Domingo 8 de Abril de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
Debo reconocer que me esta
costando entender bien los presupuestos del Estado, aunque creo los puedo
comprender, vamos a ver si lo estoy comprendiendo bien, pero antes os diré la
temperatura 14,3 grados, un poco de fresquito, espero que dentro de un par de
horas en Elche haga un poco más de calor.
Según veo, los presupuestos se deben ajustar a
las indicaciones de la Unión Europea con respecto al déficit público, y viendo que mi sentido común me dice que no
se puede mantener una administración que esté permanentemente en déficit, y el
Estado, como cualquier institución, no puede sobrevivir si año tras año se
gasta más de lo que ingresa.
Y si se hace, un déficit
continuado tiene que financiarse y esto supone tener que pedir prestado dinero
para poder mantenerlo. La financiación tiene un coste y esto son gastos
añadidos al presupuesto que no pueden ser utilizados para políticas sociales,
inversión u otros menesteres útiles para la sociedad.
Una vez que tengo claro todo
lo anterior y siendo este el punto de partida, y una realidad ante la que nos
encontramos, el presupuesto y su equilibrio debe ser un instrumento para
alcanzar unos objetivos económicos comunes, debe estar al servicio de los
objetivos públicos y debe, por tanto, subordinarse a estos.
Pues bien, voy a continuar
estudiándolos para comprobar si se adaptan a esos principios, teniendo en
cuenta además que no podemos poner el déficit o el superávit por encima de los
objetivos económicos sino al contrario, al servicio de estos. Si es necesario
realizar un ajuste del presupuesto para evitar que exista un déficit, esto debe
hacerse de la manera menos nociva para la consecución de los objetivos públicos
tanto a corto como a largo plazo.
Lo importante no tendría que
ser recortar a toda costa, sino ver como se consigue el equilibrio
presupuestario para que las políticas importantes se vean lo menos afectadas posibles.
Voy a ver si esta tarde, con
la calculadora cerca puedo avanzar un poco más.
Feliz y Dulce Día.
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