viernes, 31 de mayo de 2024

Día 3. 30 de mayo de 2024. Moncofa - Torrenostra.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)



Día 3. 30 de mayo de 2024.

Moncofa - Torrenostra.

Distancia: 64,68 km.

Media: 16,31 km/h.

Desnivel positivo: 111 m.

Otro día sin ningún problema, se ha terminado el gas y sin tener que buscar, pues en el mismo itinerario, en una ferretería he comprado un recambio y a seguir camino.

A veces encontrar lo que buscas es complicado, en nuestro día a día tenemos localizados los lugares a los que acudir para adquirir la mayoría de los productos que necesitamos, sin embargo, cuando estas de viaje, adquirir algún producto puede resultar complicado.

Se trata de esos misterios que tiene un viaje, esas cosas que no dependen de nosotros, pues no todo se encuentra donde desearíamos. Siempre hay un algo desconocido que hace que un viaje y la vida tenga su propio encanto.

Si lo pensamos veremos que estamos en un mundo que ya ha sido dispuesto, y a nosotros nos toca descubrirlo. Cada uno de nosotros tiene una vida propia con la que le toca descubrir lo que su vida le va reclamando. Este encanto que trae el misterio de nuestra vida es algo que siempre estamos buscando porque nuestra vida, además de suceder en un lugar y un espacio ya dispuesto, también sucede en un tiempo que nos es limitado en el que nos enfrentamos a toda clase de situaciones abiertas que no entendemos, y en ese tiempo tenemos el trabajo de realizar nuestra vida.

Esto ha sido así hasta hace poco, nuestra sociedad ha dejado de lado muchas de esas sensaciones. Si lo normal debería de ser tener una actitud abierta a conocer lo insospechado, estar preparado para la aventura, ahora, el mundo moderno se dirige hacia todo lo que puede dominar y controlar, algo que le de confort y seguridad.

Confiar en ese misterio que ha dispuesto todo para que se descubra, ha sido reemplazado por una confianza ciega en la razón. Ahora no se quiere pensar en lo que se escapa de nuestras manos, ya no nos queremos abandonar ante nuestra insignificancia. Por eso cuando todo depende de nosotros se nos escapan la mayoría de las realidades que están por encima de nuestra razón.

En nuestra vida actual parece difícil encontrar ese misterio que nos hace ser cada vez mejores, por eso buscamos en los viajes algo parecido, y, es que, el hombre necesita ese misterio. Lo que tenemos que hacer es salir de nuestra comodidad, desafiar nuestra razón y nuestro afán de seguridad y comenzar a confiar, a confiar en Aquel que nos ayudará a averiguar lo que le da encanto al mundo y a nuestra vida.

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jueves, 30 de mayo de 2024

Día 2. 29/05/24. Pinedo - Moncofa.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton) 



29 de mayo de 2024.

Pinedo. – Moncofa.

Distancia: 62,13 km.

Media: 15,70 km/h.

Desnivel positivo: 144 m.

Segundo día, de momento sin ningún problema, incluso he cruzado Valencia de maravilla pues a sido todo por carriles bici, muy bien por Valencia.

Era un recorrido que ya había realizado en parte hace dos años, por eso ha sido más fácil y con menos sobresaltos. Es verdad que no es necesario repetir algunas de las etapas que ya hice cuando hace dos años subí al Nordkapp, pero me atraía la opción de ir tranquilo y sin sorpresas, de esas que nos pueden aparecer cuando circulamos por primera vez por un lugar.

La cuestión es que para llegar en bicicleta al destino de este viaje tengo la oportunidad de repetir algunas partes del recorrido de hace dos años, nunca va a ser igual pues estoy procurando realizar los cambios necesarios para mejorar aquellas etapas.

Mientras mantenga el rumbo correcto poco importa si realizo cambios en cada etapa, o si cambio de camping, o que me pare en una ciudad por la que pase sin detenerme. Todo es cuestión de no perder el rumbo.

Ahora recuerdo ese celebre dialogo de la obra Alicia en el País de las Maravillas, donde se puede leer:

— ¿Quieres decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir de aquí?

— Eso depende mucho de a dónde quieres ir —replicó el Gato.

— Poco me importa a dónde quiero ir —dijo Alicia.

— Entonces poco importa el camino que tomes —replicó el Gato.

Situaciones como la de Alicia son penosamente frecuentes.

De toda la programación que he hecho para este viaje solo unas cuantas personas se darán cuenta de los cambios de dirección que habré tomado por diversos motivos, la programación esta hecha hace ya algunas semanas pero su cumplimiento al final del viaje va a tener muchos cambios.

Cada viaje esta formado por numerosas etapas. Etapas que se van sumando día a día y que poco a poco van marcando el itinerario que nos debe llevar a nuestro objetivo final.

Cuando termine, podre apreciar cuantas etapas he realizado, cuantas de ellas han sido las programadas y cuantas han sido realizadas sin una razón clara.

Si en un viaje se nos nubla el objetivo final y se difumina ante nosotros el objetivo tras el que comenzamos a pedalear, el sinsentido empieza a aparecer y comenzamos a ir perdiendo poco a poco el entusiasmo y la ilusión en viajar.

Ahora, después de muchos kilómetros y años de ciclo-viajes, es cuando comprendo que lo importante no era recorrer muchas etapas, ni la velocidad, sino el horizonte que quise conquistar en cada uno de ellos. En medio de este viaje percibo con claridad la necesidad de tener una mirada amplia que rompa la frontera de la etapa diaria.

¿A dónde voy? Geiranger, es el destino desde el que comenzaré a volver a casa. Pensemos no en el conjunto de todo el viaje, sino que coloquemos la mirada en el presente, en la etapa de hoy, fácil, sencilla, cómoda. Miremos la etapa de mañana que deberá de ser parecida a la de hoy y, solo después, al final, miremos el conjunto. Decía José Luis Martín Descalzo, “no se ama todo de golpe: cada día tiene su pequeño amor. Y sólo con muchas etapas sencillas se logra terminar el viaje.

Entonces se puede conseguir con ilusión un viaje de estas características. Importa no perder la visión que guíe, parafraseando a Antonio Machado, “el camino que hacemos al andar”.

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miércoles, 29 de mayo de 2024

Pego - Pinedo.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)



28 de mayo de 2024.

Pego – Pinedo.

Distancia: 74,55 km.

Media: 15,88 km/h.

Desnivel positivo: 98 m.

Primer día de viaje y, aunque pueda parecer que en cada viaje se repite y es lo mismo, no es así, cada vez es diferente y cada año que pasa más complicado, sobre todo arrancar. Hoy me ha costado más de lo normal, y eso que lo he hecho por primera vez en dos fases, la primera sencilla, dejar la casa atrás ya no es tan complicado, la segunda en Oliva ya a sido otro cantar.

Hay despedidas y despedidas, cuando la voz se entrecorta, un nudo en la garganta te impide hablar, cuando las gafas de sol ocultan las lagrimas no se si vale la pena marcharse. Sabes que abandonas lo más importante y entonces también sabes que no hay viaje que merezca la pena. Pero en la vida no siempre somos justos en nuestras decisiones y por eso necesitamos volver para reparar la herida producida.

Tenemos la idea de que viajar es igual a felicidad, de que es algo positivo, no se concibe que alguien prefiera disfrutar de lo que está cerca, de lo cotidiano, pasar las vacaciones con los que más quieres. ¿Es cierta esa dicotomía simplista en la que estamos insertos?

Viajar no es ni bueno ni malo, como tampoco lo es el progreso en sí mismo. Nuestra vida esta marcada por episodios de sedentarismo y nomadismo. Es cierto que somos itinerantes. Pero el viaje debe tener un sentido. Viajar porque tenemos algo que transmitir, algo parecido a una misión que cumplir. Como en todos mis viajes el objetivo siempre es volver a casa, para que las experiencias y todo lo que hemos aprendido junto con todas las decisiones que hemos tomado nos hagan ser más felices en casa y junto a los que esta mañana me acabo de despedir.

En fin, primer día cumplido, que siempre es complicado adquirir esta nueva rutina.

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lunes, 27 de mayo de 2024

Tan importante saber decir hola, como aprender a decir adiós.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton) 

Mañana comienzo un nuevo viaje, una nueva etapa de las muchas que tiene la vida. Han sido muchas las veces que me toca volver a ponerme en marcha. Ello siempre conlleva tener que hacer equipajes. Momentos en los que aprovecho para hacer limpieza y deshacerme de cosas que no he usado en el último viaje. Y al empaquetar, siempre tengo la sensación de estar precintando toda mi vida en las alforjas.

Y es que, en el fondo, al llenar las alforjas y viajar, sea más lejos o más cerca, siempre hay algo de nosotros que muere, algo que se queda y algo que se va. Algo que muere, como las cosas que tiramos a la basura, puesto que para salir hacia un nuevo lugar es necesario de alguna manera romper con el lugar que estamos. Y esto es algo que ni las comunicaciones ni las redes sociales han podido solucionar. Algo que se queda, como las cosas que regalamos a gente querida, porque hay una serie de personas que paradójicamente permanecen a nuestro lado cuando nos marchamos. Son aquellas personas que nos marcan, en las que confiamos y con las que mantendremos una relación más o menos frecuente, pero sabiendo que desde allí estarán con nosotros. Porque al marcharnos de un lugar, siempre nos llevamos con nosotros todas aquellas personas y experiencias que nos han marcado, haciéndonos crecer y madurar, cambiando nuestra manera de ser y de pensar. 

Irse, viajar, marchar, dejar, quedarnos, morir… son experiencias fundamentales en nuestra vida, que nos hacen ser más personas, y que nos enseñan que en esta vida es tan importante saber decir hola, como aprender a decir adiós.

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domingo, 26 de mayo de 2024

Asson – Col du Solour – Col D’Oubisque – Asson.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

23 de mayo de 2024.

Asson – Col du Solour – Col D’Oubisque – Asson.

Distancia: 86,98 km.

Media: 14,35 km/h.

Desnivel positivo: 1823 m.

¿Qué decir ahora de los hermosos paisajes que he podido admirar en el día de hoy? Pues creo que nada nuevo. Estos valles de los pirineos se les saborea, se les alaba, se les abraza, se les anhela con una callada admiración.

Pienso que la clave se encuentra en el silencio, en callar y subir, en callar y pedalear, en callar y admirar, sin embargo, nos tenemos que servir de la palabra para intentar balbucear lo indescriptible. Y claro para eso nada mejor que la poesía, arte que no poseo en absoluto.

Es posible, ahora, preguntarse por qué hacer un balance. Este ha sido el último día en los Pirineos y por eso me surge la pregunta: ¿Qué sentido tiene no hacer una reconsideración de lo vivido a la ligera y tomarse un tiempo para ver más allá? ¿Qué hay de tan importante en hacer un estado de cuentas de lo que sucedido estos días? ¿Acaso revivir con la memoria algunos hechos puede resultar doloroso, al recordar el dolor de piernas? O quizá haya situaciones que sucedieron muy rápido y no alcance a atesorarlas. Como sea, es imprescindible hacer balances y agradecer todo, incluso aquello que no logro comprender ahora. Esta tarea se puede considerar como una de las más importantes de nuestro pequeño viaje por varias razones.

Porque me ayuda a ejercitar la memoria que es ese “músculo” tan maltratado por nuestra cultura. Los que no quieren hacer memoria viven quejándose de todo y malhumorados, amargados con la vida porque creen que todo se les debe y nada se les pide. Las redes sociales viajan a una velocidad indescriptible y logran entretenernos de tal modo que lo que fue importante en su momento, al poco tiempo resulta tan lejano y distante que hasta parece que nada tiene que ver con nosotros. Así nuestra capacidad de memoria se fragmenta hasta desaparecer. Por eso ejercitarse en recordar lo vivido puede ser un buen camino para ser más feliz.

Porque volver sobre lo vivido trae un nuevo sentido a las cosas y me permite descubrir muchos porqués a lo que nos pasa. El gran secreto de pensar y razonar es que se logra conectar todo y darle razón de ser, incluso a aquellas cosas que en su momento parecían absurdas. Esta es una faceta importante en toda persona, y aquellos que no consiguen detenerse a razonar les cuesta entender las cosas y entonces todo lo evalúan en términos materialistas y contables.

Porque quien no se da cuenta de lo que ha recibido nunca podrá saber aquello que es capaz de dar. Aquí hay un punto clave para la existencia humana. Si no estamos preparados para recibir no pensemos que podremos ofrecer algo de nosotros mismos. Aquello de lo que nos nutrimos nos configura, nos hace ser lo que somos. Es importante descubrir qué he recibido en esta semana para entrar en sintonía con aquello que he ido entregando.

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sábado, 25 de mayo de 2024

Bagneres de Bigorre – Lourdes – Luz-Saint-Sauveur.

     Entre todos los cuentos de hadas no existe ninguno que contenga una verdad moral tan vital como esa vieja historia de La Bella y la Bestia. En ella ha quedado escrita la verdad eterna y esencial que consiste en que hasta que no amamos una cosa en toda si fealdad no podemos convertirla en algo bello” (G. K. Chesterton.)

22 de mayo de 2024.

Bagneres de Bigorre – Lourdes – Luz-Saint-Sauveur – Lourdes – Bagneres de Bigorre.

Distancia: 115,91 km.

Media: 17,68 km/h.

Desnivel positivo: 1246 m.

Con la frase de Chesterton he querido resaltar lo importante que resulta saber reconocer lo hermoso de un viaje en bicicleta cuando se está sufriendo para subir un puerto de montaña.

Los que recuerden el cuento de La Bella y la Bestia sabrán que se trata de una alegoría del amor. Y esto hay que comprenderlo bien, ya que en el instante en que Bella se enamora de la Bestia y esta comprende que es amada, es el momento en el que empieza a convertirse una persona normal.

Aquí no se trata de que lo hermoso y atractivo de un viaje en bicicleta es lo que nos lleva a querer realizarlo, si no el reconocer primero el esfuerzo que hay que realizar para subir cualquiera de estos puertos para después amar la bicicleta.

En nuestra vida sucede lo mismo, solo después de saber y experimentar el ser amado incondicionalmente, es a partir de entonces cuando empezamos a darnos cuenta de nuestra propia dignidad y cuando podemos empezar a dar lo mejor de nosotros mismos.

Ya se que la moraleja más común de La Bella y la Bestia es que la belleza, cómo no, está en el interior, pero me gusta resaltar que para ser bello hay que ser amado primero y, esto nosotros lo sabemos muy bien y lo deberíamos de tener presente en cada una de nuestras acciones.

A los que nos gusta viajar en bicicleta también sabemos que la bicicleta nos hará disfrutar cuando sepamos apreciarla en su conjunto. Si estoy siendo capaz de divertirme subiendo estos puertos de los Pirineos como van a ser todos los días de un viaje en bicicleta, pues eso.

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lunes, 20 de mayo de 2024

Esperemos que querer sea poder.

     Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

Dentro de unos momentos pondré en marcha la Berlingo dirección norte, para llegar al sur de Francia y pasar unos días recorriendo unas carreteras que ha hecho famosas el Tour de Francia.

Van a ser unos días de una variedad del ciclismo que también me gusta, no se trata de un ciclo-viaje si no de recorrer, sin alforjas, unos lugares que se han hecho famosos por las gestas que han protagonizado los grandes ciclistas de la historia.

Es otra cosa, pero entiendo que interesante para a los que nos gusta la bicicleta no solo como un medio de transporte sino también como un deporte, y, es que para disfrutar de un ciclo-viaje es interesante conocer el mundo de la bicicleta en todas sus variantes e intentar disfrutarlas.

Si el tiempo meteorológico no lo impide vamos a subir unos cuantos puertos de montaña que se han hecho famosos por lo duros y difíciles de subir como el Tourmalet, Aspin, Aubisque y Soulor. Y, siempre que me encuentro ante situaciones parecidas me viene a la mente la frase “querer es poder”.

Resulta curioso cómo una frase nos puede generar tanta fuerza motivacional. No importa lo difícil que sea lo que tengamos delante, tienes la capacidad para sacarlo adelante, así que ánimo ¡Querer es poder!

A todos nos parece una frase simpática e inofensiva, que nos anima a no dejarnos vencer y a confiar en nuestras fuerzas, las cuales algunas veces olvidamos y subestimamos. No hay duda de que se trata de un buen impulso para levantarse de la cama y atreverse a dar ese primer paso que tanto cuesta. Pero, ¿qué pasa después? ¿qué sucede cuando nos hemos puesto en marcha y descubrimos que la realidad es más compleja? ¿Qué ocurre cuando por mucho que quiera me veo tropezando una y otra vez sobre la misma piedra?

 Esta clase de frases están bien para utilizarlas en las redes sociales para dar ánimos, pero no van a dejar de ocultar la complejidad de la vida. Porque la experiencia nos muestra que en las cosas más importantes de la vida, aquellas cosas que queremos profundamente, no somos capaces de lograrlas por nuestros propios méritos.

Y es que, a pesar de desear con todo mi corazón hacer las cosas bien, a pesar de querer profundamente que mi vida sea más plena, descubro en mi interior una herida, que no sé cómo apareció, que no acepta la vida como un regalo que debe agradecer y pretende ser dueño y señor absoluto de ella. No es una cuestión de querer porque, aunque quiero, no puedo solo.

Es verdad, que la experiencia me muestra que esa herida no es la última palabra, que tiene cura. Querer no es poder, pero querer me hace ponerme en camino. Porque reconocerme incapaz de curarme me permite descender un poquito y dejar espacio para que actúe tranquilamente la providencia.

 Querer no es poder, querer es subir la bicicleta a la Berlingo y ponerse en camino hacia el sur de Francia confiando plenamente en Aquel que siempre me ayudara a seguir adelante.

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sábado, 18 de mayo de 2024

¡Buenos días! Hay que girar.

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton) 

Supongo que alguna vez lo habré comentado, y a pesar de todo tengo que volver sobre el tema. Y es que, toda fiesta tiene su víspera y hasta hay quienes dicen que se disfruta más. Mis últimos viajes han estado precedidos de otro viaje más corto, a modo de preámbulo de lo que tiene que llegar.

Esta vez volverá a suceder, una excursión corta que me debe preparar para un viaje más largo. El lunes comienzo un preámbulo en los Pirineos franceses, después ya vendrán los fiordos noruegos.   

Estoy por lo tanto en unos días en los que sé que se acerca un cambio, mi rutina diaria va a cambiar completamente, básicamente va a dar un giro. Y claro, para que esto sea posible, para poder realizar un giro es necesario un eje sobre el cual poderlo realizar, de otro modo lo que estaría haciendo son una serie de movimientos deslizantes que no producirían ningún cambio. Es decir, no estaría girando, sino que me iría desparramando como plastilina que no puede recuperar su forma y que abandona el movimiento para estar como flotando, como un trozo de madera en el mar, que unas veces va a la deriva, y otras la lleva la marea.

Podría pensar que ese flotar tiene vida propia porque se mueve, pero no hay un rumbo que seguir, ni horizonte que alcanzar. Aquí no hay giro que valga, sino una desesperante disolución en el mar de la vida, del consumo, de las neurosis y demás mareas de nuestra sociedad actual.

Está claro, necesitamos un eje, ahora bien, que este no seamos nosotros mismos. Sin duda que es necesario tener un “yo” sano, bien equilibrado, capaz de llorar ante lo sublime y de gozar de los placeres de la vida. O sea, lo que siempre se ha entendido como una persona normal. Lo que sucede es que si ese eje somos nosotros mismos entonces no hay giro, solo un movimiento de nuestro cuerpo que nos lleva a una postura rara, forzada e incluso ridícula. Son actitudes no interiorizadas que terminan por desaparecer o lo que es peor todavía, por anquilosarse. Y es entonces cuando se convierten en un problema.

Es en estos días cuando me acuerdo de cual es el eje sobre el que debo girar, un eje que está fuera de mí. Y no es una manía mía lo que me cambia, sino unos valores y creencias que me conmueven y me hacen virar para seguir mi rumbo. No son ninguno de mis méritos, sino la confianza que tengo en mis principios, lo que puede hacer que por muy diferente que sea mi quehacer diario mantenga la misma línea y objetivo en mi vida.

En fin, este lunes comienzo a girar, todo a mi alrededor comenzará a cambiar poco a poco y sin embargo mis objetivos y mis principios se mantienen, son el eje, son esas “ideas” de las que nos habla Chesterton las que van a permitir que mi vida continúe por el mismo camino por muy diferente que sea el entorno en el que me este moviendo.

Es sin duda un ciclo-viaje el entorno donde más fácilmente me vaya a encontrar cara a cara con mis “ideas”, donde es fácil escuchar las quejas de nuestra sociedad y me pueda detener a analizarlas. Es una ocasión para girarme hacia el silencio de las largas jornadas encima de la bicicleta, donde sobran las palabras, los mensajes, correos electrónicos, whatsapp… es la llamada del desierto. Una perfecta ocasión para girar de la sospecha de todo lo que me rodea a la confianza. No se puede estar viendo fantasmas por todas partes, sólo lo negativo, siempre segundas intenciones. Hay que girar.

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viernes, 17 de mayo de 2024

“El que espera, desespera”

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

Supongo que a vosotros también os habrá pasado, pero a mí en las semanas previas para empezar  a pedalear me gustaría tener algún botón o alguna palanca por medio de la cual pudiera avanzar el tiempo. Como presionar ese botón de avance rápido que existe en los reproductores de música o video.

Son días incluso algunas semanas en las que todo cuesta más, momentos en que la tranquilidad de lo cotidiano se parece a una pesada piedra que tenemos que llevar a cuestas. La necesidad de tener ese botón de avance rápido se hace más acuciante ante nuestros deseos de que ese día llegue y pasar por encima de la incertidumbre que siempre lleva consigo el porvenir. Queremos que toda la vida que aun nos queda por vivir hasta ese momento de cargar la bicicleta nos quepa en un instante y que este ausente de sorpresas, de inseguridades, de miedos, de fantasmas, de titubeos y, a veces, de una parálisis que nos impide seguir adelante.

Sin embargo, con el paso de los años y de varios viajes he aprendido que el tiempo no necesariamente tiene que ser lineal, sino que puede llegar a ser circular. Y, es que no somos del tiempo, al contrario, el tiempo es nuestro. No podemos decir que “no tenemos tiempo”, no es verdad, porque el tiempo, cuando de veras hay un interés, lo hacemos nosotros.

La tentación de acelerar el tiempo y que la vida pase rápido la tenemos por el miedo a sentir todas las sensaciones existentes en nuestra vida, estados de ánimo, colores, matices, texturas, sonidos, silencios, presencias y ausencias; pero nadie nos puede ahorrar caminos, hay que caminar por todos los senderos y sentir el viento en cada momento: sentir el fresco de la mañana, el sofocante calor del mediodía, la brisa del atardecer, la silenciosa oscuridad de la noche y todos esos tiempos muertos donde parece que nada sucede, donde nos abruma el paso lento de la vida y donde la tranquila espera nos desespera.

Ya nos lo dice el refranero: “el que espera, desespera” pero esa desesperación, si lo pensáis bien, veréis que viene de la ausencia de una auténtica esperanza. Nosotros, como cristianos, sabemos de sobra  que “la esperanza no defrauda”. Es verdad de que si perdemos de vista que la esperanza cristiana es un don que nos hace capaces de superar con paciencia toda adversidad y toda impaciencia, es cuando quedaremos atrapados en nuestro laberinto de frustración.  

Recuerdo ahora una frase de santa Teresa de Jesús, que a pesar de no ser muy paciente dijo: “la paciencia todo lo alcanza”. Sin embargo, la cuestión se encuentra en saber ¿cuándo lo alcanza”. Y, es que no lo vamos a saber antes, sino después de esperar.

Entonces lo que parece claro en estos días es que tengo que estar tranquilo, pues esperar es muy educativo porque me va ayudando a que ese viaje se asiente y encuentre acomodo para que pueda mantener mi propósito y no caer desanimado al primer tropiezo que me encuentre.

Recordad, no desesperéis nunca, y es que es verdad “la esperanza no defrauda”.

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jueves, 16 de mayo de 2024

¡Buenos días! Concretar

     “Hablan del amor libre, pero se refieren a algo diferente mejor definido como lujuria libre” (G. K. Chesterton)

¡Buenos días!

No se si tenéis la misma impresión que yo, y es que cada vez a las personas nos cuesta más concretar, nos gusta mucho generalizar pero nos negamos a concretar. Lo podemos observar en nuestros políticos, nos hablan de que nos van a llevar a una sociedad cada vez mejor, más libre, con una mejor educación, un sistema sanitario de calidad y más servicios sociales. Y, si observamos bien veremos que todos nos lo dicen, y sin embargo les cuesta mucho concretar como lo van a conseguir.

Tenemos que andar con cuidado con las personas que nos muestran grandes principios e ideales, pero que se niegan a concretar.

Hablábamos continuamente de lo importante que es llevarse bien con las personas, de amar al prójimo y nos quedamos ahí, nos cuesta mucho mostrar acciones concretas, y sin ellas no hemos dicho nada.

Pensemos ahora, por ejemplo, en un matrimonio donde se dice: “lo importante es que nos queramos” y no se pasa de ahí, en realidad se está diciendo poco pues con esa frase se justifica cualquier infidelidad. No falla. Cuando alguien se niega a concretar y todo lo deja al discernimiento, directamente te está engañando y te va a engañar más.

En el matrimonio suele suceder bastante con la infidelidad, se justifica con mucha facilidad, algunos llegan a defender que la monogamia es un patrón artificial, y que para conseguir la felicidad no es necesario serle fiel a tu pareja.

No se puede discutir que en muchos animales existe la poligamia. Es más, sino que existen culturas donde se practica y no por ello estas culturas pierden su valor y su importancia. Sin embargo hay que recordar que el origen de la poligamia se encuentra en situaciones de supervivencia y de perpetuación de la especie. No obstante, a lo que me refiero nada tiene que ver con la procreación, sino con el sexo fácil.

No voy a negar que somos biología, es claro. Pero esto no quiere decir que las personas se comporten y se entiendan a sí mismas simplemente como animales. Los hombres y las mujeres somos mucho más que eso. Solo las personas somos capaces de amar hasta el extremo y comprometernos por el camino, y eso no es solo el deseo de placer o de supervivencia.

En nuestras relaciones de pareja y de amistad surge la confianza y el respeto. Existe una unión donde la comunicación, la transparencia y la complicidad nos permiten llegar lejos, y no solo en los temas de amor. Desgraciadamente en nuestra sociedad la convivencia en las familias ya es por sí compleja como para buscar más problemas innecesarios.

La fidelidad entre las personas no es solo una cuestión de supervivencia para mantener una familia unida, ni se trata tampoco de un valor de otra época ni el recuerdo de algún tiempo pasado. Colocar otras variables en la difícil formula de nuestras relaciones solo nos va a llevar a cambiar el resultado y nuestra experiencia ya nos avisa de que las consecuencias suelen dolorosas, especialmente para la parte débil.

En un amor profundo y libre que busque darse y entregarse a la otra persona sin hacer ningún calculo, la fidelidad es imprescindible. En cambio, la infidelidad, por mucho que sea pactada y por ambas partes, va en contra del verdadero significado del amor y causara un profundo dolor. Y es que el amor, ese amor con mayúsculas, lleva consigo una relación generosa e íntima entre las personas que es capaz de soportar la mayoría de las vicisitudes y el paso del tiempo para formar algo nuevo y crear algo bueno para todos.

martes, 14 de mayo de 2024

¿Cuándo es digno de considerarse un viaje?

     “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)

    

Ya tenemos avanzado mayo y por lo tanto me atrevo a decir que el viaje de este verano ya es. Existe en papel, lo he visto en el ordenador, no es una realidad aún, pero tengo la esperanza qué sea.

Podría discutir mucho sobre que sea y que no sea un viaje. Podría afirmar que se trata de un viaje en potencia, pero no en acto. ¿Es correcta esta forma de verlo?

A la hora de afrontar el tema, ayuda mucho considerar un ciclo viaje como un proceso continuo, que tiene un momento de inicio y termina con la vuelta a casa.

Estoy usando las expresiones “en potencia” y “en acto”, que tienen su origen en Aristóteles y que han adquirido un uso más o menos común, no siempre filosófico, entre nosotros.

Así, se me puede decir que toda la programación que tengo hecha es un viaje en potencia, pero no lo es en acto porque todavía no lo he puesto en marcha, y sin embargo puede llegar a convertirse en un viaje si todo transcurre en las próximas semanas con normalidad. Todo esto está muy bien, pero algo no me cuadra.

Yo, ya me encuentro de viaje, ese viaje ya existe. Vamos a verlo con más detalle.

Decir que mi proyecto de viaje no es un viaje, sino que lo será cuando lo empiece, no implica decir que ese proyecto no sea un viaje. Es un viaje en una etapa de desarrollo, la planificación de un viaje normalmente conduce al siguiente paso que no es otro que un viaje.

Se me puede contestar que existe un cambio y por lo tanto pasa a ser otra cosa. Claro que existe un cambio, claro que hay un paso que tengo que realizar para que esa programación pase a ser un viaje. Pero, aquí, lo importante no es el cambio, sino la sustancia.

¿Hay cambio? Sí. Pero una semilla de lechuga no se convierte en un gato. Hay cambio, pero en la continuidad. Si hablamos de un viaje, lo sustancial es que es un viaje. ¿Cambia? Sin duda. Puede llegar a ser un viaje más largo, tal vez no exactamente por donde lo programamos. Pero sustancialmente llegará a ser un viaje, tiene la potencialidad de llegar a serlo, lo que básicamente es desde el comienzo: es un viaje.

El problema radica en si empezamos a distinguir cuándo sí y cuándo no el viaje puede considerarse un viaje. ¿Cuándo es digno de considerarse un viaje? Si se dice que “depende” cabría preguntar, de nuevo: ¿Y el primer día? Si se vuelve a decir que “depende”, la pregunta se puede volver a formular: ¿La primera semana, el primer mes, el último día?

Una castaña no es un castaño. Pero una castaña y un castaño comparten naturaleza. Un embrión humano no es un anciano, pero un embrión humano y un anciano comparten naturaleza: la naturaleza humana. Y no de modo genérico, sino individualizada. Es decir, son personas humanas. Nos guste más o menos reconocerlo.

¿Dónde están los límites? En el caso anterior nos tendríamos que continuar haciéndonos preguntas pues he tocado un tema más delicado ya que ¿No vale nada el ser humano? ¿Somos los seres humanos, en potencia de ser inhumanos, los jueces que podemos decidir cuándo un ser humano vale y cuándo no?

En el caso anterior, si no defendemos la dignidad de lo humano, el paso de la potencia al acto servirá para justificarlo todo. Quizá nunca seremos, si le interesa a quien manda, lo suficientemente dignos de ser protegidos. Quizá nos quedaremos en potencia de algo, en meras castañas, sin llegar a ser castaños, sin llegar a ser reconocidos como personas.

Volviendo al viaje, no es tan importante saber con certeza donde comienza un viaje, aunque yo lo tengo claro, ya estoy de viaje.

https://sipudieramosver.blogspot.com/

miércoles, 8 de mayo de 2024

¡Buenos días! Apartarse para pensar.

     “Los sexos no pueden desear abolirse uno al otro, y si les permitimos cualquier tipo de oposición permanente, se hundirán en algo tan bobo como el sistema de partidos políticos” (G. K. Chesterton)


¡Buenos días!

Han pasado ya varios días desde que Pedro Sánchez se apartó para pensar, y creo que ahora tengo una idea de porqué sucedieron todos esos movimientos políticos. Según mi modesta opinión ha sido todo un truco político que nada tuvo que ver un hombre enamorado que se siente dolido por cómo se está acusando a su mujer. No creo tampoco que se trate de una crisis de una persona que no soporta la presión. Ni tampoco de motivos personales.

Pienso que va más bien en la dirección de hacer creer a la sociedad que nuestra sociedad está en peligro y para hacerlo se han utilizado a las instituciones sin ningún respeto, como muestra la visita al Rey cuando no iba a dimitir ni a convocar elecciones. Se ha instrumentalizado a las instituciones para hacer creer a la sociedad que solo Sánchez es capaz de salvar esta democracia y que la regeneración democrática que se debe de realizar solo la puede llevar a cabo el PSOE. Por cierto, curiosa la teoría de que hay partidos políticos que quieren que la mujer se quede en casa.

No me ha gustado que el presidente señale a medios de comunicación y a la justicia de difamación, si piensa que es así, si está convencido de que algún medio de comunicación o algún periodista ha difamado a su mujer o a él mismo tiene que ir a un juzgado y presentar una denuncia. Pues yo pienso que en una democracia un presidente del Gobierno no puede decir cómo se ejerce la libertad de expresión. Solo quiero recordar algo básico: en una democracia liberal la libertad de expresión y de prensa son derechos fundamentales que sólo están limitados por otros derechos fundamentales.

Veamos, los límites que existen entre los derechos fundamentales los establecen los tribunales. Quien esté gobernando no puede pretender que el resto de los poderes del Estado y de fuerzas sociales se auto limiten, sean empáticos o sean cordiales. La autolimitación, la empatía y la cordialidad son deseables, pero no exigibles.

En los últimos años siempre he pensado que nuestra democracia no necesita que nadie la salve. Nuestra democracia se mantiene con nuestros votos en las elecciones cuando expresamos los que pensamos y sentimos, la mantienen los jueces, los periodistas, los electricistas, los albañiles…

Lo que nos sucede es que vivimos una situación de una gran polarización política al menos desde hace unos veinte años. Las actitudes y el tono de unos y otros están muy lejos de ser ejemplares y convenientes para que la vida pública funcione con normalidad. Pero de ahí a decir que la oposición, cierta parte de la justicia y una parte de los medios de comunicación ponen en peligro la democracia hay un abismo. La democracia no ha estado ni está en riesgo ni cuando gobierna la izquierda ni cuando gobierna la derecha.

Si lo que pretende Sánchez es el ya viejo truco de acción-reacción, debemos evitar caer en este juego.

lunes, 6 de mayo de 2024

¡Buenos días! Lo político y lo cotidiano.

     “Soy un hombre. En consecuencia, todos los diablos residen en mí corazón” (G. K. Chesterton)

¡Buenos días!

No sé si vosotros pensáis como yo, pero me atrevería a decir que es imposible que exista alguien que no esté preocupado por la situación política actual. Es verdad que la situación política está mal, pero las personas que están a mi alrededor no se pasan las horas peleándose con los vecinos. Tan poco los veo insultando continuamente ni metiéndose con la familia de los demás, y conozco a personas de todas las ideas políticas.  

Es más, las personas son amables y sonríen al menor motivo y cuentan chistes. No veo que exista una correspondencia entre la vida política y mi vida cotidiana. Y es que una cosa es el país que nos muestran los medios de comunicación, las redes sociales y nuestros políticos, y otra cosa muy diferente es la España que veo a mi alrededor.

Se nos muestra una sociedad polarizada y eso nos hace daño a las personas normales que nos movemos en la normalidad de nuestro día a día, pues se nos presiona para que elijamos un bando y lo defendamos a capa y espada, hay que ser de derechas o de izquierdas, del Madrid o del Barça, monárquico o republicano e incluso de la tortilla de patatas, con o sin cebolla.

Y esto no puede continuar así, porque nos cansamos y decidimos quedarnos en la equidistancia que no es el remedio. Ni es tampoco la solución ir estirando nuestra paciencia. La solución se encuentra en ir al fondo, donde nuestra emoción calla y la verdad gana peso. Como cuando tenemos una conversación íntima, de corazón a corazón, como cuando queremos hacer las paces con alguien al que queremos, donde escuchar es lo prioritario y donde los lemas y el resentimiento que tanto daño nos hace dan paso al acuerdo y a la reconciliación, y donde todo puede acabar con un buen apretón de manos o mejor aún con un abrazo.

En definitiva, es asumir que lo que nos une es mucho más que las diferencias que unos cuantos intentan exagerar porque, no lo olvidemos, a río revuelto ganancia de pescadores.