“Un orgullo militar sano no es algo que crece de la nada: crece de que se tiene algo que defender y algo que vale la pena defender” G. K. Chesterton)
¡¡¡Buenos días!!!
Cuando el otro día comentaba la poca
relación que tenemos con las personas cuando vamos de compras se me paso por
alto comentar un aspecto que pienso que también es importante: cómo repercute
económicamente en la empresa y en nosotros.
La mayoría de nosotros buscamos el
precio más bajo en todo producto sin que por eso tengamos que perder mucha
calidad y me parece a mi que el sistema empresarial dándose cuenta nos
suministra material a un precio más económico a cambio del famoso “hágalo usted
mismo”.
Lo vemos con la famosa multinacional de
venta de muebles que nos los suministra sin montar o las gasolineras donde
nosotros nos tenemos que servir, el famoso “autoservicio”. La pregunta que me
surge es si la bajada de los precios beneficia por igual a nosotros y a las
empresas o son las empresas las que al final consiguen más beneficio.
Parece claro que esta manera de vender
permite rebajar el coste del servicio que se da. Las empresas ya no necesitan personas
que monten el mueble o que nos llenen el depósito, o personas que nos cobren o
nos den el dinero pues hay un cajero para hacerlo. Los costes se abaratan. Parece
que no nos importa mucho si esto destruye empleos, porque tenemos la esperanza
de que se crearán por otro lado. Producir está resultando más barato y fácil
para las empresas, menos gestión de personas, menos complicación, es más
sencillo que lo hagan los propios compradores… Además, aunque esa bajada
de costes pueda reducirse en una bajada de los precios, me da la impresión
viendo los beneficios anuales de muchas empresas que ambos no suelen ser de la misma
cuantía, lo que permite que el beneficio de la empresa se incremente.
No voy a entrar en que si está bien o
mal la relación entre la bajada del precio y el beneficio que genera, lo que me
gustaría remarcar es que cada día dedicamos más tiempo para realizar unas cosas
que hace unos años nos las hacían otros. Parece claro que estamos sustituyendo
un trabajo de profesionales por nuestra buena voluntad y nuestro tiempo. No nos
damos cuenta de lo que esto repercute en nuestro día a día ni de cuantas horas
extras utilizamos en un mes para hacer cosas que antes hacían los trabajadores
de las empresas.
No es descabellado pensar, si recopilamos
todo el tiempo que utilizamos en realizar todas esas labores, que uno de los
motivos (que no el único, por supuesto) por los que tenemos la sensación de que
cada vez tenemos menos tiempo para la vida, es ese.
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