Viernes 13 de Abril de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
Buenos Días Jesús, veo que la
costumbre de madrugar continua, y es que; “a quien madruga, Dios ayuda”. Os decía
ayer, bueno, antes de nada volver a daros las GRACIAS por las continuas muestras
de afecto por mi cumpleaños; MUCHAS GRACIAS.
Continúo; terminaba ayer diciendo
que algo no anda bien en la economía actual, entonces ¿Cuál es la explicación
de esa disfuncionalidad del sistema económico imperante hoy en día?
Muchos pensadores, que piensan
más y mejor que yo, han criticado las consecuencias negativas de una economía mundial
en gran parte desreglada y escindida de cualquier consideración ética. Yo
mismo, he criticado duramente lo que se llama la economía del descarte, un
sistema económico que, lejos de estar al
servicio del hombre, relega a un número importante de seres humanos a la
irrelevancia y la marginación.
Hay que insistir en que la
economía no puede resolver todos los problemas sociales aplicando sin más la
lógica mercantil. Hay que reclamar que debe estar ordenada a la consecución del
bien común. Y es que, como cualquier actividad humana, la actividad económica
tiene que incluir una dimensión ética.
La economía no es ni
éticamente neutra ni inhumana ni antisocial por naturaleza. Es una actividad
del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser estructurada y gestionada
éticamente.
Yo, me encuentro ahora con una
temperatura en mi balcón de 14,6 grados y también me encuentro en profundo
desacuerdo con la idea que surgió a principios de los años 80 de que los gobiernos
deberían abstenerse de regular los mercados y dejar de interferir con su funcionamiento
autónomo. Según esta teoría, unos mercados liberados de la losa del estado
traerían el paraíso económico a la tierra. Sin embargo, los resultados de esta
política han sido muy distintos de los esperados por sus defensores.
Si analizamos por encima las economías
de los países de nuestro alrededor veremos que la desregulación de los mercados
es en gran parte responsable de las crisis que ha padecido el mundo en los
tiempos recientes.
Y es que, hemos permitido una
sociedad en la que el materialismo domina el compromiso moral y en la que el
crecimiento rápido que hemos conseguido no es sostenible, ni socialmente ni
desde el punto de vista económico. A fin de cuentas, el sistema económico que
construimos depende del concepto que tenemos del ser humano. Por eso las ideas económicas
que cada uno de nosotros defiende se basan en la idea de hombre que se tenga.
Feliz y Dulce Día.
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