“Hablan del amor libre, pero se refieren a algo diferente mejor definido como lujuria libre” (G. K. Chesterton)
¡Buenos días!
No se si tenéis la misma impresión que yo, y es
que cada vez a las personas nos cuesta más concretar, nos gusta mucho generalizar
pero nos negamos a concretar. Lo podemos observar en nuestros políticos, nos
hablan de que nos van a llevar a una sociedad cada vez mejor, más libre, con
una mejor educación, un sistema sanitario de calidad y más servicios sociales. Y,
si observamos bien veremos que todos nos lo dicen, y sin embargo les cuesta
mucho concretar como lo van a conseguir.
Tenemos que andar con cuidado con las personas
que nos muestran grandes principios e ideales, pero que se niegan a concretar.
Hablábamos continuamente de lo importante que es
llevarse bien con las personas, de amar al prójimo y nos quedamos ahí, nos cuesta
mucho mostrar acciones concretas, y sin ellas no hemos dicho nada.
Pensemos ahora, por ejemplo, en un matrimonio donde
se dice: “lo importante es que nos queramos” y no se pasa de ahí, en realidad
se está diciendo poco pues con esa frase se justifica cualquier infidelidad. No
falla. Cuando alguien se niega a concretar y todo lo deja al discernimiento,
directamente te está engañando y te va a engañar más.
En el matrimonio suele suceder bastante con la
infidelidad, se justifica con mucha facilidad, algunos llegan a defender que la
monogamia es un patrón artificial, y que para conseguir la felicidad no es
necesario serle fiel a tu pareja.
No se puede discutir que en muchos animales existe
la poligamia. Es más, sino que existen culturas donde se practica y no por ello
estas culturas pierden su valor y su importancia. Sin embargo hay que recordar
que el origen de la poligamia se encuentra en situaciones de supervivencia y de
perpetuación de la especie. No obstante, a lo que me refiero nada tiene que ver
con la procreación, sino con el sexo fácil.
No voy a negar que somos biología, es claro.
Pero esto no quiere decir que las personas se comporten y se entiendan a sí
mismas simplemente como animales. Los hombres y las mujeres somos mucho más que
eso. Solo las personas somos capaces de amar hasta el extremo y comprometernos
por el camino, y eso no es solo el deseo de placer o de supervivencia.
En nuestras relaciones de pareja y de amistad
surge la confianza y el respeto. Existe una unión donde la comunicación, la
transparencia y la complicidad nos permiten llegar lejos, y no solo en los
temas de amor. Desgraciadamente en nuestra sociedad la convivencia en las
familias ya es por sí compleja como para buscar más problemas innecesarios.
La fidelidad entre las personas no es solo una
cuestión de supervivencia para mantener una familia unida, ni se trata tampoco
de un valor de otra época ni el recuerdo de algún tiempo pasado. Colocar otras variables
en la difícil formula de nuestras relaciones solo nos va a llevar a cambiar el
resultado y nuestra experiencia ya nos avisa de que las consecuencias suelen
dolorosas, especialmente para la parte débil.
En un amor profundo y libre que busque darse y
entregarse a la otra persona sin hacer ningún calculo, la fidelidad es imprescindible.
En cambio, la infidelidad, por mucho que sea pactada y por ambas partes, va en
contra del verdadero significado del amor y causara un profundo dolor. Y es que
el amor, ese amor con mayúsculas, lleva consigo una relación generosa e íntima
entre las personas que es capaz de soportar la mayoría de las vicisitudes y el
paso del tiempo para formar algo nuevo y crear algo bueno para todos.
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