Lunes 9 de Abril de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
Muy bien, no voy ahora a hacer
una critica a la opinión de Jesús, pero si que daré mi opinión, pues viendo los
presupuestos y habiendo estudiado un poco lo que quiere decir cada partida he
llegado a alguna conclusión, que seguro no será la adecuada pero se basa en mi
sentido común y en mi poco conocimiento de contabilidad.
De momento, hoy empezamos la
semana 15 de este 2018 y lo hacemos con una temperatura de 14,1 grados, así que
me paso rápidamente a lo del déficit.
Mira, es complicado eso del
déficit, pues la gestión del déficit a nivel nacional, tiene un componente que
hay que tener en cuenta y que no tiene nada que ver a cuando intentamos
equilibrar presupuestos individuales, de empresas o de cualquier otra
institución.
Y, es que resulta que el
volumen del gasto y los ingresos públicos tienen repercusiones que van más allá
del propio sector público. Vamos a ver, reducir gasto (por ejemplo) no
solamente puede mejorar las cuentas públicas, sino que además puede tener
repercusiones sobre la economía del país. Gastar menos supone reducir el crecimiento
económico de la nación (no solo por la reducción, sino también por los efectos
multiplicadores negativos que tiene el gasto sobre el consumo de los particulares)
lo que en un corto plazo de tiempo puede hacer que bajen los ingresos públicos.
Esto nos podría llevar a que una
política que intenta reducir el déficit puede acabar provocando más déficit en
un futuro porque reduce la producción, lo que acaba afectando al pago de
impuestos y consecuentemente a una disminución de la recaudación.
No se si lo estoy explicando
bien, yo creo que según lo estoy viendo el problema en España no es el gasto
publico sino más bien los ingresos públicos que tenemos en relación a ese
gasto.
Si no he entendido mal, lo he
buscado en una estadística del 2016 y no creo que haya cambiado mucho, el volumen
de gasto público español fue de un 43,5% del PIB mientras que la media de la
Unión Europea fue de un 47,3%. Los ingresos públicos supusieron en España un
38,6% del PIB mientras que la media de la UE fue 44,9%. Esto quiere decir que
si en España ingresásemos lo mismo que la media de los 28 países de la Unión
Europea, manteniendo el gasto público que tenemos, no solo no tendríamos
déficit, sino que estaríamos en superávit (por más de un punto).
Según lo veo yo, el problema
de nuestro déficit no es el de un nivel de gasto exagerado (15 países de la UE
gastaban un porcentaje más elevado del PIB en 2016) sino el de una recaudación
muy reducida (Solamente cinco países de la UE, Reino Unido, Letonia, Rumania,
Lituania e Irlanda, tuvieron unos ingresos públicos menores que España).
Como ves hay tema.
Feliz y Dulce Día.
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