Jueves 19 de Abril de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
Voy a dejar los presupuestos
que descansen por hoy ya que llevo días recogiendo toda la información que
puedo sobre esa, para mí, extraña guerra que tiene lugar en Siria.
Ahora en mi balcón tengo la
agradable temperatura que 14,8 grados y la tranquilidad de vivir en un lugar
sin guerra, pero un lugar en el que nuestros padres y abuelos vivieron también
una guerra y esto nos hace sentirnos un poco más cerca de los sirios y más
sensibilizados, sabemos de primera mano lo que eso significa.
De las causas y objetivos de la
guerra en Siria circulan por la red informaciones tan contradictorias y
disparatadas que en el fondo ya nadie sabe cuál es la verdad más fiable. Según
lo veo, toda esta confusión es la imagen de nuestros tiempos. Entre unas cosas
y otras, hay una guerra entre todos nosotros. Una guerra de la que sabemos
poco, excepto que es potencialmente muy peligrosa.
Se alimenta de la
incertidumbre, esa sensación de indefinición que atraviesa todo Oriente Medio,
lo que la motiva es la búsqueda del control, de la posesión, y estoy seguro que
lo que nos llega es solo un eco de lo que sucede dentro.
Tal vez por eso no somos
capaces de entenderlo, porque no está claro para qué sirve todo este dolor, cada
uno tiene su propia lectura, su opinión, sus expectativas. Pero, en el fondo,
nadie sabe cómo salir.
La llaman “crisis siria” pero
todos nosotros sabemos que esos aviones que sobrevuelan el cielo de Damasco
tienen que ver con el camino y el tormento que vivimos cada uno de nosotros en
este extraño y confuso final de década.
Feliz y Dulce Día.
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