lunes, 29 de junio de 2020

Nos falló el cubre llantas.


 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton). 


Hace días que estoy haciendo un repaso de cómo nos funcionó todo el material nuevo que adquirimos y haciendo los cambios que estoy viendo necesarios.
Así que os diré, poco a poco, cuáles han sido esas sensaciones, y curiosamente fue momentos antes de empezar cuando surgió la primera prueba.
El primer día siempre está lleno de incertidumbres y de ilusiones, por eso cuando te diriges a poner las alforjas en la bicicleta y descubres con sorpresa que la rueda trasera está vacía empiezas a pensar que vas a comenzar un viaje con episodios sorprendentes y que a fin de cuentas era esto lo que buscabas.  
No presenta muy buena imagen que estés reparando una rueda pinchada antes de colocar la primera alforja, no fue un pinchazo en el sentido teórico de que se clavó algo punzante en la cámara, sino que fue el típico roce de la cámara con el hueco de los rayos al tener demasiada presión o tener la cinta protectora de mala calidad, o sea el típico pinchazo que nos encontramos en la parte interna de la cámara y al que nunca localizamos su causa. 


La noche anterior hinche las ruedas a la máxima presión, tengo que decir que me sorprendí ya que tome mis precauciones; una buena cubierta, una cinta antipinchazos y otra cubre llanta. Me fallo la de la llanta con la máxima presión, al ponerle medio kilo menos de presión ya no tuve ningún problema en el viaje, aunque por precaución al llegar a Xàtiva compre en Decathlon otra junta para añadirla si se volvía a deshinchar.
Os dejo unos enlaces de ese material por si alguien siente la curiosidad de conocerlos.
Banda antipinchazos: https://amzn.to/31ntdMF
Cubre llantas: https://amzn.to/2BNhsUS
No es la mejor forma de comenzar una salida de varios días, pero sí lo que queríamos era probar el material no hay duda de que el comienzo era esperanzador.
Después de tantos años sin practicar el cicloturismo lo importante era subirse en la bicicleta cargada con el material para pasar varios días, y empezar a pedalear. Teníamos material nuevo que nunca habíamos probado y cambios en la bicicleta que no podían dar el resultado que esperábamos, pero esto no era lo que más importaba, es más creo que cuando realmente nos gusta una actividad la tenemos que realizar incluso sin tener ninguna esperanza de hacerla bien o que nos salga todo lo perfecta que nos gustaría.


El primer día todo estaba controlado, el recorrido nos lo sabíamos de memoria con sus subidas, bajadas y cruces, todo bajo control y sin embargo esa rueda vacía me recordó que los problemas existen y existirán siempre. Lo sabía, desde siempre existen los problemas. Y resulta que los problemas son el pan nuestro de cada día. Los problemas, si lo analizamos un poco, tienen todos algo en común, y es la forma en que se logra solucionarlos. La receta es la misma, bien sencilla.


Tenemos que acudir primero a los pequeños obstáculos para ir llegando al problema principal de nuestras preocupaciones. Empezar primero por lo más sencillo y no perder la tranquilidad. Quitamos la rueda, lo hemos hecho muchas veces, sacamos la cámara y la cambiamos por otra y montamos la nueva, poco a poco, sin prisas pues es solo un pequeño obstáculo que nos ha mantenido ocupados que no preocupados por unos minutos, no siempre resulta fácil enfrentar nuestros problemas, pero al menos podemos intentarlo mientras vamos poco a poco, transformando nuestro miedo, angustia y desesperación, en fortaleza y esperanza.
Buenos Días.

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