lunes, 12 de octubre de 2020

¿Qué significa ser consciente de que estoy viviendo un instante especial?

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)

Ayer, domingo, fue otro día dedicado a la bicicleta y, otra vez en el interior de nuestra provincia, con 98 kilómetros, podría decirse que ha sido la etapa “reina”, tal vez nos pueden parecer muchos, pero al igual que el viernes le dedicamos toda la jornada y sin prácticamente peso, lo que la hace asequible a nuestras piernas.

En este largo fin de semana, decidimos ir y volver a Pego en cada salida, lo que nos ha permitido hacer unos recorridos más largos de lo habitual ya que normalmente no podemos hacer estas distancias en una mañana, al menos nosotros, no solo por los kilómetros sino también por los desniveles.

Vamos descubriendo poco a poco una parte de nuestra provincia a la que no solemos acercarnos y mucho menos en bicicleta, y aunque no suelo tomar muchas imágenes de los paisajes por los que pasamos no por eso se me olvidan, aunque, muchas veces me arrepiento de ser tan vago y no pararme a tomarlas, y así poder mostrarlas, como por ejemplo los barrancos de Quatretondeta, un paisaje sin duda muy particular y al parecer bastante inhóspito que con la bicicleta se puede admirar perfectamente sin abandonar la carretera.

En estos días he ido redescubriendo una parte de la provincia de Alicante que ya tenía olvidada. Descubrir y maravillarse es una acción a la que estoy acostumbrado y que me suele suceder cada día, no con los paisajes, pero si con solo despertarme por la mañana, pero a la que hay que llenar de contenido cada vez pues si no se puede olvidar y, lo mismo sucede con todo lo que maravilla.

¿Qué significa despertar por la mañana; abrir los ojos y ver la vida que me rodea? ¿Qué significa sentir el viento por nuestra cara o la fragancia de los naranjos cuando nos deslizamos en la bicicleta? ¿Qué significa ser consciente de que estoy viviendo un instante especial? ¿Qué significa darme cuenta de que lo estoy disfrutando?

¿Puedo acaso desentenderme de todos esos momentos que me rodean por el sólo hecho de no haberlos pedido? ¿Quién puede rebelarse contra estos dones, contra estos regalos que nos encontramos cada día? Algunos por ahí podrían decir: “Yo no quiero todo esto que se me regala, lo rechazo, no acepto el regalo de nadie”. A pesar de esta posible actitud seguimos teniendo todo aquello que no hemos pedido.  Simplemente está allí. Cada día es un redescubrir las maravillas que la vida trae consigo. Una caricia, una bella palabra, un paseo en bicicleta.

Todo eso me habla, me dice que hay algo divino en todas las cosas y que se refleja en todo lo que nos sorprende. Sí, aunque no lo queramos asumir allí está. ¿Nos sentimos víctimas de ese milagro? ¿Víctimas de esa situación que disfrutamos y que nunca hemos buscado?

¿Quién rechaza respirar o dejar de pensar? ¿Podemos desentendernos de todo lo que es, de todo lo que tiene, de todo lo que la vida nos regala todos los días? No, esa es la respuesta. No podemos dejar de ver esa presencia. Por más que lo queramos y por más que busquemos explicaciones, siempre tendremos esos regalos.

¿Me molestan estos prodigios diarios o me siento beneficiario de estos milagros? Hay que pensarlo bien. Todo es gratis, todo es don, todo nos es regalado. ¿Acaso he creado yo las montañas, ese paisaje que me encanta? No soy capaz, no puedo hacerlo.

Hay que agradecer, dar las gracias por todo lo que tenemos, por todo lo que se nos regala a diario; por este nuevo día, por la naturaleza que disfrutamos, por la amistad, por la familia, por el amor, por la bondad… ¡Tenemos tanto para estar agradecidos ¡

Ya se que hay personas que esta vida no les es favorable y que se sienten desgraciados y creen no tener nada que agradecer, incluso estas personas pueden encontrar un motivo para estar agradecidos. Lo resumía muy bien, como siempre, G.K. Chesterton: “Incluso la simple existencia, reducida a sus más primarios límites, era suficientemente extraordinaria como para ser excitante. Todo era magnífico comparado con nada. Incluso si la luz del día era un sueño, era un ensueño y no una pesadilla.”

En fin, Buenas Tardes.

No hay comentarios: