miércoles, 20 de marzo de 2024

Sobreiro – Peniche. (19 de marzo de 2024)

 19 de marzo de 2024.

“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)



Sobreiro – Peniche.

Distancia: 69,12 km. Media: 11,98 km/m. Altura: 788 m.

Segundo día de ciclo-viaje, y aunque las piernas deberían ir mejor, no ha sido así, las agujetas de la media maratón de Lisboa del domingo y las fuertes subidas de Sintra de ayer han sido las causantes de que estuviera mejor pedaleando que caminando, lo que unido a lo duro del recorrido de hoy, me hace decir que hoy ha sido un día difícil pero con un paisaje esplendido.

Por lo tanto de magnífico podría clasificar este día, un día con una excelencia singular que reúne muchas de las mejores cualidades del ciclo-viaje: lugares espectaculares que admirar y una meteorología aceptable.

Los que andamos metidos en este mundo de los viajes en bicicleta, nos damos cuenta de que, de cuando en cuando, nos invade la necesidad de sorprender a lo grande, a lo espectacular, y así mantener despierto el «deseo de más». No es de extrañar: esto es el claro reflejo de lo que hoy vivimos. En cuanto llevamos muchos años viajando en bicicleta, llega un momento en que nos asalta el tedio. Entonces sentimos que hay que buscar otra sensación que nos devuelva la ilusión. Pasa igual con las relaciones, con los compromisos… Es la era del «saltar de acá para allá»: de post en post en las redes, de canal en canal en la tele… Nos enganchamos a lo sorprendente, lo nuevo, lo variado, lo que nos cambie el rumbo de golpe.

Todos los años, próximos al verano, nos devanamos los sesos para ver a dónde vamos a llevar nuestra bicicleta para vivir una experiencia que no olvidaremos jamás, que nos remueva todo como nunca, que nos despeine el alma, nos descoloque…Nos convertimos de alguna manera en locutores entonando el «¡más difícil todavía!».

Por una parte, es normal que actuemos así. No podemos venir con el mismo viaje de siempre creyendo que lo que funcionó va a seguir funcionando tal cual. Hay que innovar, actualizar, revisar.

Pero otra parte de mí piensa que, de esta forma, nos olvidamos de recordar que también en lo pequeño y repetitivo de cada día reside la belleza de la vida. Es fundamental empezar a ver lo esplendido de un viaje en lo rutinario. Opino que gran parte de nuestra misión como personas está también en llenar nuestra rutina diaria con las sensaciones de un viaje en bicicleta.

No hay comentarios: