viernes, 29 de marzo de 2024

¡Buenos días! ¿sería bueno no trabajar?

     “Si prometo ser fiel, debo ser maldecido si soy infiel, o no hay gracia ninguna en prometer nada”. (G. K. Chesterton)

¡¡¡Buenos días!!!  

La pregunta que dejé ayer en el aire presenta varias dificultades, la recuerdo: ¿por qué no podemos dejar que trabajen las máquinas aprovechando su trabajo para que nosotros vivamos mejor?

Veamos, hay que tener en cuenta que nuestro trabajo se encuentra penalizado con los impuestos y costes frente al trabajo de la maquinas. Pagamos seguridad social, impuesto del trabajo, sin olvidar los impuestos sobre la renta que pagan los trabajadores humanos y que no pagan las máquinas. Si, por ejemplo, estos impuestos se establecieran sobre los beneficios de la empresa y no sobre los sueldos, tendríamos recursos económicos para mantener un estado de bienestar, aunque trabajasen solo las maquinas. Pero esto no sucede así. En el sistema actual, las máquinas ocupan nuestro trabajo y no contribuyen con las prestaciones subsidiarias que ofrece el estado como el paro, pensiones, sanidad… que se alimentan del impuesto sobre la renta, los impuestos al trabajo y las cuotas a la Seguridad Social.

Si ahora nos pusiéramos a articular una reforma fiscal sobre ese escenario podríamos conseguir que las máquinas trabajasen para todos nosotros, siempre y cuando articulásemos el reparto de sus contribuciones entre los que se han quedado sin trabajo. Esto, ya supondréis que no es para nada fácil, pero sería posible. Ahora bien, esto nos deja otra pregunta: ¿sería eso algo bueno?

¿Qué problema nos deja el razonamiento anterior? Pues, principalmente, que hemos reducido el trabajo a una sola dimensión, la económica. Por lo cual lo deberíamos de denominar empleo más que trabajo. En realidad, el trabajo debería ser el esfuerzo que realizamos para poder transformar el mundo, pues se trata de una actividad necesaria para el hombre y para nuestro desarrollo como personas. Todos tenemos la necesidad de sentirnos útiles y de conseguir algún reconocimiento por eso.

Se debe de trabajar, aunque no generemos ningún beneficio económico o, aunque lo genere otro o una máquina y el subsidio que recibiríamos para vivir no llena ese hueco. Aunque se tenga dinero, una sociedad sin trabajo es una sociedad que tiene unas relaciones entre sus miembros muy débiles y un alto riesgo de deteriorarse. Debemos reflexionar sobre el concepto del trabajo y que entendemos por un trabajo realmente humano.  

En nuestra sociedad no se encuentra ese equilibrio. No tenemos bien nivelado el trabajo y el empleo. La virtud del trabajo se debe mantener alejada de sus extremos, debe huir de la pereza y de la obsesión por trabajar. La tecnología, hasta ahora, no siempre nos ha ayudado a mantener el sentido humano del trabajo: mejorar el mundo y ayudar a las personas, empezando por mejorar y ayudarnos a nosotros mismos. Tendremos que preguntarnos el porqué.

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