“La mitología es simplemente creer en aquello que puedes imaginar” G. K. Chesterton)
¡¡¡Buenos días!!!
Me he dado cuenta de que ayer no
profundice lo suficiente en la necesidad de las relaciones interpersonales. De
hecho, cualquier forma de encauzar nuestra vida pasa por ellas, las buscamos en
nuestra familia, en nuestra pareja, amigos…
Si ahora repasamos nuestras relaciones
con los demás veremos como las encontramos algo limitadas. Por supuesto, son
limitadas en el tiempo por la sencilla razón de que las personas pasan: unas
cambian su residencia, atrás cambian su carácter, otras nos decepcionan y está
claro que todas al final mueren.
Pero, además, si profundizamos un poco
más, nos damos cuenta de que esas relaciones son básicamente insuficientes. Nuestro
deseo de satisfacción es ilimitado: queremos que algo dure para siempre,
queremos ser amados de forma infinita, nos gusta ser aceptados como somos
verdaderamente y no como a otros les gustaría que fuésemos, nos gustaría tener
a alguien que pudiera compartir nuestros problemas desde dentro y no solo desde
fuera. Todas las personas que tenemos a nuestro alrededor solo van a poder
satisfacer esas ansias de más de una forma parcial y claramente insuficiente.
Pero ¿por qué?, cuál es el motivo. Con
el paso de los años nos damos cuenta de que no nos bastan las cosas para llenar
nuestras vidas, es más, sabemos por experiencia que tampoco las personas. Lo
que necesitamos es a alguien que nos ame sin limitaciones, que nos aprecie para
siempre, como somos y pase lo que pase, incluso más allá del dolor y de la
muerte. Ese sería nuestro ideal. Necesitamos por lo tanto a alguien a quien nos
podamos entregar en cuerpo y alma, sin ningún tipo de reserva.
Todo lo anterior ha sido un objetivo
inalcanzable para muchos de nosotros, lo ha sido porque ha sido una búsqueda a
ciegas. Si nos damos cuenta, en todo eso que queremos nos falta dónde está el
final, donde está el verdadero final pues únicamente buscamos algunas características
que debe de tener ese final para que sea un verdadero final, para que el
sentido de todo lo encontrado nos satisfaga verdaderamente y no sea un nuevo
espejismo. Sabemos que nuestra vida necesita algo que le de un sentido
verdaderamente satisfactorio, pero ¿dónde está ese algo?
Hemos buscado por todos lados y cada vez
se nos ha hecho más difícil y complicado. Todas las cosas materiales en las que
pensábamos que podía estar han sido fácilmente superadas a pesar de que las podíamos
manejar, y siempre han permanecido en el exterior de nuestras vidas. Sin
embargo, las personas, son algo totalmente distinto. No son manejables, no
podemos hacer con ellas lo que queremos. Tienen su propia voluntad, sus propios
deseos y necesidades, que no coinciden con los nuestros. En muchas ocasiones
nos resultan incomprensibles. Además, para relacionarnos de forma
verdaderamente humana con otras personas, tenemos que poner en juego nuestro
propio ser, arriesgarnos, dejarlas entrar en lo más profundo de nuestra propia
vida. Por lo tanto, ya no estamos al mando de lo que ocurre, sino que, en
parte, dependemos de lo que hagan otros.
Como estáis viendo cada vez está todo
esto más complicado, pues si pasamos de las personas a ese algo o a esa Persona
que buscamos, esa dificultad se hace más grande. Si podemos controlar
totalmente las cosas materiales, pero con las personas ya no tenemos el control
total de lo que sucede, sino sólo un control parcial y compartido, es fácil que
lleguemos a la conclusión que ante la Persona de la que hablamos ya no tengamos
ningún control de lo que nos pasa, sino que vamos a estar bajo su influencia, que
va a tener la iniciativa en todo y que, para encontrarla, vamos a tener que
poner toda nuestra vida en juego, todo lo que somos.
Es muy complicado encontrar a alguien a
quien nos podamos entregar en cuerpo y alma, sin ningún tipo de reserva. Es
complicado buscar a esa Persona, pero no lo es tanto decir que muchos nos hemos
encontrado con esa Persona. Podemos esforzarnos, calentarnos la cabeza hasta
que nos reviente, hacer lo posible y lo imposible y, la realidad es mucho más
simple: esa Persona, que llevamos toda la vida buscando, ha salido a nuestro
encuentro. No podíamos hacer nada, por nuestras propias fuerzas, para encontrarla,
pero ha querido encontrarse con nosotros.
Tal vez la solución para esas personas
que no cesan de buscar es ir a encontrase con las personas que han encontrado,
dejar a un lado, por un momento, todos los razonamientos y dejar paso a la experiencia
de esas personas, no nos podemos quedar solo con los argumentos pues experimentar
también es muy importante.
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