las mentes de nuestros niños y ciudadanos han sido formadas sin
ella. A la vista de todos están los resultados.
En fin, esperemos que las cosas empiecen a cambiar, que
exista un renacimiento educativo desde la raíz, que se recupere la verdad, la
bondad y la belleza para un mundo que veo está hambriento de ellas. Empecemos a
reconstruir esta civilización incluso cuando esta se desmorona a nuestro
alrededor.
Buenos Días.
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